El Banco Central Europeo (BCE) se reúne mañana jueves 17 de abril. Pese a que el encuentro se realizará en un ambiente semifestivo por la Semana Santa, mantendrá expectantes a los inversores. Principalmente, porque es el primero después de las hostilidades arancelarias desatadas por el presidente estadounidense Donald Trump. Pero también, porque la continuada bajada de los tipos de interés por parte de la autoridad monetaria europea deja la tasa oficial cada vez más cerca del nivel neutral.
En líneas generales, los expertos dan por hecha una bajada de los tipos en un cuarto de punto porcentual hasta el 2,25% y cambios en el comunicado posterior al encuentro. Pero también miran al futuro y aseguran que la reunión de junio será de máxima relevancia.
Uno de ellos es Jon Levy, estratega macroeconómico global de Loomis, Sayles & Company (Natixis IM) considera que la tarea más importante para el BCE en esta reunión de abril “es transmitir su respeto por la incertidumbre y asegurarse de que el mercado entiende su trabajo analítico”.
Pero el experto de Loomis, Sayles & Company pone el foco en la reunión de junio, que a su modo de ver, “es realmente crucial”. La razón es que “para entonces, el BCE tendrá muchas pruebas sobre cómo los aranceles y la interrupción del comercio afectan a la fijación de precios”. Levy también observa que, para entonces, habrá mucha más claridad sobre las perspectivas fiscales en Europa, lo que “permitirá una decisión estratégica, que también establecerá puntos de referencia para acciones futuras”.
Mientras, Shaan Raithatha, Senior Economist de Vanguard, considera que “los argumentos a favor de una política monetaria más flexible con respecto a marzo son claros”, una afirmación que se apoya en los últimos comentarios de algunos responsables políticos del BCE. “Añadimos dos recortes de tipos por parte del BCE para este año a nuestra previsión anterior”, afirma Levy. Sería un recorte de un cuarto de punto porcentual este jueves, hasta el 2,25%, al que le seguirían dos recortes más, “dejando el tipo terminal en el 1,75%”.
Una pausa en los recortes de tipos «no es una opción»
“El BCE se ve obligado a recortar de nuevo los tipos esta semana”. Así de tajante es el arranque del comentario previo a la reunión del BCE publicado por ING. Y la explicación para este movimiento no es menos aclaratoria: “Las tensiones comerciales y la fortaleza del euro empujarán al Banco Central Europeo a recortar de nuevo los tipos esta semana”.
En la entidad explican que tras la reunión de marzo, el BCE parecía dispuesto a hacer una pausa en la próxima reunión. “Con los tipos de interés en el extremo superior del rango de estimaciones de tipos neutrales, tomarse un respiro parecía apropiado. Sobre todo porque la euforia tras el giro fiscal de Alemania y las firmes intenciones europeas de gastar más en seguridad y defensa habían mejorado claramente las perspectivas de crecimiento de la eurozona. Sin embargo, desde el ‘Día de la Liberación’, la pausa ya no es una opción”, aseguran en ING.
Es más, en la entidad equiparan el ambiente de esta reunión con el vivido el pasado mes de octubre, en tanto que un recorte de tipos puede etiquetarse fácilmente como un “recorte seguro; que no puede hacer ningún daño”, mientras que mantenerse a la espera “no sólo arrojaría dudas sobre la voluntad del BCE de impulsar el crecimiento, sino que también podría conducir a un mayor e injustificado fortalecimiento del euro”.
Con la esperada bajada de tipos, el BCE también tendrá que cambiar su comunicado. Es decir, en ING creen conveniente que el escrito posterior a la reunión del BCE, en lugar de ‘la política monetaria se está volviendo significativamente menos restrictiva’, es probable que señale que en el 2,25%, el tipo de depósito estaría ahora dentro del rango de tipos de interés neutrales”.
Escasa visibilidad futura
También Konstantin Veit, gestor de carteras de Pimco, espera una bajada de los tipos de interés por parte del BCE en un cuarto de punto porcentual, hasta el 2,25%. El entorno actual, según el experto, deja poco margen para la previsión a futuro, pero espera que el Consejo de Gobierno mantenga “una postura reactiva en lugar de proactiva”, y que continúe enfatizando que “las decisiones se mantendrán reunión por reunión”.
Veit recuerda que la autoridad monetaria presentará, en la reunión de junio, proyecciones macroeconómicas actualizadas. “En nuestra opinión, parece una buena oportunidad para que el BCE reevalúe de manera integral si será necesaria una postura política de estímulo directo para defender su objetivo de estabilidad de precios del 2%”.
Una postura similar tiene Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa. Espera que el BCE recorte los tipos de interés oficiales en 25 puntos básicos, con una comunicación moderada sobre las perspectivas, que incluye abrir la puerta a tipos por debajo de los neutrales. Asimismo, cree que la referencia a tipos “significativamente menos restrictivos” probablemente desaparezca, “e incluso podríamos oír que se discutió una pausa”.
En su opinión, las previsiones de junio “serán las más importantes”. La reunión de abril no debería tener ningún impacto en el euro, según el experto, ya que la atención sigue centrada en los aranceles estadounidenses y las reformas de la UE, “y seguimos siendo optimistas”.
Mientras, Michael Krautzberger, CIO Global de Renta Fija de Allianz Global Investors, justifica su previsión de una rebaja de tipos en 0,25 puntos en esta reunión del BCE por el choque comercial desatado por Estados Unidos. “Los primeros indicios de una recuperación económica han sido, al menos por ahora, sofocados a medida que la región asimila un inminente choque comercial”, asegura, para añadir que los riesgos de crecimiento a la baja “han resurgido tras los recientes anuncios de aranceles por parte del gobierno estadounidense” y el consecuente endurecimiento de las condiciones financieras “mediante la caída de los precios de las acciones y el fortalecimiento del euro”.
De tal manera, que con los riesgos para el crecimiento global inclinándose a la baja, “han aumentado las expectativas de una flexibilización de la política monetaria a nivel mundial” y que a corto plazo, los riesgos siguen inclinándose hacia una reducción adicional de la tasa de depósito (por debajo del nivel neutral percibido del 2%), “especialmente si se intensifica una posible guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea”.