La situación es bastante propicia para la mayor parte de activos de riesgo, pero hay motivos para pensar que a corto plazo será más probable una consolidación que subidas adicionales. según el análisis de NN IP. La firma destaca que el crecimiento económico se ha acelerado y la inflación se mantiene reducida, pese a la mejora generalizada del mercado de trabajo, lo que tradicionalmente se ha traducido en una subida de los salarios. “Lo bueno de esa circunstancia es que los bancos centrales no tendrán prisa por endurecer su política”, explican.
Destacan, asimismo, la fortaleza que exhiben las empresas con unos beneficios en el segundo trimestre que crecen a ritmo de doble dígito y sólidos balances, especialmente fuera de EE.UU. En cuanto a la periferia de la eurozona atraviesa por una etapa de tranquilidad política y crecimiento satisfactorio. En cuanto a la renta variable, aunque las primas de riesgo se han reducido en los últimos meses, en el 4% sigue rondando su promedio a largo plazo. En su opinión, las primas europeas y japonesas siguen estando especialmente interesantes.
El contexto es, por lo tanto, sumamente proclive a la exposición a estos activos y desde NN IP admiten que cabe preguntarse por qué no están más expuestos a ellos
Por un lado, apuntan a los riesgos que se ciernen sobre sus fundamentales. “El crecimiento económico es bueno, pero según nuestro indicador de ciclo global, ha dejado de acelerarse. Para 2018, la dinámica de los beneficios sigue siendo positiva, aunque pierde intensidad”, explican.
Además, hay que tener en cuenta que, aunque el gradualismo sea su consigna, los bancos centrales tienen ahora una actitud más propicia a un endurecimiento. “En un momento de volatilidad de la renta variable y la renta fija en mínimos record, eso podría provocar una reacción desproporcionada del mercado. Asimismo, la dinámica de mercado muestra señales de menor vitalidad”.
Por lo que respecta a la renta variable, el sector inmobiliario y las materias primas, el mercado se ve afectado por falta de confianza, desaceleración o liquidez y flujos negativos. “Únicamente en los productos de diferencial apreciamos unos fundamentales y una dinámica de mercado alentadores. Parece que nos encontramos en un entorno más propicio a una consolidación en los activos de riesgo que a subidas adicionales”, añaden.
Renta variable: moderación de las expectativas
A juicio de NN IP, los fundamentales siguen respaldando a la renta variable, aunque el factor divisa se ha convertido en una variable importante.
«La economía mundial mantiene su recuperación, con una mejora especial de las perspectivas de la zona euro. La inflación se mantiene como el único interrogante, y continúa desconcertando a economistas y bancos centrales», argumentan
Un efecto favorable de la ausencia de inflación es que la normalización de la política monetaria será muy paulatina, con la consiguiente reducción de los riesgos bajistas para las valoraciones. Para la firma la duda es cuánto tiempo se mantendrá favorable la situación ya que las turbulencias geopolíticas constituyen un auténtico riesgo en muchas partes del mundo. Otro riesgo potencial, en su opinión, radica en un nuevo taper tantrum en los bonos, «del que nunca nos separa más que el pertinente comentario de un banco central. Habida cuenta de la reducida volatilidad reinante en los mercados de renta fija y variable, la reacción de los mercados podría ser desproporcionada. Una depreciación del dólar demasiado rápida también constituye una amenaza», explican.
Renta fija: los mercados de deuda recuperan la calma
La deuda pública a 10 años parece haberse calmado un poco tras el rápido aumento de los rendimientos acaecido a finales de junio y en la primera quincena de julio. El rendimiento del bono alemán a 10 años aumentó casi 40 puntos básicos (p.b.) entre mediados de junio y mediados de julio. Aunque los comentarios de Mario Draghi, presidente del BCE, desencadenaron el repunto inicial de los rendimientos, desde entonces hemos asistido a comentarios contemporizadores por los bancos centrales, lo que ha hecho posible que los rendimientos vuelvan a reducirse algo.
La tendencia bajista de los rendimientos del bono estadounidense a 10 años, en vigor desde finales del año pasado, unida a los recientes temores a una retirada de estímulos por el BCE, han recortado significativamente el diferencial de rendimientos entre los bonos a 10 años de EE.UU. y Alemania.
Aunque las probabilidades de un desplome de la deuda tipo taper tantrum les parecen escasas, para finales de año sí esperan un moderado incremento del rendimiento de los bonos. «Unos datos macroeconómicos sólidos también podrían ejercer presiones alcistas sobre el rendimiento de los bonos, aunque ello no haya todavía sucedido ante la ausencia de presiones inflacionistas. Un tercer elemento en juego son los acontecimientos políticos», concluyen.