Desde Rentamarkets afirman que 2018 pasará a la historia como uno de los peores años en términos de retornos para los activos financieros debido al aumento de las correlaciones, que acabaron haciendo mella en todas las carteras y perfiles de inversión a nivel global.
En un estudio presentado recientemente por el departamento de análisis institucional de Deutsche Bank, se estimaba que más del 90% de los activos financieros terminaron el año en números rojos. Este porcentaje es el mayor desde 1901, y supera al vivido durante la crisis financiera de 1920. Tal y como se advertía desde Rentamarkets a finales de 2017 y comienzos de 2018, las más que excesivas valoraciones, unidas a un sentimiento generalizado de optimismo, suponían un desafío ante la normalización del precio del dinero.
A pesar de este entorno tan complicado, se empazarían a vislumbrar ciertos destellos de optimismo que permiten afrontar 2019 con mayor confianza y un espíritu oportunista dadas las distorsiones que presentan numerosos activos. Y es que, para invertir con éxito, la clave es mantener un pensamiento original e independiente y apostar prudentemente contra el consenso, aseguran desde Rentamarkets. «Son momentos para pensar con frescura y de manera independiente, y de ir –con mucha prudencia y cuando las circunstancias lo favorezcan– en contra del consenso”, razona Ignacio Fuertes, socio y miembro del comité de inversión de Rentamarkets.
Renta fija: las oportunidades están ahí
“La narrativa del mercado al comienzo de 2018 se centraba en la euforia. No en vano, vivíamos un crecimiento global ‘coordinado’ que se apalancaba en un comportamiento soberbio de los activos en 2017, donde vivimos mínimos históricos de volatilidad. En 2019 la historia es otra. Actualmente vivimos en una coyuntura de falta “aparente” de alternativas de inversión, observamos la entrada de la economía en una desaceleración augurada por una “siempre- inminente” inversión de la curva de tipos americana y las tensiones geopolíticas a nivel global son cada vez mayores”, señala Fuertes.
Fuertes indica que, visto desde este prisma, no es de extrañar que los activos de riesgo estén sufriendo, y que, dada la falta de alternativas conservadoras, los inversores hayan perdido la paciencia y el sentimiento de mercado sea de pesimismo absoluto.
Gran parte del resultado de 2018 vendría condicionado, según Fuertes, por un exceso de optimismo unido a unas valoraciones más que exigentes. «Como advertíamos entonces, esta narrativa, junto a un entorno regulatorio cada vez más complicado que drena de liquidez los mercados, iba a suponer un desafío ante la normalización del precio del dinero”, explica el socio y miembro del comité de inversión de la compañía. “Ha sido en este entorno donde en Rentamarkets hemos favorecido la liquidez, situación harto complicada en Europa al encontrarse penalizada en el Viejo Continente, y los activos líquidos, así como la calidad crediticia, permitiéndonos afrontar posibles correcciones con un espíritu más constructivo”, añade el directivo.
Escenario central
Desde Rentamarkets niegan que la situación económica esté tan mal. Señalan que las valoraciones no son tan extremas, en especial tras las correcciones que ha habido en numerosos activos. “De hecho, gran parte de los movimientos récord que hemos visto durante 2018 han sido producidos por el aumento de la iliquidez (consecuencia de la excesiva regulación) y el auge de los algoritmos en la toma de decisiones y ejecución, con un sesgo brutal hacia estrategias de momentum. Estos algoritmos llegan a representar en torno al 90% del volumen diario del S&P 500 según diversos estudios”, resalta Fuertes.
Estas circunstancias habrían representado un cambio en la estructura de mercado, que habrían convertido en frecuentes los episodios de varias sigmas de volatilidad. “Como consecuencia, las cámaras de compensación han elevado las garantías requeridas. Es por ello que consideramos fundamental un entendimiento profundo del entorno regulatorio y un conocimiento de estos algoritmos para optimizar los procesos de inversión y poseer un mayor control sobre la información que afecta a los retornos y riesgos de nuestras inversiones”, reflexionan desde Rentamarkets.
Riesgos a este escenario
En Rentamarkets consideran que el mayor riesgo que ven factible es el aumento de las expectativas de inflación, sobre todo tensionadas por el alza de los costes laborales. “Es sin duda alguna uno de los factores desestabilizadores para los cuales el mercado no está preparado, y definitivamente desinflaría la burbuja de bonos gubernamentales a nivel global. No en vano, la velocidad y magnitud del ajuste de expectativas en las curvas de tipos de interés, magnificado por la desaceleración de datos y la abrupta corrección del precio del petróleo, ha situado a la inflación subyacente por encima de la general por primera vez en dos años”, apuntan desde la entidad financiera.
Incremento de oportunidades
Para Fuertes ha sido la combinación de consenso e iliquidez la que ha obligado al mercado a buscar su nuevo punto de equilibrio de una manera abrupta y ha presentado nuevas oportunidades de inversión dada la magnitud de las distorsiones.
“El ajuste de expectativas de inflación –las posiciones cortas de bonos del tesoro americano se han hundido desde máximos históricos y se han ajustado en casi 100 puntos básicos las subidas esperadas a un año– ha distorsionado la estructura de la curva de volatilidad, donde por primera vez desde 2010 hemos observados anomalías que apuntan hacia un agotamiento de las alzas del precio de los bonos”, explica.
Las anomalías no se limitarían sólo al mercado de bonos. En el mercado de divisas, los costes de obtener dólares en el mercado interbancario se habrían vuelto negativos por primera vez desde que se recuerda en Rentamarkets. “Esta abundancia de dólares ha llevado a las entidades financieras extranjeras a superar por primera vez en la historia a las domésticas como mayores tenedores de bonos del tesoro japonés. Esto sucede a pesar de que el bono japonés rinde a un -0,15% a un año. El motivo es la prima que se consigue invirtiendo en yenes y cambiando los flujos a dólares: a 1 año se obtienen 40 puntos básicos por encima del Tesoro americano al plazo (2,95% contra 2,55%)”, destacan desde la empresa.
La receta para moverse en la actual coyuntura
Con un análisis de crédito exhaustivo y el conocimiento profundo de la estructura de capital, unidos a una actitud oportunista, se tendría la fórmula necesaria para afrontar el nuevo entorno de retirada de estímulos por parte de los bancos centrales.
“Las estrategias que primen la preservación de capital y a la vez permitan aprovechar las oportunidades serán necesarias para navegar por el nuevo régimen de volatilidad con éxito. Para ejecutarlas, es necesario buscar el equilibro entre experiencia y conocimiento en combinación con buenas herramientas para detectar más eficazmente estas oportunidades”, apunta Fuertes.
Renta variable: bienvenidos a la guerra
Para José María Díaz, gestor de renta variable y del Fondo Rentamarkets Narval, veníamos de un 2017 bastante bueno para las bolsas y se auguraba un 2018 excelente. Estas buenas expectativas se harían notar, pues durante las primeras tres semanas de 2018 el Stoxx 600 se revalorizaba casi un 4%.
“En una coyuntura así, hay dos clases de activos especialmente útiles: la liquidez y las coberturas y protecciones compradas. Buena parte de la resistencia del fondo durante los peores meses de 2018 se debió a la gestión conjunta de una cartera de acciones, liquidez y coberturas. No había demasiadas buenas oportunidades ahí fuera y nuestro posicionamiento fue moderado, comprando compañías atractivas y cubriendo los crecientes riesgos del mercado, hasta entrado el tercer trimestre del año”, relata Díaz.
“En ese momento las condiciones del mercado empezaron a cambiar. Aunque los índices permanecían estables, estaban soportados únicamente por los valores que más pesan en su composición. Sin embargo, gran número de compañías estaban sufriendo fuertes descensos. En términos generales, las valoraciones de las bolsas habían mejorado. Los datos macro seguían siendo positivos y, por primera vez en muchos años, escuchábamos las palabras ‘inflación de costes’ en los resultados trimestrales de las empresas”, añade el gestor.
La navaja suiza de la gestión de riesgos
Adaptando el posicionamiento a las nuevas condiciones, a lo largo del año se ha ido reduciendo la concentración media de la cartera y el peso de las empresas pequeñas. Las coberturas de riesgo de mercado, aunque costaron dinero durante la primera mitad del año, protegieron al fondo de una parte significativa de la caída de las bolsas durante el cuarto trimestre. Las coberturas de divisas fueron también efectivas.
“Evitar pérdidas mayores es el objetivo de nuestra estrategia de control de riesgos. Damos por hecho que en el futuro tomaremos decisiones de inversión incorrectas, pero éstas sólo serán soportables si limitamos las pérdidas que causen. Las buenas estrategias de gestión del riesgo no son las que simplemente lo eliminan, pues esto afectaría negativamente al retorno potencial de la cartera, sino las que controlan el riesgo dentro de los límites de lo recuperable y de lo soportable para el inversor. Teniendo en cuenta que al cierre del tercer trimestre el nivel de inversión del fondo era del 96%, la estrategia de control de riesgos del fondo ha sido correcta en 2018”, resalta Díaz.
Perspectivas y posicionamiento para 2019
En Rentamarkets siguen viendo dos mercados muy diferentes dentro de la renta variable europea. “Por un lado, vemos sectores como alimentación, consumo no discrecional y tecnología con valoraciones excesivas, con bajas rentabilidades por dividendo y envueltas en un entorno de peligrosa complacencia; por otro, vemos sectores como automoción, distribución y ciertos nichos del sector químico, por nombrar algunos, que ofrecen valoraciones atractivas y altas rentabilidades por dividendo. Terminamos el año firmemente posicionados en los segundos y así continuamos entrado 2019”, señalan desde la compañía financiera.