En un entorno de baja rentabilidad, puede surgir la tentación de invertir en las compañías con dividendos más altos. Sin embargo, un estudio de Eaton Vance ha demostrado recientemente que, aunque desde la década de 1940 las estrategias focalizadas en las acciones que pagan altos dividendos han superado a las estrategias que se centran en valores con baja remuneración, dicha diferencia de rentabilidad no ha llegado invirtiendo en los valores con rendimientos más altos.
“A lo largo del tiempo, hemos advertido que las compañías que pagan dividendos dentro del índice S&P 500 que tienen los mejores resultados son las del segundo mayor quintil (valores que dividen una muestra de datos en cinco grupos). En esencia, hemos dividido estas compañías en función de su rentabilidad por dividendo. El primer quintil (20%) incluye las poblaciones que más pagan, pero nuestros análisis encontraron que, históricamente, éstas son las empresas más débiles y con una mayor incapacidad para mantener el pago de dividendos”, explica en el blog de la compañía Michael Allison, portfolio manager de renta variable en Eaton Vance.
El análisis llevado a cabo por la firma explica que si consideramos las empresas del segundo quintil (el siguiente 20%) veremos cómo estas conforman el «grupo dulce», ya que han superado al mercado por un amplio margen, con una rentabilidad por dividendo acumulada significativamente mayor que la de otros quintiles del índice S&P 500 en los últimos 25 años, tal y como demuestra el gráfico.
“Al centrar las inversiones en las empresas que forman parte de este segundo quintil, encontramos empresas que creemos que son de alta calidad con valoraciones atractivas. Además, estas empresas tienden a mostrar capacidad para sostener y hacer crecer sus dividendos con el tiempo”, concluye Allison.
Los ingresos por dividendos es un componente importante de la rentabilidad total de los valores de renta variable. Más allá de esta contribución, las acciones que pagan dividendos pueden proporcionar a los inversores ingresos atractivos en relación con otras fuentes de rentabilidad.