Las tensiones entre Ucrania y Rusia no se relajan en Europa, lo que lastra los mercados, imprime volatilidad y empieza a poner nerviosos a algunos inversores. Los análisis que realizan las firmas de inversión siguen sosteniendo que un conflicto abierto no es probable, pero sí que exista una “tensión latente” y haya consecuencias económicas como, por ejemplo, las sanciones que la Unión Europea y el Reino Unido hacia Rusia.
“A primera hora de la tarde de ayer, parecía imposible la posibilidad de una desescalada, ya que el presidente Putin reconoció oficialmente a los separatistas de la República Popular de Donetsk y Lugansk, apoyados por Rusia, en el este de Ucrania. Al desplazar tropas para ayudar y defender su frontera de las fuerzas respaldadas por el gobierno ucraniano bajo la premisa de una operación de mantenimiento de la paz, Putin ha violado oficialmente la soberanía de Ucrania. Estados Unidos respondió rápidamente imponiendo sanciones a entidades y operaciones dentro de la región de Donetsk y Lugansk, aunque se esperan sanciones más amplias. En respuesta a la escalada y a la alta probabilidad de que la UE y EE.UU. impongan sanciones más severas, el rublo ruso cayó un 4,46 %, mientras que la principal bolsa de valores, el MOEX, cerró con un descenso de más del 7 % en el día”, resumen desde Monex Europe.
De la situación del conflicto sabemos que el presidente ruso, Vladímir Putin, está siguiendo una hoja de ruta similar a la marcada en 2014 con la invasión de Crimea, aunque con una mayor presencia y presión militar. En cambio, según destacan los analistas de Banca March, la reacción por parte de la Unión Europea y EE.UU., lejos de ser militar y en línea con lo que ocurrió cuando Rusia se anexionó Crimea en 2014, se limitará a un paquete de sanciones comerciales, que ya están preparando.
“Entre los mensajes de Rusia que mantienen alerta a Occidente destacan, los ataques cibernéticos que denuncia Ucrania a sus principales bancos e incluso a webs del Gobierno, incluido el Ministerio de Defensa y el mantenimiento de muchas tropas en las fronteras de Ucrania. Tampoco gusta a Occidente el hecho de que el Parlamento ruso haya reconocido las dos repúblicas separatistas respaldadas por Rusia en la región oriental ucraniana del Donbás como estados independientes. Estas regiones son ahora puntos calientes, porque desde jueves hubo bombardeos y disparos, para los que se están dando versiones encontradas en Ucrania y Rusia, y Occidente teme que Rusia utilice ese tipo de acciones para justificar la invasión”, resumen el equipo de analistas de A&G Banca Privada.
Según explican, a pesar de lo negativo de las noticias, del shock de confianza y de las consecuencias inflacionistas globales que tendrán unos mayores precios de la energía, “la experiencia de Crimea demostró que los acontecimientos se precipitaron con rapidez y que, la falta de respuesta bélica por parte de Ucrania y la OTAN, permitió que los mercados recuperaran niveles previos al conflicto al mes y medio de su inicio”. Desde su posicionamiento actual (neutral en renta variable), reconocen afrontar la situación con templanza y permanecer pendientes de oportunidades de compra adicionales, que se puedan presentar durante los próximos días.
Stephen Jones, director global de inversiones de Renta Variable y Soluciones Multiactivos en Aegon AM, apunta que su escenario principal sigue descartando una escalada del conflicto a corto plazo: “La situación seguirá siendo tensa mientras continúe el movimiento de tropas y equipamiento militar. Al final, puede que el coste sea demasiado alto y el beneficio, demasiado incierto, para que Rusia decida invadir el este de Ucrania”.
Además, para Kunjal Gala, gestor de carteras de mercados emergentes en el negocio internacional de Federated Hermes, las perspectivas de sanciones a Rusia son elevadas y el potencial de la economía rusa se ha debilitado a medio/largo plazo, ya que el gobierno se centra en cuestiones geopolíticas en lugar de dar prioridad a los problemas que afectan a la economía nacional y a las reformas.
En consecuencia, “también es probable que Rusia salga de los principales índices de mercados emergentes, lo que provocará un flujo de salida de capitales en el mercado bursátil. “A pesar de la baja valoración y de un posible rebote de las acciones, las perspectivas de la economía rusa serán débiles en el futuro. En algún momento, la euforia de los mercados energéticos también debería enfriarse, convirtiendo los vientos de cola en vientos en contra para la economía rusa dependiente del petróleo y el gas”, añade Gala.
Ante el desarrollo de los acontecimientos, ¿cómo se debe preparar la cartera? En opinión del equipo de gestión de Portocolom AV, primero hay que tener en cuenta que estamos ante un escenario binario: o hay conflicto bélico, o hay solución por la vía diplomática. “Nosotros vemos más probable la segunda. Con un conflicto bélico todos pierden. Pero hay que tener un plan de emergencia alternativo por si nuestras previsiones fueran erróneas. Y ese plan pasaría por una reducción sensible del riesgo, a través de una reducción de la exposición en renta variable, reposicionamiento en renta fija desde crédito corporativo hacia bonos soberanos, un aumento de los activos refugio (liquidez e incluso oro) y mayor exposición hacia el dólar. En cambio, si vamos hacia una paulatina reducción de las tensiones, se traduciría en un movimiento que favorecería los activos de riesgo”, señalan.
El comportamiento de los mercados
Si miramos al mercado, los analistas y expertos de las gestoras reconocen que las preocupaciones geopolíticas están impulsando la volatilidad del mercado después de que Washington dijera que había una mayor posibilidad de que Rusia invadiera Ucrania. Según explica el último Market Flash de Edmond de Rothschild AM, los acontecimientos en Ucrania siguen marcando los movimientos del mercado de renta variable, tal y como se observó en la sesión del lunes, que fue muy volátil y acabó con los índices ligeramente en rojo.
“A lo largo de la semana, los inversores tuvieron que lidiar con mensajes contradictorios, ya que las buenas noticias se vieron luego minadas por las dudas. La situación parece haberse calmado y los países siguen llevándose bien, pero la incertidumbre sigue siendo alta. Mientras tanto, las empresas publicaron cifras optimistas al tiempo que advertían de la presión inflacionista”, apuntan.
Según señala Gregor MA Hirt, Global CIO Multi Asset en Allianz GI, los mercados se movieron en territorio de riesgo después de que Rusia reconociera la independencia de dos regiones separatistas en la zona fronteriza ucraniana de Donbás. “Los activos de refugio se comportaron mejor, con una tendencia al alza de los bonos del Estado y la superación de un nivel de resistencia a largo plazo por parte del oro, que se situó por encima de los 1.910 dólares. Es probable que los mercados de renta variable sigan siendo difíciles, y se necesitarán noticias muy sólidas sobre los beneficios y un enfriamiento de la situación en Ucrania para provocar una recuperación”, matiza.
En concreto, según indica, el rendimiento del Tesoro estadounidense a 10 años retrocedió hasta el 1,86% y el precio del oro al contado (USD/oz) superó un nivel de resistencia a largo plazo y se situó por encima de los 1.910 dólares, mientras que el franco suizo se apreció frente al euro y se situó en torno a 1,035.
En opinión de Rohan Reddy, analista de Global X ETF, el mercado ha estado muy ajustado en los últimos meses, pero si las tensiones entre Rusia y Ucrania se intensifican, las sanciones occidentales a Rusia podrían evitar la interrupción del suministro mundial de petróleo. “Rusia es actualmente el segundo mayor productor de petróleo que produce alrededor de 10 millones de barriles de petróleo al día, lo que supone alrededor del 10% de la demanda mundial y es el mayor proveedor de gas natural de Europa. Aunque Estados Unidos importa aproximadamente el 3% de su demanda de Rusia, los precios podrían superar los 100 dólares, ya que el precio de la materia prima se basa en los mercados mundiales. Los precios del oro también han alcanzado recientemente un máximo de tres meses, ya que el temor a una posible invasión rusa de Ucrania ha provocado la demanda de activos de refugio. Con el aumento de los riesgos políticos percibidos en todo el mundo, la demanda de oro podría seguir aumentando, ya que los inversores buscan activos de valor en tiempos de incertidumbre”, explica Reddy.
Si nos centramos en los activos rusos, hay que tener en cuenta que la renta variable rusa ha cedido un 15% en lo que va de año, mientras que se mantienen en alza aquellas materias primas en las que Rusia es un gran productor. “La profundización de la crisis de Ucrania añade incertidumbre a los mercados globales, aumentando la inflación existente y los temores de subidas de tipos de la Fed. Sin embargo, la historia muestra que la geopolítica tiene un impacto limitado en los mercados globales a medio plazo, siendo peores los efectos previos al evento. El miedo a la reacción de las materias primas no debe exagerarse. Predominarán los impactos locales. Los activos rusos y de Europa del Este han sido los más afectados por las crecientes preocupaciones. Unos activos baratos, que se han abaratado aún más”, añade Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro.
El análisis que hacen las gestoras recalca lo sencillo que es que la volatilidad se traslade a todos los mercados. Por ejemplo, Axel Botte, estratega global de Ostrum AM (affiliate de Natixis IM), advierte de que “en EE. UU. la prima de riesgo geopolítico del dólar se está desinflando ligeramente a medida que la curva de rendimiento se inclina«, mientras que, “la renta variable europea se ha desplomado un 2% en cinco sesiones, lo que ha provocado una nueva ampliación de los diferenciales de crédito». La explicación a esto último, tal y como matiza el experto, reside en que «la preocupación de los inversores se tradujo en un aumento de la volatilidad implícita y en grandes compras de protección en los derivados de crédito».
¿Y qué hace la divisa rusa?
Según reconoce el equipo de análisis de Ebury, durante mucho tiempo, el rublo ha sido una de sus divisas favoritas de los mercados emergentes. “Los fundamentos macroeconómicos de Rusia (en particular, una ratio deuda pública/PIB baja, una balanza por cuenta corriente positiva y grandes reservas de divisas) diferencian al país de muchos de sus pares. Rusia también tiene unos tipos de interés elevados, incluidos tipos reales positivos, que son poco frecuentes hoy en día y que la hacen especialmente atractiva para los inversores. Debido a la importancia del petróleo y el gas para la economía rusa, el rublo es también una moneda ligada a las materias primas, lo que significa que su comportamiento debería reflejar, en parte, los cambios en los precios de las materias primas energéticas, que han seguido una tendencia al alza en los últimos trimestres y han aumentado muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia”, explican.
Dicho esto, los analistas reconocen que el riesgo de un posible ataque ruso a su país vecino y las sanciones occidentales a Rusia seguirán provocaron un cambio en el sentimiento hacia el rublo y los activos rusos, que ha sido especialmente visible en los últimos dos meses aproximadamente: “El euro/rublo alcanzó el nivel de 90,0 a finales de enero, su nivel más alto desde la primavera de 2021. Seguimos esperando una desescalada de las tensiones y un descenso del euro/rublo hasta el nivel de 78,0 a finales de 2022”.
Desde Ebury señalan que si se materializa un escenario negativo, un descenso del rublo podría ser significativo, sobre todo teniendo en cuenta que la valoración del mercado en ese sentido no indica que los inversores estén preparados para este riesgo.
BCE: ¿protagonista también en las tensiones geopolíticas?
Por su parte, Gilles Moëc, economista jefe de la gestora de fondos de inversión AXA Investment Managers, cree que el BCE será uno de los actores clave para hacer frente a las consecuencias de un aumento de la tensión con Rusia que se reflejaría en unos precios de la energía aún más altos”, pero advierte que “el margen de maniobra para adaptarse a un shock geopolítico con la política monetaria parece particularmente estrecho”.
Sobre las consecuencias de la actual crisis de Ucrania, Moëc señala que un shock geopolítico se sumaría a lo que ya es una trayectoria muy incierta para la eurozona. “Esto puede volverse problemático porque algunos de los países periféricos ya se ven afectados de manera desproporcionada por el shock negativo del lado de la oferta provocado por el aumento de los precios de la energía. Sin embargo, el debate en el BCE con respecto al fin de la flexibilización cuantitativa parece estar zanjado, lo cual es particularmente relevante para la periferia, ya que los halcones y las palomas ahora se están centrando en el momento del despegue de los tipos”, concluye el experto.