Los mercados, tanto de renta variable como de renta fija, siguen algo preocupados por el posible efecto contagio de las dificultades financieras de Evergrande, pese a que los análisis de las gestoras insisten en que, a nivel global, tendrá un impacto limitado.
“La exposición de los bancos europeos es marginal, pero la quiebra del primer promotor inmobiliario chino tendría consecuencias para la economía china, donde la construcción representa el 29% del PIB, una proporción mucho mayor que en los países desarrollados. Todavía hay que evaluar el impacto en las materias primas y en el consumidor chino en caso de una de una fuerte caída de los precios inmobiliarios. En este contexto, la liquidez y la demanda de nuevas emisiones de bonos de los países emergentes se ha deteriorado, aunque los diferenciales se mantuvieron, en general, estables”, señala Axel Botte, estratega global de Ostrum AM (Natixis IM), sobre el impacto de esta crisis.
El propio Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), también ha minimizado sus consecuencias, tal y como recuerda Sandrine Perret, economista de Vontobel AM: “Preguntado por las posibles repercusiones de Evergrande en el mercado empresarial estadounidense, Powell dijo que las implicaciones directas no eran significativas, ya que no hay mucha exposición directa de Estados Unidos. Los grandes bancos chinos no están tremendamente expuestos, habría que preocuparse en el caso de que afectara a las condiciones financieras globales a través de los canales de confianza global y ese tipo de cosas. Nuestro propio análisis hasta ahora sugiere que el impacto directo en el mercado de crédito estadounidense es muy limitado”.
Wilhelm Spitaler, gestor de carteras en Erste Asset Management, reconoce incluso estar sorprendido por el limitado efecto que ha tenido el caso de Evergrande en los precios inmobiliarios de determinadas ciudades chinas. “Lo tomaremos como una señal positiva de que cualquier efecto negativo de una posible quiebra de Evergrande se mantendrá dentro de unos límites razonables. Los problemas de liquidez del promotor inmobiliario chino Evergrande anuncian el fin del boom inmobiliario en China. El boom económico de China ha ido de la mano de un auge sin precedentes del sector inmobiliario en las últimas décadas”, matiza Spitaler.
Por último, para Jean Marie Mercadal, jefe de Estrategias de Inversión del holding de la gestora francesa OFI Asset Management, hasta que se resuelva la situación, la volatilidad se avivará en los mercados. “La prima de riesgo de las acciones chinas ha, naturalmente, aumentado en las últimas semanas, y es probable que siga siendo bastante alta. Una de las razones de ello es que la creciente intervención del Estado en los negocios demuestra que los intereses públicos pueden superar en ocasiones a los de los accionistas. Pero en este escenario de mayor volatilidad, también habrá oportunidades de inversión
En su opinión, Evergrande no ha socavado el potencial estructural de las inversiones en estos mercados a medio y largo plazo. “Estas inversiones tienen un papel especial en una asignación global de activos, debido al creciente protagonismo de China en la economía mundial y en las finanzas internacionales, así como la apertura real de los mercados y su positiva dinámica sectorial y temática”, argumenta Mercadal.
Impacto en los fondos de renta fija emergentes
Valorado el impacto en la economía global y en la economía local, la siguiente pregunta que se hacen los gestores es: ¿cuál será el impacto de la quiebra de Evergrande en sus carteras? Según el informe Evergrande’s Bulls and Bears: Fund Managers React to a Looming Default, elaborado por el equipo de analistas de Morningstar, “es probable que los inversores en fondos que habían apostado fuerte por las empresas chinas sientan el impacto negativo a corto plazo”.
En este sentido, las dificultades de Evergrande se están extendiendo al mercado de bonos chinos en dólares, y los diferenciales de crédito se han disparado. Según recoge Morningstar en este informe, el sentimiento entre los gestores de fondos es bastante diverso.
Entre los gestores de fondos de mercados emergentes cuyas estrategias son calificadas por Morningstar, varios han expresado sus dudas sobre Evergrande durante algún tiempo. “Los equipos de mercados emergentes de Pimco, Barings y T. Rowe Price han evitado o han infraponderado significativamente la empresa en sus carteras desde al menos mediados de 2020, cuando el gobierno chino anunció límites de apalancamiento más estrictos para las empresas altamente apalancadas”, explica el documento.
En cambio, otros gestores han visto a Evergrande de forma más positiva en los últimos meses. Se trata de los equipos de mercados emergentes de Bluebay, BlackRock y Ashmore, que han vinculado sus fortunas a la deuda de Evergrande, aunque la motivación y el momento de cada uno difieren. Por último, el informe pretende identificar a los gestores con mayor exposición a los bonos emitidos por Evergrande.
De “limpieza” en el mercado
Para Olivier de Berranger, director de gestión de activos en La Financière de l’Echiquier (LFDE), ese caso se podría comparar con poner en “orden y limpiar” la casa. “El ejemplo de China con sus actores sobreendeudados ilustra una buena gestión doméstica. Allí, las autoridades se enfrentan a un exceso estructural de endeudamiento, ya que el porcentaje de la deuda total del país en relación con el PIB ha pasado del 160 % aproximadamente en 2008 hasta más del 320 % en la actualidad. Para resolverlo o, por lo menos, frenar su expansión, las autoridades endurecieron las condiciones monetarias a comienzos de la década de 2010. El resultado de esta limpieza en las cuentas fueron unos años difíciles para el sector inmobiliario chino, sobre todo en 2011 y 2014. Sobre la base de esta experiencia, China ha afinado sus instrumentos monetarios para hacer equilibrios constantes entre, por un lado, la estimulación de la economía (necesaria para la estabilidad del régimen) y, por otro, el control del recalentamiento por la vía del crédito. La crisis de la COVID brindó la ocasión de desplegar en toda su extensión esta experiencia adquirida. Después de pisar el acelerador a comienzos de 2020, cuando el país frenó en seco, Pekín ha ido reduciendo poco a poco sus medidas de estímulo, hasta el punto de adoptar en el primer semestre de 2021 una postura ligeramente restrictiva. ¿El resultado? Un menor ritmo de crecimiento en el segundo semestre de 2021 y presiones para los actores demasiado endeudados”, explica Berranger.
¿Qué ocurrirá a partir de ahora? Según la hipótesis base de Robin Usson, analista de crédito del negocio internacional de Federated Hermes, se producirá un impago ordenado, facilitado por el Gobierno chino: “Esperamos que esta facilitación adopte la forma de un apoyo administrativo más que financiero. Hemos llegado a esta conclusión basándonos en una serie de acciones impulsadas por Pekín en los últimos días, incluyendo la centralización de todos los casos judiciales contra Evergrande, lo que podría impedir que los tribunales locales congelen sus activos”.
Usson recuerda que las autoridades disponen de un sinfín de herramientas para ayudar a «dispersar» el impacto del colapso y fabricar estabilidad. “Por ejemplo, esperamos que se pida a algunas empresas que se hagan cargo de los proyectos de Evergrande que no se hayan completado, mientras que se ordenará a más bancos que concedan préstamos a las empresas afectadas por el contagio. Con ello, Pekín conseguirá dos cosas: evitar una crisis y debilitar la rentabilidad futura de otras empresas del sector, provocando un efecto de enfriamiento muy necesario. En resumen, China cambiará una crisis por una desaceleración”, añade el experto de Federated Hermes.
Por último, en ningún caso se prevé que haya un rescate. A diferencia de Lehman, Evergrande no es una institución financiera y sus principales activos son propiedades inmobiliarias más que instrumentos financieros. Según Vontobel AM, esto es importante porque los colapsos de los precios de los activos financieros pueden producirse repentinamente y pueden tener un efecto negativo en el balance y la solvencia de las instituciones que los poseen.
“A diferencia de los activos financieros, los precios de los inmuebles tienden a moverse lentamente, y mucho más en un mercado altamente regulado como el chino. Las burbujas inmobiliarias pueden estallar, y se han producido colapsos inmobiliarios que han desencadenado crisis financieras. Sin embargo, el sector inmobiliario chino es un sistema híbrido impulsado sólo parcialmente por las fuerzas del mercado. Este sector y los sectores relacionados representan más de una cuarta parte de la economía del país. Por tanto, una crisis inmobiliaria en toda regla implicaría grandes errores de política que no parecen muy probables”, aclara Carlos de Sousa, estratega de Mercados Emergentes y gestor de Vontobel AM.