Los mercados están inmersos en un constante cambio y, en un entorno más volátil que en los últimos años, los inversores europeos muestran un gran apetito por fondos mixtos y de asignación de activos que van ajustando su exposición a diferentes mercados en función del entorno. Los expertos creen que la demanda de este tipo de fondos continuará, sobre todo por parte de los inversores con un horizonte de inversión de tres a cinco años, ya que este tipo de estrategias aportan ventajas de diversificación y no están expuestas al riesgo de un único activo.
En concreto, aportan ventajas frente a lo que supone exponerse solo a la renta variable, ahora muy volátil, o a la renta fija en un entorno de tipos tan bajos. En UBS AM cuentan con los llamados “Strategy Funds” que puede ser una oferta atractiva como forma de dar respuesta a unos inversores que buscan una buena relación entre retornos y riesgo. Se trata de estrategias fuera del enfoque de retorno absoluto pero que pretenden añadir alfa, buscando las mejores clases de activos en cada momento, sin hacer timing de mercado. La oferta de la gestora en su sicav luxemburguesa se estructura a través de seis vehículos UCITS, con diferentes políticas de inversión y exposiciones en función del perfil de riesgo.
Actualmente, la apuesta de los fondos se centra en la renta variable estadounidense, de la Eurozona y también en crédito con grado de inversión en EE.UU. y high yield europeo. Y se materializa en las carteras a través tanto de inversión directa y derivados (estos últimos sobre todo para la parte más táctica) como a través de fondos de la casa.
Ahora están ligeramente sobreponderados en renta variable, con foco en EE.UU. y en la Eurozona. A pesar de que el crecimiento será moderado en EE.UU. en los próximos doce meses, ya existen tendencias positivas en el consumo y en el sector de servicios pero también, y cerrando el gap que había recientemente entre los PMIs de servicios y sector manufacturero, hay crecimiento en este último sector, algo clave porque empieza a apoyar también a la economía. También, como factores positivos, las compañías tienen mucha liquidez y son capaces de recomprar acciones y repartir ese cash entre sus accionistas, y además la Fed podría subir los tipos con moderación y será más acomodaticia de lo que se pensaba. Factores que pueden propiciar retornos atractivos en bolsa estadounidense y que explican que desde marzo la gestora haya aumentado su exposición a acciones vía Estados Unidos, aunque las valoraciones sean menos atractivas que en otras partes del mundo.
En la Eurozona, la apuesta en renta variable se basa en valoraciones atractivas y en factores positivos como el beneficio que puede crear en los consumidores un petróleo barato (a diferencia de lo que ocurre en los mercados emergentes), una política monetaria acomodaticia –aunque cada vez con menos efecto-, un mayor gasto fiscal, positivos datos en países como Alemania, Francia o incluso una Italia con reformas, y unos beneficios empresariales que se estabilizan -frente a los signos negativos en el mundo emergente-. En España, el principal escollo es el riesgo político, que aún no ha afectado a los negocios pero si la incertidumbre persiste podría llegar a hacerlo.
La lectura contrapuesta de positivos datos macro en Europa, como los PMIs, frente a los del mundo emergente, explica además la visión negativa en general en los países en desarrollo, que afrontan importantes problemas (de sobrecapacidad, endeudamiento, caída de las materias primas o una transición en China que viene acompañada de volatilidad aunque no habrá hard landing y que será clave para el devenir emergente).
Infraponderación en renta fija
En renta fija, aunque el activo está infraponderado y la gestora evita nombres de alta calidad y que ofrecen bajos retornos, hay oportunidades en crédito estadounidense con grado de inversión y high yield europeo. El primer activo ofrece una rentabilidad atractiva frente a nombres de calidad similar en Europa, que compensa por el riesgo asumido. En cuanto al high yield europeo, factores a favor son sus atractivas rentabilidades, su menor exposición al sector de la energía y su mayor calidad frente al sector en EE.UU, y una ratio de defaults muy baja (de solo el 2% a doce meses).
En divisas, las tres principales apuestas son el dólar estadounidense frente al yen japonés, la corona noruega frente al euro y el dólar canadiense frente al australiano.