Las políticas monetarias del Banco Central Europeo (BCE) y de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) han evolucionado hacia posturas más acomodaticias, lo que tiene implicaciones en la renta fija y en las perspectivas que las gestoras tienen de este activo para este año. Las firmas no solo valoran cómo impactan las decisiones de los bancos centrales, sino también lo que supone la relación de las tensiones entre Estados Unidos y China, y la evolución de los datos macro de cara al segundo semestre del año.
En la opinión de BlackRock, “la deuda pública sigue constituyendo un factor estabilizador clave en carteras estratégicas en un contexto de creciente incertidumbre en el plano macroeconómico, pero estamos empezando a adoptar una visión prudente a corto plazo respecto de los bonos del Tesoro estadounidense con vencimientos largos”
Dentro de este contexto marcado por la política acomodaticia de los bancos centrales, la gestora se siente cómoda con los activos de riesgo, aunque reconoce que los rendimientos pueden caer más. “Seguimos creyendo que los bonos gubernamentales son clave para proporcionar protección a la cartera a largo plazo. Sin embargo, en nuestra opinión, los inversores no se sienten suficientemente compensados por el riesgo de duración que están tomando, sobre todo en los bonos del Tesoro de Estados Unidos, dado que el mercado está contando con un gran flexibilización por parte de la Fed. En cambio vemos que Europa ofrece una narrativa diferente: vemos una oportunidad para que los inversores en dólares añadan exposición a los bonos europeos”, apuntan los análisis de BlackRock.
Chris Iggo, director de inversiones y responsable de renta fija en AXA IM, advierte que los rendimientos de los bonos están siendo impulsados por una fuerte expectativa de flexibilización monetaria por parte de los bancos centrales y una búsqueda infalible de rendimientos. Este experto solo ve una solución: “El estímulo de la demanda podría ayudar a mejorar las perspectivas de crecimiento y elevar las tasas de interés reales a largo plazo. Sin embargo, esto será lento debido a los desafíos políticos que supone una postura fiscal más agresiva”.
Teniendo esto en cuenta, Iggo señala a la renta fija emergente como un activo atractivo. Según explica, claro que las tensiones comerciales a nivel global son una “nueve sobre las perspectivas de los mercados emergentes”, pero igualmente hay muchos países que se pueden beneficiar de las políticas más positivas de los países desarrollados.
“Desde el punto de vista de los bonos, sigue habiendo una emisión decente en los mercados emergentes, mientras que los fundamentales son, en general, bastante positivos. La diversificación ofrecida dentro de los bonos de mercados emergentes sugiere que el sector continuará beneficiándose de la búsqueda de rendimiento, e incluso las estrategias de corta duración deberían continuar ofreciendo buenos rendimientos. Nuestra opinión sobre los rendimientos de los bonos del Tesoro es que siguen siendo bajos, los precios del petróleo parecen tener un suelo por el momento debido a los riesgos geopolíticos y el dólar luchará para subir más allá de los niveles actuales. Todos estos factores deben apoyar los retornos positivos de la deuda de los mercados emergentes”, argumenta Iggo.
Misma opinión comparte Dimitrios Nteventzis y Thomas Rutz, gestores de MainFirst, quienes consideran que los bonos corporativos de mercados emergentes ofrecen rendimientos atractivos y, contrariamente a la opinión generalizada, hoy en día están menos apalancados que sus homólogos estadounidenses. Ambos expertos destacan que los fundamentales del crédito emergente están mostrando resistencia a los vientos en contra, como la incertidumbre política, las crisis monetarias o la guerra comercial. Por ello, argumenta que “el potencial de crecimiento del crédito de mercados emergentes, sus sólidos fundamentales y sus atractivas rentabilidades, junto con el hecho de que muchos de los bonos en divisas emergentes no están excesivamente correlacionados con los mercados desarrollados, hacen que invertir en ellos sea una gran oportunidad para los inversores.
“A pesar del desempeño positivo que el high yield de mercados emergentes está teniendo este año, los niveles de spread se mantienen prácticamente sin cambios en comparación con el final de 2018, con la mayor parte de la rentabilidad proveniente del carry y la caída de los tipos de interés en Estados Unidos. Teniendo en cuenta la mejora de los fundamentales, creemos que las empresas de mercados emergentes son más resistentes y los niveles actuales ya descuentan un empeoramiento significativo de los fundamentales, lo que ofrece un colchón de seguridad en caso de un mayor empeoramiento de la economía mundial”, concluyen Dimitrios Nteventzis y Thomas Rutz en su análisis.