El mercado principal de crédito corporativo europeo tuvo una sólida rentabilidad en el primer semestre de 2014. Y podría seguir ofreciendo buenos números en los próximos meses: “El mercado de crédito corporativo de corto plazo aún ofrece una relación rentabilidad/riesgo atractiva para aquellos que ya tengan inversiones en bonos del Tesoro a corto plazo moviéndose a vencimientos de dos años al mismo tiempo que se exponen a bonos corporativos europeos de calidad”, explica Rashid Mohamed, especialista de inversión en deuda corporativa global de BNP Paribas Investment Partners.
“Los mercados de deuda están teniendo un 2014 especialmente fuerte, su rentabilidad está batiendo con facilidad la mayoría de las predicciones de mercado realizadas a finales de 2013”, afirma. En su opinión, la mayor sorpresa ha sido la recuperación sin precedentes de los mercados de deuda soberana; el bono alemán a 10 años, que empezó el año con una rentabilidad del 1,94%, repuntó hasta que su rentabilidad se situó en el 1,25% a finales de junio de 2014. La revisión inesperada del crecimiento del PIB del primer trimestre en EE.UU. al -2,9% provocó un movimiento repentino de los tipos a finales de junio que recuerda a lo vivido en el mínimo del 1,18% visto en mayo de 2013, cuando la Reserva Federal anunció el inicio de la reducción de su expansión cuantitativa.
En este contexto, la rentabilidad de la deuda europea ”investment grade” (gráfico 1) se ha visto impulsada por la recuperación constante y, en menor medida, por el estrechamiento del diferencial de crédito. En la mayor parte de este año, los mercados de crédito europeos han disfrutado las condiciones casi perfectas de diferenciales que se estrechaban y de tipos a la baja a pesar de momentos intramensuales periódicos de diferenciales más amplios debido a datos macroeconómicos débiles o a inquietudes geopolíticas.
“Los tipos de interés cabezonamente bajos de Europa y la sorpresa positiva del BCE del 5 de junio al bajar los tipos y añadir liquidez con un programa de operaciones de refinanciación a largo plazo causaron que los diferenciales de crédito se estrecharan todavía más”, recuerda el experto.
Según Mohamed, la rentabilidad del crédito corporativo sigue estando dirigida por los sectores de beta más alta, como los bonos subordinados emitidos por el sector financiero y las emisiones Tier-2 de las aseguradoras. Los emisores con calificación BBB se comportaron bien en la primera mitad de 2014 en términos de rentabilidad adicional a causa del diferencial, mientras que los bonos con calificación AAA y de vencimientos a más largo plazo generaron las rentabilidades totales anuales más fuertes. Entonces, ¿qué es lo lógico a la hora de invertir en deuda corporativa a corto plazo en este momento?, se pregunta el experto.
La única dirección es hacia arriba
“Aunque los tipos de interés siguen bajos, su trayectoria a largo plazo es alcista. El crédito de corto plazo proporciona un bloqueo defensivo para los inversores que pretendan diversificar su asignación de activos para estar listos ante una futura subida de los tipos de interés. Las referencias tradicionales de renta fija tienen una duración modificada de 4-7 años mientras que la duración de los bonos corporativos europeos a corto plazo suele ser de 2-3 años. Por tanto, el segmento de crédito de corto plazo debería ser menos volátil que el mercado de crédito en su conjunto y puede ofrecer un perfil atractivo de rentabilidad/riesgo”.
El índice Barclays Capital Euro Aggregate Coporate 1-3, una de las referencias principales de esta clase de activo con un valor de 388.580 millones de euros, tiene actualmente una duración modificada de 1,90 y ofrece un carry atractivo con 75 pb sobre el bono alemán a dos años, destaca.
“El crédito corporativo europeo a corto plazo puede proporcionar a los inversores de bonos del Tesoro tradicionales un buen intercambio en la relación rentabilidad/riesgo: pueden obtener una rentabilidad adicional frente a los bonos del Tesoro de corto plazo moviéndose hacia un vencimiento de dos años mientras que siguen invertidos en bonos de alta calidad”.
En su opinión, las medidas del BCE de junio deberían servir de apoyo a los bonos bancarios de vencimientos próximos. “La referencia que mide el acceso de los bancos al programa de operaciones de refinanciación a largo plazo dirigidas debería favorecer la liquidez en el mercado interbancario europeo. El exceso de liquidez puede resultar en rentabilidades menores en las inversiones tradicionales en bonos del Tesoro, lo que da más valor al argumento de un repunte de la rentabilidad a través del crédito de corto plazo. El BCE dijo que daría acceso preferente al programa a los bancos que se hayan ido desapalancando, lo que implica un beneficio sustancial para los bonos bancarios de corto plazo de la periferia de la Eurozona”.
El crédito corporativo está bien posicionado para beneficiarse de los fundamentales, los beneficios, las fusiones y las adquisiciones
Además, destaca que los fundamentales del crédito corporativo europeo son fuertes, con beneficios que muestran signos de mejoría después de una tendencia bajista de dos años. Los tipos de interés bajos permiten a las empresas refinanciar su deuda y reducir sus costes de financiación y el riesgo de bancarrota. Esto debería animar a las empresas a ser mucho más agresivas en sus políticas fiscales. “Ya estamos percibiendo las primeras señales de esto: la actividad de fusiones y adquisiciones en Europa, especialmente en los sectores farmacéutico y de telecomunicaciones, repuntó significativamente en el primer semestre de 2014, lo que también refleja más confianza en las condiciones macroeconómicas”, apostilla.