Después de seis meses de navegar por la subida de tipos, la inflación y las tensiones geopolíticas, los temores a una recesión aumentan para 2022, arrojando una larga sombra sobre las perspectivas de las economías y los mercados mundiales para la segunda mitad del año.
Los resultados de la encuesta de mitad de año realizada por Natixis Investment Managers a 34 de sus estrategas de mercado, gestores de carteras, analistas de research y economistas en la que han participado 15 gestoras affiliates de Natixis IM, así como la entidad Natixis Corporate and Investment Banking, muestran que un 24% cree que una recesión es inevitable en la segunda mitad de 2022, mientras que el 64% reconoce que es una clara posibilidad. De hecho, nueve de cada diez opinan que la política de los bancos centrales será el principal factor que dirigirá el rumbo de los mercados.
Para Katy Kaminski, Chief Research Strategist y gestora de carteras en AlphaSimplex Group, diez años de excesiva confianza en el dinero fácil han dado lugar a un importante rendimiento a la renta variable de tipo growth. Eso se ha acabado en el futuro inmediato. El principal motor del mercado para lo que queda de 2022 serán los bancos centrales y la reducción de la inflación para disminuir el coste del capital a largo plazo”, afirma Kaminski.
Inflación: el principal riesgo
Según refleja la encuesta, puede que los supuestos clave del mercado de tipos bajos, baja inflación y baja volatilidad hayan impulsado el rendimiento del mercado durante más de una década, pero desde principios de año esa confluencia única de factores se ha reajustado. “El catalizador de gran parte de este cambio ha sido la inflación”, indican.
De hecho, siete de cada diez entrevistados califican la inflación como el mayor riesgo del mercado para la segunda mitad del año, además el 36% de los encuestados llega a situar el nivel de riesgo debido a la inflación en un 10 sobre 10.
Los bancos centrales también influyen en el panorama, ya que el 52% cita sus decisiones políticas como un factor clave de la inflación. Mientras que otro 46% también cree que los problemas de las cadenas de suministro que contribuyeron a impulsar la inflación a principios de la pandemia seguirán haciéndolo hasta finales de año. Sin embargo, menos de uno de cada cuatro cree que la inflación seguirá siendo persistentemente alta.
Recesión: una probabilidad inevitable
Ante las perspectivas de subida de los tipos de interés y de endurecimiento de la política monetaria, los estrategas sitúan la recesión en segundo lugar en la lista de preocupaciones, con un 64% que la califica de riesgo principal. “Los responsables políticos tienen muchas herramientas a su disposición para hacer frente a la inflación y, dado el reto de conseguir el momento adecuado para la aplicación de la política, el margen de error es escaso”, indican desde Natixis IM.
Para muchos de los estrategas encuestados, la pregunta sigue siendo si estos esfuerzos frustrarán la inflación, desencadenarán una recesión que podría durar de dos a tres trimestres, o darán lugar a una estanflación que dure años. Con todos los resultados posibles, no es de extrañar que un 55% señala también un posible error por parte de los bancos centrales como riesgo clave.
“La palabra recesión proyecta una larga sombra sobre los mercados, pero en cierto modo la única forma de salir de este entorno inflacionista es que los bancos centrales provoquen esta recesión. Entonces saldremos por el otro lado del shock inflacionario, y los mercados podrían repuntar», explica Mabrouk Chetouane, jefe de Estrategia de Mercado Global de Natixis Investment Managers Solutions.
Geopolítica, guerra y petróleo
La inflación, la recesión y la política de los bancos centrales pueden ser factores importantes en sus opiniones sobre los riesgos del mercado. Sin embargo, los estrategas también ven la posibilidad de que se produzcan eventos globales, como la guerra en Ucrania, como consideraciones de riesgo clave, ya que el 65% de los encuestados sitúan la geopolítica como un riesgo principal y, del mismo modo, casi la mitad de los encuestados (47%) ven los precios de la energía como un riesgo significativo para los mercados en el segundo semestre.
Para subrayar la conexión entre la política y la energía, los precios del petróleo se dispararon hasta los 120 dólares por barril al comienzo de la guerra en marzo y desde entonces se han moderado hasta los 106 dólares al final del segundo trimestre.
Según las conclusiones de la encuesta, de todo lo que los estrategas pronostican para el segundo semestre de 2022, el signo más revelador de los tiempos actuales puede ser cómo han cambiado sus opiniones sobre el COVID-19. “Mientras que la pandemia había dado lugar a un cierre mundial en 2020 y a la continuación del trabajo remoto o desde casa en 2021; ahora, incluso con las variantes altamente contagiosas que se extienden por todo el mundo, pocos (9%) creen que una interrupción por COVID representará un riesgo en la segunda mitad del año”, apuntan desde la gestora.
En este sentido, los estrategas ven un mundo que ha cambiado drásticamente en los últimos seis meses. Después de una década en la que el dinero fácil proporcionado por la flexibilización cuantitativa, los tipos bajos y la baja inflación impulsaron a los mercados a obtener ganancias positivas en siete de cada diez años, el mundo está cambiando. “Esta próxima normalidad está marcada por una mayor volatilidad y una mayor incertidumbre. La gran pregunta para la mayoría de los inversores puede ser cuánto durará”, añaden.
Activos y tendencias
Una de las principales tendencias que han surgido de las perturbaciones provocadas por la pandemia ha sido el rendimiento superior del value. Los bajos tipos de interés y la baja volatilidad habían proporcionado una marea ascendente en la que la mayoría de la renta variable sobresalió durante la pasada década. En consecuencia, apuntan, era más difícil encontrar activos infravalorados.
Ahora, con la subida de los tipos y el regreso de la volatilidad, las estrategias de value han superado al growth: el 58% creen que la racha se prolongará al menos unos meses más, mientras que un 24% piensa que el value estará en la cima de los retornos durante unos años más. Según matizan, el 19% cree que la tendencia del value ya ha llegado a su fin.
En este sentido, Chris Wallis, director general, consejero delegado y gestor principal de carteras de Vaughan Nelson Investment Management, señala: “El conjunto de oportunidades está cambiando rápidamente. El nuevo entorno está creando oportunidades idiosincrásicas que son inversiones más atractivas que los índices generales. Éstas se pueden encontrar en múltiples sectores”.
En segundo lugar, uno de los mayores cambios en el panorama de la inversión durante los primeros seis meses de 2022 ha sido el lento y constante aumento de los tipos de interés, con los rendimientos de los bonos siguiendo esta tendencia. Tras cerrar el año 2021 en el 1,512%, una serie de subidas de tipos -incluido un sorprendente alza de 75 puntos básicos en junio- situó los rendimientos en el 2,975% el pasado 30 de junio.
El 73% de los encuestados cree que habrá más subidas, lo que subraya que seguirán de cerca las políticas de los bancos centrales en el segundo semestre: el 36% opina que los bonos del Tesoro estadounidense terminarán el año entre el 3% y el 3,5%. El mismo número anticipa aún más subidas y prevé que los tipos superen el 3,5% a finales de año.
“Este año, los mercados mundiales de bonos han sufrido pérdidas sin precedentes, y poca gente habría pensado en los bonos como dinero desprotegido. Pero hay indicios de que hemos superado el punto álgido de las presiones inflacionistas, y ahora es el momento de encontrar las oportunidades que hay, por ejemplo, en los sectores financiero, energético e industrial”, concluye Adam Abbas, gestor de cartera y codirector de renta fija de Harris Associates.
Por último, el documento advierte de que cuando los estrategas ven este nuevo panorama de la renta fija, no hay un consenso claro sobre las implicaciones para los inversores. Las subidas de tipos pueden seguir deprimiendo el valor de los bonos, según el 27%, creando oportunidades atractivas para aquellos que sepan dónde y cómo buscar. “Aquellos que sigan el ejemplo del 27% que dice que es el momento de volver a comprar bonos podrían considerar el consejo del 24% que subraya que en momentos como este, la calidad del crédito importará más que la duración”, apunta el documento en sus conclusiones.