Los analistas de Puente consideran que estamos en un punto de inflexión para los mercados, y en un documento dirigido a sus clientes recomiendan recalibrar el riesgo y priorizar los fundamentales de las inversiones.
“Con más del 90% de las empresas americanas del S&P 500 habiendo reportado ganancias empresariales para el primer trimestre de 2018, 78% han reportado beneficios por encima de lo esperado, lo cual, de mantenerse, está muy por encima del promedio de sorpresas positivas desde el año 1994.
En promedio, las empresas han reportado ganancias un 8% por encima de las expectativas, las cuales se encontraban en máximos (16%), luego de descontar el impulso de la reforma fiscal aprobada en diciembre de 2017. Estos excepcionales resultados empresariales, sin embargo, no han logrado hasta ahora mover decisivamente al mercado, con los principales índices de acciones americanas ligeramente al alza, pero aún lejos de recuperar los máximos de enero”, detalla el texto.
Los analistas de la firma señalan que, ante un entorno macroeconómico de sólido crecimiento en EE.UU. y las principales economías desarrolladas, cabe preguntarse porqué estos resultados no han logrado impulsar con fuerza los principales índices, fundamentalmente en EE.UU.
“Hay varias interpretaciones. Parte de estos resultados podrían haber estado reflejados en los precios de enero cuando el mercado subió con fuerza inusitada. También podemos asignar un rol a las tensiones comerciales generadas por la política proteccionista americana o tensiones geopolíticas con Irán. Estos factores pueden explicar picos de volatilidad, pero probablemente sean los detonantes y no los generadores de un mercado más renuente a retomar la tónica alcista de 2017”.
Según la visión de Puente, “una explicación más interesante es pensar que estamos en un punto de inflexión, a partir del cual los mercados ya no pueden confiar en bancos centrales amigables que suavicen su incursión en los mercados financieros. La volatilidad de las últimas semanas es un recordatorio que invertir en activos con riesgo conlleva vaivenes y estos vaivenes son normales”.
“El regreso de la volatilidad a los mercados desde febrero, es la consecuencia normal de un quiebre en un hasta entonces idílico entorno de baja inflación y crecimiento sostenido. El cierre de la brecha de crecimiento en EEUU y un mercado laboral en pleno empleo, han impulsado cifras de inflación muy cercanas al objetivo de 2% de la Reserva Federal. Las condiciones financieras aún favorables, irán perdiendo fuerza en la fase tardía del ciclo”, añade el texto.
En octubre de 2017, la Fed inició su proceso de normalización de la hoja de balance, indicando su voluntad de reducir la misma en 1,4 trillones de dólares en los próximos cuatro años. A esto se suma el cese de la expansión monetaria del BCE, quien probablemente termine entre septiembre y fin de año su programa de compra de activos. Esto deja al Banco de Japón como el principal banco central desarrollado aún comprometido con políticas monetarias expansivas.
Para Puente, “la combinación de tasas de interés más altas, retracción de la liquidez mundial y el resurgimiento de ciertas presiones inflacionarias en una fase avanzada del ciclo económico americano, nos llevan a concluir que la volatilidad ha retornado para quedarse. Los agentes necesitan ajustarse a esta nueva dinámica y el precio de los activos deberá reflejar un mundo donde el retorno ofrecido por la tasa libre de riesgo ya no es despreciable Esto tiene un efecto directo sobre la formación de precios de todos los activos con riesgo y sobre los flujos financieros. Finalmente, la relativa divergencia de política monetaria entre los principales bancos centrales, implica un diferencial de tasas cada vez más amplio a favor del dólar, con implicaciones para las divisas de países desarrollados y emergentes”.
El período de expansión monetaria sincronizada desde 2009 revalorizó a los activos con riesgo y las tasas ultra bajas llevaron a muchos inversores a asumir riesgos mayores que los que condecían con su perfil de riesgo.
Para los analistas de Puente, “el período de gradual retracción de la liquidez global y tasas más elevadas, si bien no es incompatible con retornos positivos, requerirá recalibrar el riesgo y priorizar los fundamentales de las inversiones”.