Los retos que afronta el mercado son numerosos, encabezados por una guerra que ha puesto en jaque la recuperación económica tras el COVID. La fuerte inflación y el parón en el crecimiento avivan los temores de estanflación, en un entorno en el que los mercados ya no cuentan con el apoyo de los bancos centrales.
En este complejo entorno, hay estrategias que pueden ayudar a los inversores a despejar el camino, ofreciendo interesantes oportunidades: renta variable con estilo value, acciones europeas de compañías de mediana y pequeña capitalización, empresas relacionadas con la temática espacial, real estate europeo cotizado, fondos multiactivo y deuda emergente con corta duración son ideas que ofrecieron los expertos de DPAM, Jupiter Asset Management, La Financière de l’Echiquier, Lonvia Capital, ODDO BHF Asset Management y T. Rowe Price en el marco de la segunda edición del Funds Society Investment Summit, que se celebró los pasados 21 y 22 de abril. Tras hablar ya de la mitad de estas estrategias, en este artículo destacamos las otras tres ideas para un entorno de incertidumbre.
Oportunidades en real estate europeo: el espacio alternativo líquido cobra fuerza
En el espacio más alternativo, pero dentro de la renta variable, DPAM habló de las oportunidades en real estate europeo cotizado. “Estamos en un entorno de guerra, subida de precios de la energía y las materias primas, inflación a doble dígito en los países europeos y EE.UU… y de máxima incertidumbre, con los bancos centrales subiendo tipos ya en EE.UU. y, en Europa, primero reduciendo balance y ya a las puertas de una subida de tasas que podría llegar este año. Por otro lado tenemos crecimiento, no tan fuerte como el año pasado, pero de un 2%-4% y resultados empresariales fuertes; es decir, hay una dinámica económica que aún existe aunque se está reduciendo. En este entorno hemos elegido una estrategia de real estate cotizado por dos objetivos: tiene sentido invertir en este activo y aportará valor añadido a las carteras”, aseguró Nicolas Da Rosa, International sales de DPAM para España y Portugal en su ponencia dentro del evento.
Da Rosa recordó las tres formas existentes para invertir en el mundo inmobiliario: directamente en la propiedad (algo que requiere de financiación y que puede permitir rentabilidades de en torno al 3%-4%, pero que también implica un importante pago de impuestos y coste de mantenimiento del activo, además de potenciales problemas de liquidez en momentos de crisis); a través de socimis (que implica invertir en un título únicamente, a veces poco diversificado); o vía un fondo de socimis europeas. Esta última opción proporciona liquidez diaria, una gestión profesional y diversificación por países y sectores (algo que permite que, en lo que va de año, su fondo caiga solo un 2%, frente a los fuertes retrocesos de otros índices de renta variable).
Pero además es una estrategia de inversión muy adecuada en el momento actual, debido a la cobertura que proporciona frente a la inflación: “Las socimis son una forma de cubrirse contra la inflación, no de forma perfecta porque los contratos son a largo plazo pero casi, porque en muchos países de Europa tienen una cláusula en la que se actualiza la inflación anualmente –mientras en Reino Unido eso ocurre cada cinco años-“, explicaba el experto. Y muy útil para diversificar las carteras globales de los inversores, con posiciones que podrían estar entre el 5% y el 10% de las mismas.
En este contexto, el experto presentó el fondo DPAM Invest B Real Estate Europe Dividend Sustainable, artículo 8, cuya rentabilidad procede tanto de los dividendos como de la revalorización de los activos en cartera. Actualmente, las valoraciones son atractivas tras el castigo sufrido con el COVID, la beta es baja (un 0,6 de media, si bien ahora se sitúa en el 0,8, lo que permite que, cuando el mercado cae, sea uno de los activos de renta variable que menos sufre) y su estrategia paga un dividendo superior a la media (en concreto, tres cuartas partes de su cartera pagan más dividendos que la media). Además, ofrece diversificación por países y segmentos y evita exposición a la guerra de Rusia y Ucrania.
El fondo DPAM Invest B Real Estate Europe Dividend Sustainable invierte en valores inmobiliarios cotizados europeos (REITs), término que en España se conoce como socimi. El objetivo es obtener una renta, derivada de los mejores REITs con inferior volatilidad y correlación con el mercado de renta variable y renta fija. De hecho, el fondo puede tener hasta un 10% en deuda.
Este fondo sufre en un momento específico, explicaba Da Rosa: cuando se anuncian alzas de tipos, y el Bund sube pero, explicó, “una vez descontadas las subidas, funciona mejor. Porque si suben tipos, se entiende que hay crecimiento y, si hay inflación, los contratos también acaban al alza”. Sobre su posicionamiento, desde DPAM explicaron que están “muy positivos en sectores como logística o el sector residencial alemán”.
El fondo tiene un volumen de 260 millones de euros y podría crecer hasta los 500 millones aproximadamente, sería su capacidad máxima teniendo en cuenta el universo de inversión (unas 500 compañías, de las que se trabaja con unas 200 y se construye la cartera con unas 45).
Oportunidades en multiactivos, con la gama ODDO Polaris
El espacio multiactivo ofrece ahora también interesantes opciones de inversión, según defendió ODDO BHF AM en una ponencia bajo el título “Mantén el rumbo con la gama de fondos multiactivo ODDO BHF Polaris”, que consta de cuatro fondos globales que cumplen con criterios ESG y que invierten según los diferentes perfiles de riesgo, objetivos de inversión y sentimientos de mercado de los distintos inversores, desde moderados a equilibrados y desde flexibles a dinámicos. Los fondos difieren principalmente en su perfil de riesgo, que se define por su exposición máxima a la renta variable. Se trata de ODDO BHF Polaris Moderate (0-40% de renta variable), ODDO BHF Polaris Balanced (35-60% de renta variable), ODDO BHF Polaris Flexible (25-100% de renta variable) y ODDO BHF Polaris Dynamic (70-100%).
Los fondos invierten en una selección de activos tradicionales, como la renta variable o los bonos corporativos, con un enfoque de inversión orientado a la calidad y al largo plazo, siguiendo criterios ESG y dando importancia clave a la diversificación. Y se construyen con un proceso de inversión bottom up, sobre todo en la parte de renta variable, que es la que genera el alfa de la cartera, pues la renta fija se destina a “modular las exposiciones al mercado y a controlar la volatilidad y las caídas, pero no tiene la misión de generar rentabilidad”, explicaba Leonardo López, Country Head de Iberia y Latam en ODDO BHF AM.
En concreto, seleccionan compañías con un mejor perfil de crecimiento y generación de flujo de caja libre que el mercado, con ventajas económicas fiables debido a su presencia en un mercado con fuertes barreras de entrada, balance sólido, disponibilidad a precio razonable y liquidez. Y, sobre todo, que se posicionen en tendencias seculares globales que ofrecen resistencia en todas las fases del ciclo económico. “Un factor distintivo (de la gama de fondos Polaris) es que son fondos que invierten en megatendencias, empaquetados en productos mixtos para adaptarlos al perfil de riesgo de los inversores”, explicaba López. “Uno de los defectos de los fondos de megatendencias puede ser su elevada beta, y en la gama Polaris las empaquetamos en formato mixto para modular la exposición al mercado”, añadía. Las megatendencias a las que se busca exposición son cuatro: digitalización, automatización e inteligencia artificial; nuevos hábitos de consumo y de trabajo; envejecimiento de la población; y crecimiento de las rentas de las clases medias emergentes.
El proceso de inversión, que da como resultado una cartera con entre 30 y 60 nombres, consta de tres pasos: la asignación de activos, la selección de acciones y bonos y la construcción de la cartera y gestión del riesgo. Para el asset allocation, la gestora cuenta con un comité de inversiones global que se reúne todos los meses y que estudia la situación macroeconómica y del mercado teniendo en cuenta una serie de factores: indicadores fundamentales (valoraciones, beneficios…), indicadores monetarios e indicadores psicológicos, de sentimiento o de behavioural finance. “En la última reunión se revisó a la baja el fuerte crecimiento previsto en el año a nivel global y quedó claro que la inflación estará aquí más tiempo del esperado y que el conflicto de Rusia-Ucrania añadirá más incertidumbre”, destacó López. Por eso están infraponderados en factores macro. Mirando los resultados corporativos, se muestran neutrales. Sobre las políticas fiscales y monetarias, vislumbran un tapering en EE.UU. más rápido y subidas de tipos incluso en Europa, donde no se esperaban para este año pero ya sí son una opción para antes de finales de 2021, por lo que se muestran infraponderados en este aspecto. Por todo ello, en general, su valoración con respecto a los factores fundamentales es de infraponderación.
Al mirar las valoraciones, el signo es mixto: el mercado está caro en términos absolutos pero no tanto en relativo. Con respecto a los factores psicológicos o de sentimiento, la luz es verde: “Tras las ventas de principios de año, los grandes inversores todavía no han reducido tanto su posicionamiento, así que somos neutrales, y también en el análisis técnico (la mayoría de índices han recuperado sus niveles tras la gran caída por el conflicto en Europa del Este”. Como resultado de todos estos análisis, el equipo de la gestora determina que predomina el color naranja, de forma que están ligeramente infraponderados en renta variable. “Con este resultado, los gestores o reducen renta variable o cubren las posiciones en las carteras. Ahora, todos los perfiles de la gama Polaris están por debajo de su exposición media histórica a renta variable”, explicaba López.
El paso 2 consiste en la selección de acciones y bonos, basándose en el análisis cuantitativo para evaluar la rentabilidad de la empresa (vigilando el retorno del capital y su estabilidad financiera), el análisis cualitativo para identificar la ventaja económica de una empresa y su exposición al crecimiento estructural –invirtiendo en megatendencias e integrando criterios ESG- y las valoraciones (para evaluar si las acciones o bonos están disponibles a un precio razonable). López destacaba cómo la integración de factores ESG está presente en todos los fondos, como paso en la parte cualitativa. A partir de ahí, el paso 3 es la construcción de la cartera y gestión de riesgo. Todo este proceso da como resultado carteras con sesgo quality growth.
Sobre las posiciones en el momento actual, marcado por una inflación duradera, López destacó la importancia de invertir en compañías con poder de fijación de precios, márgenes de rentabilidad elevados, con pocos costes logísticos… En un entorno de incertidumbre económica, destacó la importancia de buscar sectores tradicionalmente defensivos o negocios diversificados internacionalmente (como compañías en el mundo farma o de la biotecnología); en un contexto marcado por el encarecimiento de las materias primas y la energía, defendió la idea de buscar firmas que proporcionan esos materiales básicos, así como compañías con márgenes elevados y menor dependencia de los mismos. También, con la preocupación de las subidas de tipos en el horizonte, se posicionan en el mundo financiero, pero con preferencia por las aseguradoras. “Otra temática es la ciberseguridad: buscamos empresas con exposición a la misma (como Accenture, Capgemini o Microsoft, donde un 10% de su beneficio viene de la ciberseguridad)”. Y también destacó la temática de la independencia energética: “Para invertir, optamos por temas como energías renovables, coches eléctricos o infraestructuras (Siemens, Vinci, …)”.
Su gama Polaris ha generado en España mucho interés sobre todo en los dos extremos, en el más moderado y en el agresivo (Dynamic), donde la exposición neta a renta variable es del 79% y la bruta, del 99% actualmente, y cuya cartera está expuesta principalmente a la temática de la digitalización.
Oportunidades en renta fija: deuda emergente de corta duración
En renta fija, pese al entorno de inflación y subidas de tipos que podrían perjudicar al activo, Jupiter AM presentó una idea de inversión que puede funcionar muy bien en este entorno: la deuda emergente de corta duración, con el fondo Jupiter Global Emerging Markets Short Duration Bond. Se trata de una estrategia diseñada para cualquier momento del ciclo, que ofrece a los inversores una exposición a la prima de rendimiento de los mercados emergentes, al tiempo que trata de limitar la volatilidad y las caídas. “Es un momento especialmente interesante para el activo”, destacó Alejandro Arévalo, responsable de deuda de mercados emergentes en la firma. De hecho, el equipo de renta fija emergente de Juupiter AM ha destacado en la gestión de la volatilidad y los riesgos: como prueba, el fondo de corta duración en 2018 consiguió terminar ligeramente en positivo. “Es interesante centrarnos en este fondo por el entorno de incertidumbre respecto a la evolución de los tipos de interés y la ampliación de los spreads”, destacó el experto.
Para empezar, dejó muy claro que la situación actual es distinta al taper tantrum vivido en 2013: “Estamos en una situación diferente: en ese momento Bernanke no comunicaba con transparencia, mientras ahora la Fed nos cuenta incluso cuando “están empezando a pensar”. La comunicación ha sido más clara y ha logrado que muchos inversores posicionen las carteras en preparación para las subidas de tipos de interés que vienen”, explicaba Arévalo. De esa forma, el mercado ya se ha ajustado no solo en base a los spreads sino también a posibles subidas de tipos y a la inflación.
La otra cuestión es qué pasa si hay una subida intensa del dólar y se asume que es negativa para todos los emergentes: “No podemos pensar en los mercados emergentes como un país, hay más de 60 y no todos están en el mismo punto del ciclo, por lo que habrá ganadores y perdedores”, afirmó. Aunque sus fondos están denominados en dólares, Jupiter AM ha empezado a “jugar” una parte en moneda local porque la evolución de las divisas depende mucho de lo que pasa en las economías de estos países, su inflación y los movimientos de sus bancos centrales: “Creemos que habrá mucho movimiento en las divisas locales. Los bancos centrales de los mercados emergentes han mostrado madurez y defendido sus credenciales de luchar contra la inflación y por eso no ha habido depreciación en algunas divisas locales”, añadía.
Otro foco clave es China, con su política de cero COVID que afecta al crecimiento. “A finales año, el presidente será elegido por tercera vez y no querrá encontrarse una economía en problemas, por eso pondrá un gran enfoque en el crecimiento y, cuando cambie la política de cero COVID, en la segunda mitad del año podríamos ver una recuperación atractiva”. Por ello en la gestora, desde una posición de infraponderación, han empezado a incrementar posiciones.
Otro gran foco en emergentes es el impacto de la guerra de Rusia y Ucrania, que según Arévalo se centra en el precio de las materias primas en el mundo emergente: “Hay que identificar los países ganadores/exportadores -Oriente Medio, Latam o partes de África, con parte fiscal y crecimiento positivos- y los perdedores/importadores -como Turquía, Egipto o Chile-“.
Otro factor a favor de la inversión en emergentes son las valoraciones: “Muchos inversores han vendido sus posiciones en emergentes y preguntado después: tenemos muchos turistas/cross over en nuestros asset class, que venden al primer titular negativo, lo que crea volatilidad pero también deja oportunidades de entrada. En este momento hay mucha diferencia entre los fundamentales de las compañías y algunos bonos soberanos y sus valoraciones. En este entorno, hemos agregado riesgo a la cartera, con corta duración, para obtener un rendimiento positivo por medio del carry”, explicaba.
En cuanto a sus posiciones por países, se muestra positivo con China (aunque no lleguen a la meta de crecer el 5,5%, es positivo con su evolución de cara a la segunda mitad de año), Oriente Medio (habrá mercados beneficiados de las subidas del precio del petróleo, como Bahrein u Omán, en high yield), Latinoamérica (también se beneficiará de las subidas de las materias primas, excepto Chile, y con Brasil como país más atractivo –“Aunque haya un cambio político, nos hemos posicionado en dólares y también en divisa local poniendo el foco en la subida de las commodities y en la posición del banco central”-) o Sudáfrica. En cuanto a los perdedores de esta situación, señala a países como Egipto, Turquía, Jordania o Kenia, lugares donde ahora no quieren estar. Sobre Rusia, Arévalo cree que la mayoría de posiciones sobreranas y cuasisoberanas, y corporativas, irán al default, y no tienen exposición.
Ante el entorno inflacionista, se posicionan en sectores y compañías que puedan pasar la subida de precios al consumidor final, como las telecomunicaciones. Por rating, muestran preferencia por el high yield, donde “los spreads no reflejan los fundamentales”, y por duración, están cortos. “El universo de fondos de deuda emergente con corta duración es pequeño, de unos 15 productos. Nuestro fondo es flexible, invierte tanto en bonos soberanos como corporativos y no hay límites. Puede invertir hasta un 10% en divisa local, el rating mínimo es BB y no usamos derivados”, resumía Arévalo.