Mientras los tipos de interés reales, descontando el efecto de la inflación, todavía se encuentran en terreno negativo tanto en Europa como en EE.UU., en Asia son positivos. Este es el primer argumento que esgrime Rajeev de Mello, responsable de renta fija asiática de Schroders, en esta entrevista con Funds Society, para mostrar el atractivo del activo.
Pero no es el principal. Lo más interesante, en su opinión, está en el trasfondo y tiene que ver con la demografía de la región. El envejecimiento de la población, que primero tuvo su impacto en Japón y luego en EE.UU. y Europa, presionó a la baja las rentabilidades. “Ese impacto afectará también a Asia un poco más tarde ya que ahora el continente ve cómo su población y su fertilidad se reducen mientras aumenta su esperanza de vida. El mismo escenario que hemos visto en Europa, en EE.UU. y en Japón. Creo que para muchos inversores el efecto demográfico fue infravalorado y malentendido cuando Japón lo vivió”, explica el experto.
De Mello advierte de que las rentabilidades siguen siendo más altas en Asia, pero según proyecciones del FMI, diversos factores las presionarán a la baja. Una caída del 2% en Indonesia y Tailandia, un 1,5% en India y casi un 2% en China. Un 1,5% de media menos para toda la región. “Para los inversores globales que encuentran tipos de interés casi al cero o incluso tipos reales negativos, probablemente es interesante analizar el potencial asiático”, insiste.
Un escenario que considera especialmente atractivo para el inversor europeo que está ahorrando para su jubilación y obtiene actualmente rentabilidades muy bajas. “Para un período de cinco años obtendría una rentabilidad del 7% en los bonos de India e Indonesia, por ejemplo». Y además, el efecto demográfico hará que algunas rentabilidades caigan, lo que jugará a favor de los precios en los próximos años.
La divisa y la inflación, principales criterios de selección
A la hora de seleccionar emisores en deuda pública, De Mello señala varias posibilidades. Por una parte, hay países que están bastante desarrollados y con niveles de PIB per cápita altos como Singapur, Hong Kong, Corea del Sur o Taiwán. Pero aparte también están los países de renta media y emergentes. “Uno de los criterios que utilizamos es la divisa, si puede registrar caídas bruscas y necesitamos cubrirla. Después miramos también a los bonos en términos de inflación, si su rentabilidad es suficientemente alta para compensar una posible subida de la misma, si hay protección o no, y eso depende mucho de la calidad del país”, explica.
Una búsqueda de calidad que puede realizarse a través de los ratings y, en este sentido, De Mello alude, por un lado, a la reciente mejora de la calidad crediticia de Indonesia a Investment Grade y, por otro, a la rebaja de calificación de China. “La bajada del rating de China muestra la visión de Moody’s sobre el aumento del nivel de deuda y la ralentización de su crecimiento. Para un comprador de bonos es por supuesto un factor importante, pero el reto de China está en el crecimiento, que requiere reformas difíciles de implementar políticamente”.
En cuanto a India, el experto de Schroders cree que las reformas introducidas, como la implementación del Goods and Service Tax (equivalente al IVA europeo), son positivas porque convierte al país en un único mercado común frente a la situación anterior en la que cada provincia/estado tenía su propio impuesto. “Ahora se podrá producir en un estado sin tener que pagar un impuesto cuando vendas o compres en otro”, explica. Reformas como ésta, sumadas al nuevo objetivo de inflación del 4% que se ha marcado el Banco Central, contribuirán a un crecimiento positivo a medio plazo.
La variedad de vencimientos permite al gestor apostar por duraciones largas de hasta 10 años en el caso de Tailandia o China, cuya rentabilidad es significativamente más alta. Por su parte, India e Indonesia tienen las rentabilidades más altas de la región (ambas 7% para el bono a 10 años). Ese 7% de rentabilidad es el objetivo de las dos estrategias de Schroders en renta fija asiática, si bien todo podría mejorar en el conjunto del ejercicio. “Está siendo un año muy bueno de momento, probablemente podremos hacer otro 3% en lo que queda de año, así que no estaré sorprendido si podemos superar el 10% este año”.
Deuda corporativa: foco en el detalle
Tras un ejercicio 2016 en el que la tasa de defaults repuntó de manera significativa como consecuencia de la caída de precios del petróleo, este año De Mello espera que esa tasa sea más baja y que en países como China la inflación empiece a ser algo más positiva. “Eso es bueno para las compañías porque significa que los ingresos han subido mucho, lo que les ayuda a mantener su nivel de deuda”, añade.
Con todo, el experto reconoce que la deuda corporativa está cara ya que la rotación en este activo se ha producido desde EE.UU. a Asia: “Los inversores que encontraron tipos de interés negativos en Europa se fueron a Estados Unidos mientras los tenedores de deuda corporativa estadounidense se fueron a Asia y todo esto hizo caer la rentabilidad también en Asia”.
En cuanto a sectores, el financiero les gusta en general salvo en algunos sectores en China como los brokers, o en India, por su elevada deuda. “Lo importante en Asia es que los países son muy distintos, lo que significa que en un país puede gustarnos un sector y en otro puede no gustarnos”.
Más negativos sobre el sector de materias primas, sí ven oportunidad en la industria del cemento chino y del acero indio. Otro ejemplo es el sector inmobiliario en China que ha vivido un gran rally en los últimos dos años y “ahora nos obliga a ser mucho más precavidos porque el Gobierno ha pasado de intentar estimular al sector a intentar reintroducir algunas limitaciones. Por eso estamos negativos”, afirma.
¿Principales riesgos? La Fed y China
Aunque lo que se espera es que la subida de tipos en EE.UU. sea gradual, De Mello señala como principal riesgo que la Fed se vuelva un poco más “hawkish” como consecuencia de un fuerte repunte de la inflación.
Otra preocupación es que el crecimiento de China se ralentice más de lo esperado. “Ahora creemos que se ralentizará un poco pero no mucho. Pero si China se ralentiza muy rápido su divisa sufrirá algunas dificultades también. No esperamos que ocurra esto porque si su cúpula cambia este año en octubre, tendrán mucho cuidado para gestionar una ralentización del crecimiento más lenta”.