La economía china y su evolución sigue siendo vital para la comprensión de todos los mercados de materias primas, especialmente dado que su consumo de metales constituye aproximadamente el 50% de la demanda mundial. El ritmo de las reformas sigue siendo rápido, pero la naturaleza de la evolución de su economía está cambiando a medida que el gigante asiático intenta alejarse de la inversión en activos fijos para tener una economía basada en el consumo.
George Cheveley, portfolio manager de Commodities & Resources de Investec, visitó China por primera vez hace 15 años. Asistía como ponente a una conferencia sobre el mercado del cobre organizada por Shanghai Futures Exchange en un edificio recién construido en el nuevo barrio de Pudong, en el área de Shanghai. “Recuerdo con claridad la zona casi desierta, el ambiente futurista que parecía estar demasiado adelantado a su tiempo. La pregunta ‘¿Ha construido China demasiado, demasiado pronto?’ se hizo eco alrededor de las arterias vacías de esa parte de la ciudad”, cuenta.
Esa pregunta, cree él, sigue rebotando entre las paredes de hormigón de los bloques de pisos en China, “aunque ahora lo hacen lejos de las ciudades costeras como Shanghai”. Cheveley acaba de visitar de nuevo china y esta vez, las sensaciones son diferentes.
“Mi reciente visita comenzó precisamente en Pudong en Shanghai, un distrito financiero muy animado ahora. La cena con algunos amigos chinos que trabajan en los mercados de metales reveló que ahora es más difícil ganar dinero de lo que era cuando la tasa de crecimiento del país se situaba de forma regular por encima del 10% anual y el Gobierno no podía hacer más para respaldar el crecimiento industrial. Ahora, la rentabilidad y los retornos son el foco principal, donde antes reinaba el crecimiento del volumen. Una lección dura que no sólo están aprendiendo las empresas mineras occidentales”, explica Cheveley.
El Gobierno, y también las provincias y las empresas públicas (EPE), está tratando de poner en práctica un enfoque más amplio de medidas más sostenibles, y prestan mucha atención a los niveles de desempleo, la rentabilidad, la productividad… etc frente al foco único anterior que se centraba solamente en la tasa de crecimiento del PIB. “Esto significa que los bancos ya no prestan a las compañías que crean nueva capacidad sin antes ver un caso de negocio sólido que analice la posible rentabilidad. Para el sector de la minería, los bancos locales han endurecido las políticas de préstamo, ya que el gobierno central ha señalado que la industria pesada con exceso de capacidad están en desgracia”, dice Cheveley. Además, añade, el fraude en el puerto de Qingdao el verano pasado causó grandes pérdidas a los bancos nacionales y extranjeros que financiaban un stock de metales que resultó que no existía, dado que se habían emitido certificados de manera fraudulenta.
Obtener crédito ya no es fácil para las empresas industriales de China porque las prioridades ha cambiado desde un crecimiento por volumen a un crecimiento de las ganancias. Eso no quiere decir que no hay crecimiento en volumen, sino que ahora tiene un ritmo más lento y con base en un modelo más sostenible, cree el experto de Investec.
El ejemplo de Taiyuan
Desde Shanghai, Cheveley siguió su viaje para visitarla ciudad de 4 millones de habitantes de Taiyuan, capital de la provincia de Shanxi, y Xiaoyi, y conocer a varios expertos de carbón y empresas de aluminio antes de viajar a Pekín para continuar con otras reuniones.
La provincia de Shanxi es es el centro de la industria de carbón de China, su producción de 970 millones de toneladas métricas (mmt) en 2014 representa aproximadamente el 25% de la producción total de China. Hace unos años, cuando los precios del carbón en tocaron niveles récord Taiyuan era una ciudad de auge y en rápida expansión gracias a los beneficios de la minería del carbón. El exceso de efectivo se gastaba en artículos de lujo y se reinvertía en el mercado inmobiliario.
Esto último aún es visible. Existen muchos bloques de pisos de reciente construcción medio vacíos o a medio terminar con pocos signos de actividad.
“Es probable que la actividad de la construcción se fuera recuperando un poco después delas vacaciones de Año Nuevo, pero entonces estaba claro que había un exceso de stock que llevará algún tiempo llenar. Este fue un claro ejemplo de uno de los desafíos que enfrenta el Gobierno: mover la economía hacia el sector servicios y alejarla de su excesiva dependencia de la inversión en activos fijos”, afirma portfolio manager de Commodities & Resources de Investec.
Para Cheveley, la causa de los problemas de Taiyuan es clara. En la actualidad el precio domésticos del carbón térmico es el 450 renminbi (72,5 dólares) por tonelada entregada IVA incluido. Por mucho que un tercio de la industria china esté luchando por encontrar el punto de rentabilidad la presión está en racionalizar y consolidar. El Gobierno ha tenido al menos 20 reuniones en el último año con los productores y las asociaciones de carbón para discutir cómo mejorar la rentabilidad y gestionar los niveles de deuda.
La industria del carbón emplea directamente a más de 6,1 millones de personas, pero también es una de la principales causas de la contaminación ya que la menor calidad del carbón incrementa las emisiones de las centrales eléctricas que lo usan.
“Una solución es presionar a las minas más pequeñas que producen carbón de peor calidad para que cierren al tiempo que se anima a las grandes empresas a mejorar la eficiencia. La nueva regulación que requiere detalles sobre todas las trazas incluidas en cualquier carbón importado, también están desalentando las importaciones. Aún así, se estima que se tardará hasta dos años en conseguir que la industria se asiente en una base de operación más estable, y mientras tanto el crecimiento de la producción se verá limitado”, explica el experto de Investec.
Como de costumbre, China sigue siendo un país fascinante, que sigue avanzando a un ritmo rápido. El Gobierno ha impulsado la transformación del modelo económico desde la inversión en activos fijos hacia un crecimiento basado en el consumo, y está tratando de dar respuesta a la demanda popular de un medio ambiente más limpio, un estado con menos corrupción y una mayor calidad de vida. Este es un buen augurio a más largo plazo para un modelo de crecimiento más equilibrado y sostenible, pero está claro que no es un cambio fácil de lograr.
“En nuestra opinión, esto también significa que las tasas de crecimiento de la demanda de productos mineros, tales como mineral de hierro y carbón, se ralentizarán y podrían ser negativas en algunos años. Sin embargo, otros metales más relacionados con el consumo como el níquel, el aluminio y el cobre deberían continuar creciendo a buenos precios conforme aumenta el nivel de vida y los pedidos de bienes duraderos aumentan. Creemos que la demanda de petróleo seguirá creciendo, a medida que se vendan más coches y aumenten losviajes por carretera”, concluye el experto de Investec. La firma también apuesta porque la inversión en energía renovable continuarán acelerándose, dado que la contaminación sigue siendo un gran problema.