El BCE por fin cruzó la línea y se aventuró en terreno inexplorado lanzando un programa de relajación cuantitativa en el que también entra la deuda pública. El tamaño, la duración y el carácter potencialmente abierto de esta relajación cuantitativa sorprendieron al mercado, provocaron una fuerte subida de los activos de riesgo en todo el mundo y tiraron a la baja del euro frente al resto de grandes monedas. Es el resumen de los expertos de Fidelity WI que aventuran para un futuro más inmediato que aunqur primero tiene que disiparse la polvareda levantada por el BCE, el efecto del anuncio tardará algún tiempo en dejarse sentir. Para la firma, la decisión del BCE es, en general, tremendamente positiva para el conjunto del mercado de renta fija.
Sin embargo, está por ver si el BCE tendrá éxito a la hora de estimular la inflación en la zona euro, estima Fidelity en un informe semanal, pero cree que la reacción inicial del mercado ha sido positiva hasta ahora. El documento destaca que la inclusión de los bonos indexados a la inflación entre los títulos que se comprarán en el marco del programa de relajación cuantitativa ha dado impulso a los indicadores de inflación y seguirá apoyando a esta clase de activo tras unos meses difíciles.
“A medida que los tipos de interés de la deuda pública van poniendo rumbo al cero, la búsqueda de rendimientos va a llevar a los inversores en euros a bucear en otros segmentos de la curva de riesgos y a buscar oportunidades en el mercado de deuda corporativa. Esto debería dar un fuerte impulso a la deuda corporativa en euros en 2015”, explican desde la gestora estadounidense. “El ciclo de la deuda corporativa europea está evolucionando y, aunque estamos empezando a observar un aumento del apalancamiento frente a los beneficios, los niveles de cobertura de intereses siguen en niveles históricamente altos, lo que hace que la carga de la deuda sea llevadera. La dinámica de tipos bajos refuerza esta situación”, apuntan.
Por su parte, los diferenciales en euros se han desconectado de los diferenciales en dólares desde mediados de 2014 en respuesta a la política del BCE, pero también al deterioro de los fundamentales de la deuda corporativa estadounidense. Aunque los diferenciales en euros parecen estar ajustados en términos absolutos, son amplios expresados como porcentaje de los rendimientos totales de los bonos corporativos. Esto acrecienta el atractivo del mercado para los inversores en euros, creen los analistas de Fidelity.
“Si nos alejamos en el espectro de riesgos, los bonos de alto rendimiento europeos no serán inmunes a la demanda inducida por el BCE. Las valoraciones están en niveles atractivos tras la fase de debilidad que vivió el mercado durante el segundo semestre de 2014. De hecho, los diferenciales se sitúan ligeramente por debajo de 400 pb y deben abordarse en el contexto de los 1,2 billones de títulos con rendimientos negativos que hay en circulación”, recuerdan.
Segmento BBB del mercado
“Dado que es improbable que los impagos aumenten de forma considerable desde los niveles actuales, gracias a la política monetaria extremadamente expansiva creemos que esta clase de activo ofrece una buena recompensa por el riesgo que conlleva. Lo anterior se hace especialmente evidente cuando se establece una comparación con el segmento BBB del mercado”, afirman.
Aparte del atractivo del papel denominado en euros dentro de la nueva era de relajación cuantitativa del BCE, la gran tendencia para los inversores en 2015 será invertir internacionalmente.
Los bonos del Tesoro y la deuda corporativa de EE.UU. probablemente se vean beneficiados, gracias a una combinación óptima de primas elevadas en vencimientos más largos y diferenciales más altos de lo que podría justificarse con los riesgos fundamentales, dicen desde Fidelity. Al mismo tiempo, el papel estadounidense ofrece a los inversores internacionales un flujo de rentas defensivo, atractivos rasgos de diversificación dentro de una cartera internacional y exposición al dólar en un entorno en el que el resto de grandes bancos centrales está luchando contra las fuerzas deflacionistas a través de depreciaciones cambiarias. «En nuestra opinión, la deuda emergente en divisa fuerte está en un momento óptimo en este contexto. El hundimiento de los precios del petróleo dará un impulso muy bienvenido a la demanda mundial y mejorará las balanzas por cuenta corriente de los países emergentes». Fidelity cree que a medida que se vayan fortaleciendo los fundamentales, los inversores europeos en busca de rendimientos se sentirán atraídos por los favorables diferenciales y las ventajas de diversificación que puede ofrecer esta clase de activo.
“Dado que las condiciones financieras serán aún más expansivas y los bancos centrales están luchando contra la tendencia deflacionista, las perspectivas a medio plazo para la renta fija siguen siendo positivas. Los riesgos específicos y geopolíticos persisten, pero las bajas presiones inflacionistas y el favorable panorama técnico deberían seguir dando apoyo a este mercado de cara al futuro”, concluyen.