Aunque las gestoras todavía no han publicado sus perspectivas para el próximo año, en sus análisis diarios se observa que consideran que los bancos centrales y la inflación seguirán siendo los factores más relevantes del mercado a corto y medio plazo. Está asumido, y descontado, que los tipos de interés seguirán subiendo hasta que la inflación quede controlada, pero ¿cuándo habremos llegado al pico de inflación y, por tanto, de subida de tipos?
Según recordaban desde BlackRock en su análisis semanal, los bancos centrales enfrentan una disyuntiva brutal en este nuevo régimen: o conviven con la inflación o aceptan el daño a la economía necesario para reducirla rápidamente. “A nuestro juicio, no hay otra alternativa, ni tampoco es posible un aterrizaje suave. Un ejemplo: el plan de flexibilización fiscal del Reino Unido. En lugar de elevar las expectativas de crecimiento, solo provocó un aumento de los tipos. Por ello, mantenemos un nivel de riesgo reducido”, señalan.
Para Silvia Dall’Angelo, economista senior, Federated Hermes Limited, si bien las recientes turbulencias en los mercados financieros del Reino Unido fueron provocadas por anuncios imprudentes de política interna, transmitieron un mensaje más general sobre la fragilidad de los mercados financieros en un entorno de subida de tipos. “El riesgo de que se produzcan graves dislocaciones en los mercados que puedan desembocar en un acontecimiento sistémico ha aumentado considerablemente”, afirma.
En opinión de Olivier de Berranger, director de inversiones y director de gestión de activos de La Financière de l’Echiquier, las políticas de los bancos centrales están combatiendo el mercado, que a lo largo de esta semana han experimentado un rebote interesante tras un final de septiembre marcado por las caídas y la volatilidad. “Ya nada funciona entre los bancos centrales y el mercado. El principal atacante es, evidentemente, la Fed, que prosigue inexorablemente su política de subida de tipos y, por tanto, del dólar con el fin de ralentizar la economía y rebajar la inflación”, afirma.
Este desencanto entre los mercados y los bancos centrales se entiende porque, según el experto, durante los últimos años las instituciones monetarias han asumido de forma general el papel de “los salvadores del mercado”, como por ejemplo ha vuelto a ocurrir con la crisis del COVID-19, pero ahora en su lucha contra la inflación, ha cambiado esta percepción.
A contra corriente
“Recientemente se han puesto prácticamente todos a guerrear contra el mercado, postura que conlleva también luchar contra las consecuencias de sus propias acciones y que augura episodios turbulentos en las bolsas mundiales. El último ejemplo lo tenemos en el Banco de Inglaterra (BoE), que para luchar contra la desconfianza del mercado, el banco central maniobró contra su propia política de subidas de los tipos tirando a la baja de los rendimientos de los vencimientos a largo plazo”, señala.
No ha sido el único banco central en “actuar contra el mercado”. Según Berranger, el Banco de Japón no ha aflojado sus tipos prácticamente nulos, mientras que la inflación se abre paso suavemente y el yen se desploma contra el dólar a una velocidad vertiginosa. Y como consecuencia, “debe vender dólares contra el yen para sostener la moneda, pero esta maniobra no surte apenas efectos si no existe una política monetaria menos expansiva”, explica.
Respecto al Banco Central Europeo (BCE), Gilles Moëc, economista jefe en AXA Investment Managers, advierte de que “la experiencia del BoE puede inculcar en otros bancos centrales, y en particular en el BCE, es la sensación de que uno debe pensar dos veces antes de complementar la acción tradicional sobre las tasas de política con el ajuste cuantitativo. Este es el debate crucial ahora en Frankfurt”.
Según el economista, probablemente “el BCE se centre ahora en una mayor aceleración de la inflación subyacente”. Además, afirma que “puede sorprenderse por el contraste en las encuestas entre la caída abismal de la confianza de los hogares y un sentimiento empresarial que se ha suavizado.” Por ello, “una recesión todavía no es el escenario base del BCE, que esperará a ver hacía qué lado (hogares o empresas) girará la economía en los próximos meses antes de cambiar su opinión”.
La Fed: de escudero a guerrero
Para muchos analistas, la Fed es el banco central que más firme se ha mostrado frente a los mercados. “Según la experiencia de Wall Street, no se lucha contra la Fed, y durante más de una década los inversores en renta fija consintieron la caída de los tipos y el aumento de la deuda pública, y creyeron que la inflación era algo del pasado. Los mercados aceptaron la nueva normalidad del dinero barato, incluso después de que la pandemia pusiera a prueba sus límites. Tras el estallido de dicha pandemia, los ya hinchados balances de los bancos centrales del G10 volvieron a duplicarse, hasta alcanzar unos 30 billones de dólares, y el stock de bonos gubernamentales de rendimiento negativo en todo el mundo superó los 17 billones de dólares. Los inversores siguieron subiendo a la ola, incluso cuando esta empezó a despertar la inflación”, recuerda Joseph V. Amato, presidente y director de Inversiones de Renta Variable en Neuberger Berman.
Probablemente la Fed sea la institución monetaria que más firmeza está mostrando contra la inflación. “Tras lo ocurrido en Reino Unido, las expectativas de un giro de la Fed cobraron fuerza en los mercados financieros. Sin embargo, un cambio inminente en el curso de la trayectoria política de la Fed parece poco probable. Para empezar, los bancos centrales se mueven con lentitud y se ajustan gradualmente a la información que les llega, mientras que los mercados financieros tienden a adelantarse, especialmente cuando se trata de creer en el concepto de un giro de la Fed. Más fundamentalmente, la Fed sigue muy preocupada por el panorama de la inflación y, por tanto, se centra en el aspecto de la estabilidad de precios de su mandato. Los funcionarios de la Reserva Federal que han hablado recientemente han mantenido el mensaje, dejando claro que están decididos a subir los tipos hasta un territorio restrictivo y mantenerlos allí todo el tiempo que sea necesario para que la inflación vuelva a acercarse al objetivo”, explica Dall’Angelo.
En opinión de Erik Weisman, economista jefe y gestor de MFS Investment Management, la Fed ha tratado de convencer al mercado de que, a diferencia de ciclos anteriores, los recortes de tipos no se producirán poco después de que el tipo de interés oficial toque techo. “Para una Fed que está impaciente por frenar el mercado laboral y ver cómo la inflación vuelve a acercarse a su objetivo, tanto las condiciones macro como las micro siguen siendo demasiado fuertes. El problema, sin embargo, es que el endurecimiento de la Fed actúa sobre la economía sólo con un retraso significativo. Si el endurecimiento de la Fed continúa, es probable que tanto las condiciones macroeconómicas como los mercados de riesgo se debiliten considerablemente en los próximos trimestres”, concluye Wisman.