Inmersos ya en el segundo trimestre del año, las gestoras coinciden en que el menor crecimiento sigue sin significar una recesión. Los inversores y analistas están expectantes sobre cómo discurrirán los próximos meses después de haber vivido un gran contraste entre el desarrollo del primer trimestre de 2019 y el último de 2018.
En opinión de Fedelity, este fuerte contraste entre cómo acabó y cómo comenzó el año ha supuesto una rápida mutación del sentimiento inversor desde el pesimismo hacia la alegría en relación con la política de la Reserva Federal estadounidense y la disputa comercial entre China y EE.UU., ha dado un impulso generalizado a los mercados.
“De cara al segundo trimestre, no perdemos de vista que se mantienen los mismos problemas fundamentales en torno a la desaceleración del crecimiento económico, aunque se trata más de un retorno a las condiciones típicas de final de ciclo que de una recesión. Sin embargo, a corto plazo unos mercados fácilmente influenciables han ido demasiado lejos y provocado una desconexión entre los fundamentales y los precios, y los inversores que adopten un enfoque de tolerancia al riesgo indiscriminada podrían verse expuestos a movimientos bruscos en el sentimiento”, sostiene Anna Stupnytska, directora de macroeconomía global y estrategia de inversión de Fidelity.
La gestora considera que hasta mediados de año no va a mejorar la certidumbre en torno al ciclo económico, pero entretanto la panorámica de conjunto sugiere que la desaceleración del sector industrial mundial continúa. “A consecuencia de ello, los mercados han adoptado de nuevo la mentalidad malo es bueno. Los inversores deberían sopesar un enfoque defensivo para abordar unos mercados en los que las interpretaciones convencionales de los datos podrían no tener necesariamente el efecto esperado”, proponen desde la firma.
En este sentido, respecto al crecimiento, el consenso continúa: nos enfrentamos a un menor crecimiento, pero aún es crecimiento; lo que significa que la idea de un recesión aún es lejana. “Existe una gran tensión entre la Reserva Federal, que gira hacia una postura dovish, y la preocupación del mercado sobre el crecimiento mundial. Hasta que se resuelva esta tensión, el dólar estadounidense puede tener dificultades y depreciarse de forma sostenible. Creemos firmemente que es sólo cuestión de tiempo antes de que las preocupaciones sobre el crecimiento global desaparezcan. Sin embargo, creemos que la fortaleza del dólar ha alcanzado su punto máximo”, explica Paresh Upadhyaya, director de estrategia de divisas USA de Amundi.
En opinión de Olivier de Berranger, director de gestión de activos de La Financière de l’Echiquier, el mes de abril estuvo marcado por los mismo temas de actualidad que el inicio del año: el Brexit, las decisiones de los bancos centrales y la evolución del aparente acuerdo entre Estados Unidos y China, tras las tensiones comerciales de 2018. “Tras un comienzo de mes a bombo y platillo, los mercados de renta variable han cerrado casi en equilibrio una semana dominada por la situación de espera”, explica en relación a estos tres temas.
Para Belgravia Capital, la baja exposición a renta variable responde a la situación de cambio de ciclo, tanto monetario como económico. “El comportamiento positivo de la renta variable en el primer trimestre de 2019 obedece a un rebote, después de las fuertes caídas del cuarto trimestre de 2018, apoyado en el anuncio por parte de la Fed hacia una política monetaria más laxa, así como el descuento de un acuerdo positivo entre EE.UU. y China en su disputa arancelaria. Consideramos que nuestro riesgo de mercado es el adecuado y la posición de liquidez actual es rentable, si los precios bajan. Esperamos caídas durante el año 2019, con mínimos inferiores a los vistos en 2018, que nos darán la oportunidad de comprar compañías de calidad a precios más atractivos”, apunta en su último informe sobre perspectivas.
Por último, según Craig Burelle, vicepresidente y analista de estrategias en Loomis Sayles (Natixis IM), el entorno de tipos de interés bajos favorece el crecimiento en Estados Unidos y en general en los mercados. “La economía global se está moviendo hacia el final de un suave impás dentro de una expansión continua. Por ello, anticipa un repunte en la actividad económica en los próximos meses, pero no espera que el impulso de la inflación aumente significativamente los tipos de interés de referencia. Debido a ello, prevé que la deuda de los mercados emergentes pueda ser una de las áreas más atractivas para los inversores que buscan obtener rentabilidades con respecto a Estados Unidos, Europa y Japón. Además, el debilitamiento del dólar también podría apoyar el rendimiento de la renta fija en los mercados emergentes en divisa local”, afirma Burelle.
En su opinión, las estimaciones de beneficios del consenso de mercado reflejan un crecimiento decente año tras año a dígito simple en la mayoría de las regiones del mundo. El crecimiento de las ganancias corporativas es un “motor clave de la economía en general”. Por lo tanto, el crecimiento constante debe “mantener la expansión intacta, incluso si el ritmo es más lento que el de 2018”.