Los bonos ESG han ganado recientemente un lugar importante en el universo de la inversión mundial. En opinión de DWS, en los últimos dos o tres años, estas inversiones han recibido un impulso significativo gracias a un animado debate público. Además, la sostenibilidad se ha convertido en parte integrante de muchos ámbitos de la vida cotidiana. ¿Y por qué no iba a ser así en los mercados de renta fija? «El alentador crecimiento ha sido impulsado por ambas partes. Los emisores han ofrecido una diversa gama de productos y los inversores parecen demandarlos cada vez más. Estos valores ofrecen la oportunidad de diversificarse y podría haber potencial para obtener un rendimiento superior durante periodos de tiempo», señalan desde la gestora.
El primer paso que ha tenido que dar esta clase de activos es adquirir una definición que sean entendible por los inversores. Por ello, a la hora de hablar de bonos ESG, la industria entiende por ellos aquellos valores de renta fija cuyos ingresos se utilizan para financiar o refinanciar proyectos o actividades medioambientales, sociales, o una combinación de ambos. La emisión de este tipo de bonos volvió a alcanzar un volumen impresionante en 2023, en gran parte debido a las ventas récord de bonos verdes, según datos recopilados por Citigroup. La emisión de los bonos verdes, sociales, de sostenibilidad y vinculados a la sostenibilidad ascendió a 895.000 millones de dólares en 2023, lo que supone un aumento significativo de alrededor del 8% en comparación con el mismo periodo del año anterior. «Sin embargo, esta cifra no supone un récord. El anterior se estableció en 2021, cuando la emisión alcanzó poco menos de 1 billón de dólares. Un segmento en el que se batieron récords en 2023 fue el de los bonos verdes corporativos y gubernamentales, que ascendieron a 571.000 millones de dólares, muy por encima de los volúmenes de 2022 y 2021, 486.000 millones de dólares y 516.000 millones de dólares, respectivamente», indican desde DWS.
Según el análisis que hace la gestora, este impresionante comportamiento de los bonos ESG en el mercado primario continuó en los tres primeros meses de 2024. Se emitieron bonos verdes por valor de 202.500 millones de dólares en todo el mundo, según datos de Bloomberg, la cifra más alta de la historia. «Con una participación del 60% del total de emisiones de bonos ESG en el primer trimestre, los bonos verdes han dejado muy atrás a los demás segmentos. Los bonos sociales representaron el segundo mayor nivel de emisión en el primer trimestre, con 63.900 millones de dólares, el 19% del total, seguidos de cerca por los bonos de sostenibilidad con 60.200 millones de dólares, el 18% del total. Con 11.800 millones de dólares -3,5% del volumen total en el primer trimestre-, las ventas de bonos vinculados a la sostenibilidad se mantuvieron débiles», explica en su último informe.
Dos de los segmentos que la gestora considera atractivos son los bonos corporativos europeos de alto rendimiento y los bonos corporativos de alto rendimiento en general. La tendencia de los bonos ESG corporativos europeos denominados en euros en el segmento de grado de inversión y high yield fue particularmente fuerte, según cálculos de Bank of America. Durante los tres primeros meses del año, se emitieron bonos ESG con un volumen de alrededor de 46.000 millones de euros en el segmento investment grade, solo unos 1.000 millones de euros por debajo del primer trimestre de 2023, el primer trimestre más sólido hasta la fecha, y que ya equivale a alrededor del 33% del total de la emisión IG sostenible en 2023. En el segmento high yield, según DWS, ya estamos en torno al 43% del volumen total del año pasado, con una emisión de 6.000 millones de euros en el primer trimestre.
«Un vistazo al volumen pendiente también muestra claramente que el papel de los bonos ESG es cada vez más importante. Un 16% del índice ICE BofA Euro Corporate Index está formado ahora por este tipo de valores, frente a alrededor del 11% del índice High Yield correspondiente. En el conjunto de 2023, los bonos corporativos ESG representaron algo más del 28% de la oferta total de este sector, y los bonos verdes representaron algo más del 75% de las emisiones sostenibles. Dadas las crecientes inversiones que se están realizando en el sector de la transmisión de energía, la inversión sostenible será extremadamente importante en los próximos años. Para un futuro más lejano, representan un potencial factor de diferenciación, si el tema se persigue con el vigor necesario. Es probable que la emisión de bonos verdes se active incluso en sectores que hasta ahora han tenido poca o ninguna emisión de bonos verdes», argumentan desde la gestora.
Para DWS, la inversión en bonos sostenibles será cada vez más importante en los próximos años, impulsada principalmente, pero no sólo, por un discurso político y social favorable a la protección del medio ambiente y la sostenibilidad. Las inversiones en bonos ESG están en línea con los 17 objetivos climáticos de las Naciones Unidas, promueven la transparencia y contribuyen así a una economía más sostenible y baja en carbono para las empresas europeas. Además, cada vez existen más marcos y regulaciones que emisores reputados cumplen, lo que puede dar a los inversores la confianza de que los emisores no se están subiendo al carro de las inversiones verdes, sin ser realmente sostenibles. Según el estudio de DWS, el segmento de bonos corporativos sostenibles experimentará otro crecimiento acelerado en los próximos años, con nuevos aumentos en los volúmenes de emisión.
Los inversores parecen estar cada vez más interesados en hacer algo positivo por el medio ambiente con sus decisiones de inversión. Pero esto no es todo. Las inversiones deben tener sentido desde el punto de vista financiero. Lo que parece hacer que los bonos ESG sean especialmente atractivos (además de todos los riesgos que conllevan, al igual que los bonos tradicionales) es que, al menos en el pasado reciente desde principios de 2023, han tendido a comportarse mejor que los bonos tradicionales debido a su menor volatilidad, especialmente en fases de mayor incertidumbre del mercado. De hecho, también han tendido a perder parte de su rendimiento superior en tiempos de sentimiento alcista. Pero, al menos en el periodo que estamos considerando, es raro que tengan un rendimiento inferior al de los bonos sin una etiqueta de sostenibilidad. Por lo tanto, las inversiones sostenibles aportan ventajas: en opinión de DWS, tienen sentido desde el punto de vista medioambiental y financiero.