El cambio climático representa una de las mayores amenazas para el desarrollo sostenible. Si no se controla, sus repercusiones se dejarán sentir en todo el mundo. En 2022, las pérdidas económicas por catástrofes naturales se estimaron en unos 275.000 millones de dólares, según Swiss Re, con fenómenos climáticos locales más frecuentes y duros que en años anteriores. Se prevé que esta tendencia continúe. Además, la distribución de los fenómenos y las pérdidas asociadas están afectando de forma desproporcionada a las poblaciones más pobres y a los más vulnerables.
Por ejemplo, la agricultura se ve gravemente afectada por los fenómenos climáticos, y alrededor de dos tercios de las personas en situación de extrema pobreza del mundo dependen de la agricultura para su subsistencia. Las poblaciones más pobres también suelen estar menos preparadas para los fenómenos climáticos, a menudo no están aseguradas y disponen de menos mecanismos para hacerles frente.
Según Swiss Re, se necesitan unos 270 billones de dólares de inversión para alcanzar el objetivo mundial de cero emisiones netas en 2050. Aumentar la financiación climática es fundamental. También presenta importantes oportunidades de negocio.
En el día Internacional del Medio Ambiente, que se celebró ayer 5 de junio, es más que necesario conocer cuál será el impacto de las catástrofes naturales, aunque variará en cada país en función de la actividad económica de la población. Así opina Veronika Giusti-Keller, responsable de gestión de impacto de Blue Orchard, de Schroders, que identifica cuatro pilares en la inversión de impacto relacionada con el cambio climático.
1.- Mitigación del cambio climático: Significa localizar y analizar oportunidades de inversión que ayuden a reducir, prevenir o capturar las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto puede hacerse mediante inversiones en transporte sostenible, energías renovables, eficiencia energética o capital natural. Por supuesto, los criterios del proyecto desde el punto de vista de la inversión deben coincidir con las necesidades de nuestros clientes. Muchos de nuestros clientes, algunos de los cuales son fondos de pensiones, necesitan fuentes de ingresos estables a largo plazo. Necesitan inversiones a largo plazo que se ajusten a sus obligaciones, y éste y otros proyectos de infraestructura pueden hacerlo bien.
2.- La economía circular: Las inversiones en la economía circular suelen dirigirse a empresas que utilizan sistemas que tratan de eliminar los residuos y la contaminación. Buscamos productos y servicios que puedan producirse mediante procesos sostenibles y con materiales que puedan conservarse, reutilizarse o reciclarse. Nuestro equipo de private equity ha realizado una inversión en una plataforma líder de comercio entre consumidores que permite a los propietarios de activos comprar y vender productos que ya no necesitan. Este modelo representa una enorme oportunidad de crecimiento.
3.- Adaptación al cambio climático: Para los inversores, significa encontrar formas de mejorar la resistencia al cambio climático de particulares, pequeñas y medianas empresas y comunidades. La inversión puede dirigirse a compañías que ofrezcan soluciones de seguros climáticos o nuevas tecnologías que mejoren el acceso a los seguros climáticos o a la evaluación de riesgos climáticos.
4.- Inclusión social: El último pilar se refiere a las inversiones que contribuyen a una sociedad inclusiva y equitativa mejorando las oportunidades económicas o el acceso a los servicios financieros. Se trata de un elemento crucial del desarrollo sostenible. Las inversiones pueden ir desde facilitar el acceso a infraestructuras sostenibles y viviendas sociales hasta soluciones que puedan crear o mantener puestos de trabajo.
Normativa
El éxito de la inversión en sostenibilidad dependerá de la solidez de los sistemas de gestión de impacto y ASG implantados. Cada vez hay más partidarios de marcos de impacto rigurosos que se ajusten a las mejores prácticas del sector y sean verificados de forma independiente, según Giusti-Keller. En este sentido, Elisabeth Ottawa, responsable de Asuntos Públicos para Europa de Schroders y Nathaële Rebondy, responsable de Sostenibilidad para Europa de Schroders, apuntan las últimas novedades en materia de regulación de la sostenibilidad para este año y las principales implicaciones que tendrán para los inversores.
Las expertas reconocen que el panorama normativo europeo sigue avanzando a un ritmo muy rápido. Sin embargo, para asegurarse de que los inversores comprenden las implicaciones de sus principales novedades, es importante no perderse en el laberinto normativo.
1.-Los organismos europeos supervisores europeos supervisores piden pruebas sobre el greenwashing: Se esperaba un informe de situación relacionado con el periodo de consultas sobre sobre el lavado verde (greenwashing) por parte de las Agencias Europeas de Supervisión (AES) para mayo de este año. Pero se retrasará hasta septiembre de 2023, mientras que el informe final se prevé para mayo de 2024. La razón de esta demora reside en que hay un gran número de respuestas bastante extensas: ha sido un tema muy debatido. Ottawa admite que la posición de la firma es que el greenwashing es tan perjudicial como otros tipos de prácticas engañosas. Sin embargo, debemos tener en cuenta que todavía nos enfrentamos a una falta cuantitativa de datos, y a datos de baja calidad o fiabilidad. Además, la sostenibilidad sigue siendo objeto de importantes investigaciones científicas: hay diferentes interpretaciones por parte de clientes y delos inversores sobre lo que es sostenible, por ejemplo, en la cuestión en torno a la energía nuclear y el gas.
2.- Directrices de la ESMA sobre nombres de fondos sostenibles: Es importante que los nombres de los fondos no creen expectativas que las inversiones subyacentes no puedan cumplir. Sin embargo, creemos que los nombres de fondos ASG, como cualquier otra característica promocionada de un producto de inversión, ya están sujetos al principio MiFID «justo, claro y no engañoso», que debería aplicarse en consecuencia. Por lo tanto, recomendaríamos dejar que el mercado se estabilice y digiera los cambios recientes y futuros relativos a la interpretación de la SFDR, en particular la definición de inversiones sostenibles. ¿Por qué es importante este apartado? Porque el proyecto de directrices, si se aprueba, tendría un impacto en los productos, incluidos los ya existentes.
3.- Consulta sobre los cuatro objetivos medioambientales restantes de la Taxonomía de la UE: Esta consulta establece los criterios técnicos de selección para los cuatro objetivos medioambientales restantes de los seis de la Taxonomía de la UE, que son la transición a una economía circular; el uso sostenible y la protección de los recursos hídricos y marinos; la prevención y el control de la contaminación y, por último, la protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas. La propuesta de la Comisión se publicará en junio. Significaría que, desde 2024, las empresas informarán de la elegibilidad de la taxonomía para estos cuatro objetivos adicionales basándose en los datos de 2023, y luego, a partir de 2026, tendrán que informar realmente de la alineación de la taxonomía.
4.- La revisión de las normas técnicas reglamentarias de la normativa SFDR: Son los elementos técnicos basados en la SFDR, y detallan cómo los gestores de activos deben divulgar las características ASG de los productos. Ottawa reconoce que la firma participará en esta consulta y aprovechará «para pedir plantillas más sencillas y breves, es decir, información más fácil de compartir con los clientes».
5.- Propuesta de la Comisión Europea sobre las calificaciones ESG y los proveedores de datos: Las calificaciones ASG y los proveedores de datos han sido un poco un área en blanco en toda la agenda de las finanzas sostenibles, pero una muy importante. Esperamos una propuesta de la Comisión en junio, que exija más transparencia sobre las metodologías utilizadas y la mitigación de los conflictos de intereses en los proveedores de calificaciones ASG. Afecta a la fiabilidad y al resultado de las calificaciones y, por tanto, a la clasificación de los activos, por lo que repercute en las inversiones.
6.-Consulta pública de una revisión completa de la normativa SFDR: La consulta abarcará temas como si la SFDR debe seguir siendo un reglamento de divulgación, o tener etiquetas y categorías incorporadas, similares a las del Reino Unido, o si habrá una definición más prescriptiva de la inversión sostenible. Por lo tanto, los resultados allanarán el camino para un SFDR actualizado y, de ahí, que sea muy importante pronunciarse: ya estamos participando en el debate y, por supuesto, «tomaremos parte en la consulta», señala Ottawa.