En lo que va de año, los inversores han apostado por los mercados brasileños especulando con que la destitución de Dilma Rousseff permitiría a un nuevo gobierno impulsar duras reformas que tendrían como objetivo sacar a la mayor economía de Latinoamérica de su peor recesión en décadas; teniendo que abordar, entre otros problemas, un desmesurado déficit fiscal cercano al 74%, que según las últimas previsiones del FMI podría sobrepasar el 90% a partir del año 2021. Dada la severidad de la situación económica de Brasil, el gobierno que suceda a la actual presidenta tendrá poco margen de error.
La votación del domingo es por el momento el paso más determinante en la batalla para expulsar a Dilma Rousseff de la presidencia. La lucha tendrá ahora lugar en el Senado brasileño, donde una mayoría simple debe estar de acuerdo en destituir a la presidenta. Si esta cámara también apoya el proceso, Dilma Rousseff tendría que renunciar a su cargo mientras los legisladores debaten el caso. El Senado necesitaría entonces el apoyo de dos tercios de sus 81 miembros para terminar el mandato de la presidenta. Con una probabilidad cada vez mayor, el hasta ahora vicepresidente Michel Temer ocuparía la Presidencia hasta la convocación de nuevas elecciones, a pesar de que las encuestas muestren que no goza con el respaldo de la mayoría de la población.
“Independientemente de temas ideológicos, este gobierno no ha sido capaz de promover ninguna reforma, ni ha sido capaz de crear consenso en el gobierno. El mercado tendrá ahora ocasión de validar la actuación de Temer, que cuenta con una probada trayectoria en política. El actual vicepresidente participó en la creación de la Constitución después del golpe de estado militar y cuenta con el apoyo de la Cámara Baja, el Senado y la actual oposición al gobierno del PT. Su gobierno tendrá que enfrentarse a un difícil entorno en el que habrá menos espacio para maniobrar; tendrá que idear un puente hacia el futuro, en el que se debe rediseñar el tamaño del estado mientras mantiene los programas sociales. Tendrá que elegir un gabinete de ministros que estén más alineados con el mercado. Con el cambio de gobierno existirá una segunda ola de crecimiento cuando la gente perciba la calidad de la ejecución del gobierno y su capacidad de cumplir metas”, comenta Walter Maciel, CEO de AZ Quest.
Para Emerson Pieri, socio y director de Latinoamérica de Barings Investments, la pregunta reside en quién tendrá suficiente poder para acometer las reformas estructurales que el país urgentemente necesita. “Con el Partido de los Trabajadores fuera de escena, la vieja política vuelve a la palestra. Se ha realizado un pacto, pero se está muy lejos de alcanzar un acuerdo”.
Por su parte, el director de renta variable brasileña de Aberdeeen Asset Management*, Nick Robinson comenta: “Ahora que la destitución de la presidenta brasileña Dilma Rousseff se ha hecho más probable, debido a que el comité del congreso y la cámara baja votaron a favor del impeachment, los mercados han estado de celebración, con una subida del 45% en el índice Ibovespa expresado en dólares, en lo que va de año. Además del proceso de destitución en marcha, existe también una investigación paralela sobre la financiación de la campaña de reelección de Dilma. Si se demostrara alguna evidencia de irregularidades, las elecciones de 2014 se considerarían nulas y se tendrían que convocar una nueva votación”.
El cambio que los inversores estaban esperando
En 2015, el real brasileño fue la moneda que más depreciación sufrió entre los mercados emergentes, con una caída del 33%, el riesgo de la deuda soberana del país se incrementó cuando las agencias de calificación le quitaron el grado de inversión al país y la inflación se disparó. En lo que va de año, el optimismo de los inversores se ha disparado, con un rally del 28% en los bonos brasileños denominados en moneda local y una subida del 23% en el índice Ibovespa de renta variable. Las ganancias, junto con una apreciación cercana al 12% del real brasileño, hacen de Brasil el mercado con mejor rendimiento.
“Las valoraciones de Brasil están baratas. Esto es un consenso. El índice Ibovespa está ganando más músculo con la idea de que habrá un “impeachment” contra el Partido de los Trabajadores. Si se observa el movimiento internacional en el reporte diario del Ibovespa, se puede ver una buena señal: los inversores internacionales representan el 47% de las ordenes netas de compra de los dos últimos meses. ¿Quiénes son estos inversores internacionales? Son principalmente instituciones financieras con exposición a mercados emergentes y sin el compromiso de tener que invertir en emisiones con grado de inversión. Estoy seguro de que no se trata de un movimiento especulativo. Los compradores están interesados en los retornos en el medio plazo”, comenta Emerson Pieri, de Barings Investments.
Desde Aberdeen Asset Management* son más comedidos en cuanto al comportamiento del mercado en lo que va de año: “A pesar de que su gobierno hará todo lo posible para evitarlo, de una manera u otra, lo más probable es que la presidenta Rousseff acabe saliendo. Pero es posible que el rally “anti-Dilma” sea algo prematuro, creemos que, en el corto plazo, el mercado de renta variable brasileño se ha adelantado a sí mismo. El proceso del impeachment es largo. Y la economía probablemente continúe contrayéndose a una tasa considerable. Una vez que los inversores pasen la euforia inicial sobre la cada vez más probable salida de Dilma, no nos sorprendería ver como parte de las recientes ganancias retroceden. Una destitución de un presidente es un evento desestabilizador, y será un gran reto para los líderes que la sucedan crear las condiciones que soporten una reanudación del crecimiento económico sostenible”, comenta Nick Robinson.
Sostenibilidad del crecimiento en el largo plazo
Sobre cómo sentar las bases para el crecimiento económico en el largo plazo, Walter Maciel, de AZ Quest, hace referencia a los distintos componentes de la ecuación del producto interior bruto: “La G del gasto público ha quedado eliminada para Brasil, con las cuentas fiscales del país fuera de balance. La C de consumo fue eliminada con el estallido de la burbuja de consumo, disminuyendo la propensión al consumo, los ingresos disponibles y aumentando la tasa de morosidad en los préstamos. Tan sólo queda la I de inversión, que podría ser estimulada si Brasil es percibida en el mercado exterior como una economía que facilita el desarrollo de negocios y la inversión”.
En un reciente road show con inversores chilenos, Walter Maciel pudo comprobar un cierto grado de escepticismo con respecto a la capacidad de cambio del país, que a su juicio no se está leyendo correctamente: “Una nota positiva, que los inversores extranjeros no están valorando adecuadamente, es el hecho de que las instituciones judiciales brasileñas sean independientes del poder político. Este hecho es una clara señal de que las instituciones del país tienen la suficiente fuerza como para enfrentarse a malas prácticas en el poder político, lo que es un símbolo de que el país está cambiando para mejor”.
En este último punto coincide también Nick Robison, que además del funcionamiento de las instituciones brasileñas comenta sobre la limpieza de la corrupción y las reformas fiscales como pasos claves para el desarrollo de Brasil: “En cualquier caso, la salida de Dilma será importante, porque ésta señala tres desarrollos clave para la economía del país: mostrará que las instituciones están funcionando, en especial la policía federal, que está liderando el caso de corrupción, y su poder judicial, siendo el tribunal superior el que en última estancia llevará a cabo el juicio del impeachement. Uno de los cargos que enfrenta Dilma es que utilizó fondos de bancos estatales para cubrir el déficit presupuestario. El hecho de que la policía y la corte suprema brasileña estén incriminando a Dilma por violar leyes fiscales muestra un compromiso con una mejor gestión financiera. En segundo lugar, será un paso decisivo para limpiar la corrupción. Esto es importante porque implicará que el dinero de las inversiones será destinado al lugar correcto, en lugar de llenar los bolsillos de los políticos. La corrupción es una ineficiencia que desanima la inversión y ha sido un impedimento real para el crecimiento de la economía brasileña. Y, por último, un nuevo gobierno aumenta la posibilidad de que las reformas necesarias para Brasil continúen siendo desarrolladas, tales como la reforma fiscal y la reforma de la seguridad social para apuntalar la situación fiscal. Estas tres cuestiones son importantes, pero también lo son los tres factores básicos que hacen que Brasil sea una inversión atractiva en el largo plazo. Estos factores son: fuertes fundamentales corporativos y una positiva tendencia de consumo soportada por una creciente clase media. Brasil, además de tener las mayores empresas de la región, tiene un conjunto de empresas bien gestionadas en las cuales invertir, en nuestra opinión. Si se consideran todos estos puntos, éstos conforman el punto de partida para cualquier inversión en mercados emergentes. La oportunidad de crecimiento en el largo plazo, con el potencial de diversificar geográficamente. Esta historia debería seguir desempeñando en el largo plazo, independientemente la rapidez con la que Dilma deja el gobierno”.
*Las empresas extranjeras son más volátiles, más díficiles de valorar y menos liquidas que las acciones de Estados Unidos. Están sujetas a diferentes normativas contables y regulación, así como a riesgos políticos y económicos. Estos riesgos pueden ser mayores en países emergentes.
En Estados Unidos, Aberdeen Asset Management (AAM) es el nombre commercial de las siguientes asesorías de inversión registradas y afiliadas: Aberdeen Asset Management Inc., Aberdeen Asset Managers Ltd, Aberdeen Asset Management Ltd, Aberdeen Asset Management Asia Ltd y Aberdeen Capital Management Llc, cada una de ellas pertenecen en su totalidad a Aberdeen Asset Management PLC. “Aberdeen” es una marca de servicio registrada en Estados Unidos de Aberdeen Asset Management PLC.