La singularidad de Japón ha llegado a su fin. En marzo, el Banco de Japón (BoJ) endureció su política monetaria por primera vez en 17 años y aumentó su confianza en cumplir el objetivo de inflación del 2% a medio plazo, confirmando el círculo virtuoso entre salarios e inflación, durante la negociación salarial de primavera. Según los expertos de las firmas de inversión, más allá de las consecuencias de esta decisión para el mercado de renta fija, Japón ha ganado atractivo para los inversores también en el mercado de renta variable.
Desde Scope Rating, que ha confirmado el rating soberano del país como A y revisado la perspectiva a estable de su deuda, explica que la mejora de las perspectivas de inflación gracias a los recientes niveles elevados de inflación, que refuerzan estructuralmente las expectativas de inflación, contrarresta un historial moderno de deflación de precios y favorecen el crecimiento económico nominal; y el apoyo de una mayor inflación a las difíciles perspectivas de sostenibilidad de la deuda a largo plazo. “Además, se reconoce que la sostenibilidad de la deuda sigue contando con el apoyo de los tipos de interés ultrabajos y las compras de activos, incluso cuando el Banco de Japón abandona adecuadamente algunos aspectos de su política no convencional de la última década”, explican.
Los expertos apuntan que el BoJ aún tiene tarea por hacer como, por ejemplo, reducir su balance. Se espera que el volumen de bonos JGB aumente en 75 billones de yenes entre 2023 y 2027, lo que supone menos crecimiento respecto a años anteriores, en un contexto de reducción de los déficits fiscales. Esto aliviará parte de la presión de la oferta. Dado el predominio de los JGB en el balance del BoJ y la necesidad de acomodar el crecimiento nominal, el BoJ seguirá interviniendo en el mercado de JGB.
“Esperamos que el banco central aumente el volumen de sus tenencias de JGB, suponiendo que siga ampliando anualmente su balance en consonancia con el crecimiento potencial y la tasa de inflación objetivo. Por tanto, seguirá absorbiendo casi 2 billones de yenes al mes de media (además de reinvertir los bonos que venzan). En consecuencia, creemos que no se mantendrá la tendencia a la baja de las compras netas que ha surgido en los últimos meses”, explican Christoph Siepmann, economista senior, y Florian Späte, estratega senior de bonos de Generali AM (parte de Generali Investments).
Bonos japoneses
Para estos expertos de Generali AM, el nuevo aumento de la participación del BoJ dejará su huella en los bonos JGB a 10 años en particular. Además, otro factor crucial que impulsa el rendimiento de los JGB es el nivel del tipo de interés oficial. “Las expectativas al respecto han aumentado desde principios de año. Concretamente, los participantes en el mercado están valorando ahora un tipo de alrededor del 0,25% para finales de 2024, de aproximadamente el 0,5% para finales de 2025 y de casi el 0,7% para finales de 2027. Esto significa que han aumentado moderadamente, entre otras cosas debido al entorno internacional”, advierten Siepmann y Späte.
En su opinión, estas subidas significativas de los tipos de interés oficiales son excesivas dada la tasa de inflación, que se espera que vuelva a caer por debajo del objetivo del 2%; y creen que en este entorno, no parece apropiado un endurecimiento de las condiciones monetarias. “La ausencia de subidas de los tipos de interés oficiales se dejará notar especialmente en el tramo corto de la curva. En la actualidad, los mercados financieros esperan rendimientos a 2 años del 0,25% a un año y del 0,6% a tres años, pero vemos poco recorrido al alza desde el nivel actual del 0,15%”, añaden.
Renta variable
Para los expertos de las firmas de inversión, los cambios en la economía generados por el alza de la inflación impulsan la renta variable japonesa. Además, algo tan sencillo como un gobierno estable, el estado de derecho y relaciones diplomáticas amistosas con los EE.UU. han hecho que Japón emerja como un destino atractivo.
Jean Francois Chambon, gestor de renta variable japonesa de Ofi Invest AM, opina que el momento actual es especialmente favorable para la renta variable japonesa, debido a una serie de factores, entre ellos los cambios estructurales en la economía desde el regreso de la inflación. Estos cambios pueden suponer nuevas oportunidades de inversión, y mayor crecimiento para diferentes sectores; y el levado atractivo de los precios.
Otros factores que señala Chambon son: “La reforma del Tokio Stock Exchange (TSE), que busca promover el conocimiento entre los inversiones de las acciones infravaloradas con vistas a incrementar su atractivo potencial; los cambios en la NISA (Nippon Individual Savings Account), que promueven la inversión en renta variable de los particulares y el mayor interés de los inversores extranjeros impulsado por el aumento de los beneficios empresariales, gracias a la subida de la inflación”.
Por su parte, Dan Carter, gestor de inversiones, renta variable japonesa de Jupiter AM, coincide con algunos de estos factores como catalizadores del interés por la renta variable japonesa y matiza algunos. “El crecimiento de las ganancias de las empresas japonesas continúa siendo impresionante, con unos resultados empresariales del último trimestre de 2023, anunciados recientemente, superando las expectativas. Las previsiones para el año completo han sido revisadas y han aumentado. Esto debe verse como una continuación de una tendencia multianual de mejora de la rentabilidad entre las empresas japonesas. El progreso silencioso de Japón ha comenzado a ser apreciado por los inversores recientemente”, afirma Carter.
Otra razón fundamental para la fortaleza del mercado japonés señala a la creciente esperanza de una reforma corporativa: “A pesar de las recientes mejoras en la rentabilidad, las empresas japonesas aún ganan menos dinero del que deberían y atan demasiado capital para hacerlo. Durante años, desde el stablishment japonés se ha instado a que el sector corporativo preste más atención al rendimiento; la tentativa más reciente, por parte de la Bolsa de Tokio, ha tenido más éxito que la mayoría”.
Por otro lado, considera los factores técnicos también han estado a favor de Japón. “Los inversores globales están generalmente infraponderados en el mercado, lo que significa que no se saca partido a su sobrerendimiento. Parte de este infraponderamiento está siendo cubierto. Una salida de accionistas del mercado chino, que una vez fue un destino favorito para los inversores globales, ha visto cómo el capital busca un nuevo hogar”, añade el gestor de Jupiter AM.
Desde Saxo Bank destacan que la macroeconomía se une al momentum, ya que sus empresas han protagonizado grandes operaciones globales y de innovación tecnológica, y cuenta con un entorno normativo estable. “Otros vientos de cola han contribuido a que la Bolsa nipona alcance nuevos máximos: la debilidad del yen; los tipos de interés negativos/bajos; las reformas del gobierno corporativo; el retorno de la inflación; el descuento de valoración; los riesgos geopolíticos; la innovación tecnológica; la confianza de Warren Buffet en las perspectivas a largo plazo de la renta variable japonesa; la baja sensibilidad a los tipos de interés; y los argumentos a favor de la diversificación” ,destaca la entidad financiero en su último análisis.
Qué esperar del yen
Dentro de este panorama favorable para la renta variable japonesa, la gestora Ofi Invest AM identifica dos riesgos: la apreciación del yen, sobre todo frente al dólar, en un escenario probable de desaceleración económica global, y las fluctuaciones monetarias (posibles bajadas de tipos de interés) para mitigar este escenario.
Sobre el yen, Claudio Wewel, estratega de divisas en J. Safra Sarasin Sustainable AM, apunta que los datos estadounidenses sean clave para el yen. En concreto, advierte de que unos datos decepcionantes del mercado laboral podrían impulsar la divisa al alza de forma significativa.
“Hasta ahora, los retrocesos del riesgo indican que el mercado está posicionado para un fortalecimiento moderado del yen, aunque el sesgo de las expectativas se ha vuelto algo menos pronunciado. Por el momento, la baja volatilidad de las divisas sugiere que el yen seguirá siendo una moneda de financiación para las operaciones de carry trade. De cara al futuro, nuestra atención se centra en la evolución de los tipos de interés mundiales. En nuestra opinión, las expectativas del mercado sobre la trayectoria de los tipos de interés de la Reserva Federal deberían ser clave. Con un tipo de los fondos federales por encima del 5%, el margen para recortar los tipos es significativo una vez que el impulso macroeconómico se suavice de forma más significativa en EE.UU. Y, si la historia sirve de guía, los tipos se reducirán en los próximos años y, las expectativas de tipos probablemente reaccionen a unos datos más débiles del mercado laboral de forma no lineal, lo que debería empujar al yen significativamente al alza”, concluye Wewel.