Los deportistas de todo el mundo apuran las últimas competiciones para hacerse con las ansiadas medallas olímpicas. Durante 14 jornadas, Japón ha acogido unos Juegos Olímpicos atípicos y marcados por la pandemia, pero con la expectativa de que este evento deportivo despierte el interés de los inversores por el país.
En opinión de Kwok Chern-Yeh, Deputy Head of Asia Pacific Equities y Head of Japanese Equities de Aberdeen Standard Investments, el hecho de organizar este espectáculo cuatrienal en medio de tanta adversidad ejemplifica una característica de este Japón moderno a la que los inversores deberían prestar más atención: la resistencia. “Parece que a pesar del sentimiento negativo que suscita las restricciones en las que se celebrará la competición, el actual es un momento oportuno para invertir en Japón. Los datos indican que su economía se está recuperando, con un repunte de la actividad manufacturera que responde a la reapertura de las economías de todo el mundo tras los paros forzados por la pandemia”, indica Chern-Yeh.
Esta resistencia también es aplicable a sus oportunidades de inversión que ofrece Japón y que, en opinión del experto de Aberdeen Standard Investments, son numerosas, en especial en renta variable. “De los más de 2.000 valores que integran el Topix, más del 40% no están cubiertos por los analistas. Esto permite a los inversores activos descubrir el valor oculto, especialmente entre las numerosas empresas más pequeñas y menos conocidas. Uno de cada siete valores de la bolsa nipona subió un 500% o más en la década que acababa en septiembre de 2020, lo que subraya que el rendimiento de las empresas en bolsa no refleja necesariamente la debilidad de la economía nacional”, apunta Chern-Yeh.
Una opinión que también comparte Daisuke Nomoto, director global de renta variable japonesa de Columbia Threadneedle Investments: “La renta variable japonesa dispone de una posición única para sacar partido tanto de los catalizadores cíclicos (aceleración de los programas de vacunación y sensibilidad a la recuperación del crecimiento mundial) como de los catalizadores estructurales (beneficiarios del avance tecnológico y la reforma del gobierno corporativo como factor transformacional) a valoraciones atractivas”.
Nomoto destaca que el mercado japonés de renta variable ha registrado una de las mayores rentabilidades en los 10 últimos años en comparación con otras regiones del mundo, unos resultados que se han visto impulsados por el crecimiento de los beneficios, a diferencia de la sustancial contribución de la expansión de los múltiplos PER en Estados Unidos. “En 2021, se prevé que los beneficios corporativos japoneses crezcan en torno al 25% interanual, al tiempo que las valoraciones siguen revistiendo atractivo. Aproximadamente la mitad de las compañías japonesas incluidas en el Tokyo Stock Exchange Index cotizan por debajo de su valor contable y la mitad de las compañías no financieras disponen de saldos de caja positivos, un dato muy superior al de los mercados de renta variable en Estados Unidos y Europa. Así pues, el mercado japonés de renta variable presenta, a todas luces, una de las valoraciones más atractivas del mundo”.
Los inversores de renta fija también puede aprovecharse de las oportunidades que presenta Japón. Según explica Paul Brain, gestor del BNY Mellon Global Dynamic Bond Fund, “los rendimientos de los bonos son bajos pero estables. “Nos gustan especialmente los valores vinculados a la inflación japonesa, ya que todavía no están valorando la presión inflacionista”, señala Brain.
Sectores y oportunidades
Ahora bien, ¿qué sectores pueden ser los más interesantes? Chern-Yeh considera que la transformación digital, la interconectividad y la tecnología sanitaria son áreas prometedoras, ya que experimentarán un fuerte crecimiento. “Las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) son otro ámbito en el que los inversores pueden encontrar oportunidades de crecimiento. No sólo son esenciales para gestionar los riesgos, sino que también pueden contribuir a aumentar el valor de las empresas”, añade.
En general, el experto de Aberdeen Standard Investments apunta hacia las empresas japonesas que más se pueden beneficiar de la reapertura de las economías en todo el mundo: “Al mismo tiempo, los inversores pueden anticipar un repunte del gasto interno a medida que la vacunación se acelera y la economía japonesa se reabre al negocio. Para los inversores, el sentimiento negativo que rodea a las Olimpiadas podría ser una buena oportunidad para explorar las numerosas y atractivas oportunidades que ofrece un Japón resistente”.
Nomoto, por su parte, se decanta por aquellas compañías de alta calidad que pueden generar un sólido y continuo crecimiento de los beneficios sin tener que recurrir al apalancamiento o depender de las condiciones macroeconómicas. “Con frecuencia, estas compañías incorporan una combinación de innovación, disrupción, expansión internacional y un especial hincapié en la rentabilidad del capital invertido. El universo de inversión japonés está plagado de este tipo de compañías que poseen una cuota de mercado dominante en sectores impulsados por el crecimiento secular: tecnología de automatización industrial, equipos médicos y productos de semiconductores, por citar solo unos cuantos ejemplos”, afirma.
Por último, Brain señala que la divisa japonesa puede resultar interesante, ya que puede utilizarse como moneda de refugio, pero también es una divisa que resulta barata para ponerse en corto. “Actualmente estamos contentos con los activos de riesgo y, por lo tanto, no utilizamos la divisa en este momento, pero podemos considerar su uso para financiar inversiones en otras divisas favorables al crecimiento” lo que prefieras”, concluye.