Las elecciones legislativas del pasado domingo dieron de nuevo la victoria al actual primer ministro japonés Shinzo Abe, tras lograr la mayoría de dos tercios. Lo que demuestra el apoyo que ha consolidado este mandatario cuya intención es, en lo económico, seguir realizando reformas que fortalezcan el país y mejore su modelo de económico.
“Shinzo Abe ha ganado la apuesta con una gran extensión de su mandato. Su victoria se debe en gran medida tanto al caos entre la formación opositora Partido Democrático, que terminó partiéndose y, como resultado, dividiendo sus apoyos, como al atractivo de Abe. Desde una perspectiva económica podemos esperar una continuación de la estrategia actual. Haruhiko Kuroda probablemente vuelva a ser nombrado gobernador del banco central y se avanzará con la subida del IVA planeada para 2019”, explica Luke Bartholomew, estratega de inversiones en Aberdeen Standard Investments.
Opinión que comparte Junichi Inoue, responsable de renta variable japonesa para Janus Henderson. Considera que esta victoria “debería proporcionar cierta estabilidad a la política japonesa y aunque el mandato de Abe como presidente de LDP concluye en septiembre de 2018, el resultado de estas elecciones debería fortalecer su posición dentro del partido y también dar como resultado una mayor oportunidad para la reelección”.
Para el equipo de BlackRock Investment Institute (BII), considera que el resultado el resultado es moderadamente positivo para la renta variable japonesa, “si bien la reciente rentabilidad positiva podría fomentar algunas recogidas de beneficios”.
A raíz de las elecciones, BlackRock se mantiene optimista respecto de la renta variable nipona gracias a la expansión global sincronizada que está apuntalando el crecimiento a unas valoraciones atractivas y a un sólido dinamismo en los beneficios. “Priorizamos los sectores que han arrojado importantes ganancias pero que se han quedado rezagados respecto del mercado general, como el automovilístico, el del transporte y el inmobiliario”, matiza.
Optimismo económico
Igualmente optimistas se muestran con optimistas sobre la economía japonesa. “Los datos apuntan a un sólido ritmo de crecimiento, impulsado tanto por el consumo como por las exportaciones, y la tasa de desempleo ha caído hasta mínimos de los últimos 25 años. No obstante, la anémica inflación debería propiciar que el BoJ mantenga su política expansiva”, explica en su último informe.
La firma considera que el crecimiento de Japón debería mantenerse en niveles muy por encima de la tendencia. Según apunta el informe, “la sólida actividad del país y el yen, que muestra una tendencia de estabilidad/depreciación, están fomentando un marcado crecimiento de los beneficios empresariales, lo que ha impulsado el índice bursátil Nikkei hasta máximos de los últimos 21 años”.
En este contexto, Inoue defiende que le economía japonesa ha entrado en una fase de crecimiento. “La tasa de desempleo es muy baja y hay más de una oferta por cada solicitante de empleo. Los ingresos de los hogares han aumentado y el consumo está creciendo. En el lado corporativo, la producción industrial ha excedido los altos niveles de GFC y hay una demanda creciente de gastos de capital. Las estadísticas de estados financieros de las corporaciones del Ministerio de Finanzas muestran que las ganancias corporativas son altas en todo momento no solo para las grandes corporaciones sino también para las pequeñas empresas”, afirma.
Luces y sombras
En opinión de Bartholomew, la deflación es el mayor problema de Abe y se demostrará mucho más formidable que esta campaña electoral. “Abe probablemente utilizará este sólido resultado para impulsar sus prioridades de reforma constitucional y de política exterior, especialmente dado el reciente envalentonamiento de Corea del Norte. Dicho esto, a los mercados les gustan los líderes sólidos con grandes mandatos, por lo que probablemente reciban de muy buen agrado el resultado”, explica.
Tal y como señala Inoue, el resultado inmediato de estas elecciones será “una disminución de la prima de riesgo en la política económica, que fue la principal preocupación del mercado este verano”. En este contexto, Abe adoptó una política de mercado a favor del capital que se conoce como Abenomics.
“Esperamos que esto continúe. El mercado interpretará la victoria como la continuación del acuerdo entre el gobierno y el Banco de Japón (BOJ). La política del BOJ es muy probable que continúe siendo acomodaticia. Esto es particularmente importante ya que implica menos riesgo de apreciación del yen”, concluye Inoue.