La última reunión de la Fed en julio dejó una sensación muy descafeinada a los inversores, quiénes consideran que las próximas subidas de tipos se anunciarán en septiembre y diciembre. En el comunicado que emitió en aquella ocasión, la Fed hizo hincapié en la fortaleza del mercado laboral y la economía estadounidense, a la que augura un ritmo fuerte de crecimiento.
“El comunicado de la Reserva Federal (Fed) reafirma que una subida de tipos para septiembre parece ser un golpe asegurado. Aunque creemos que el paso hacia el proteccionismo es una amenaza material para las ganancias corporativas y la economía, pensamos que es poco probable que el plan de la Fed cambie”, señala Ronald Temple, co- responsable de Multi-Asset y responsable de renta variable americana de Lazard Asset Management.
La gran incógnita es cómo digerirá la economía global estas previsibles subidas de tipos por parte de la Fed que, de algún modo, acentúan más la diferencia de ritmo y velocidad que llevan los bancos centrales a la hora de recuperar la normalidad en sus políticas monetarias.
Dave Lafferty, estratega en jefe de mercados de Natixis IM, considera que estas subidas nos frenarán el impulso económico global, que cree que continuará a lo largo de 2018, pero sí puede convertirse en un viento de cola para el crecimiento en 2019. En su opinión, el aumento de la tasas de interés de la Fed, el BCE y el BOE podría desatar algunas turbulencias a corto plazo.
“Hasta ahora, el incremento en la tasa de la Fed solo generó tasas reales que eran menos negativas. Pero a medida que el índice de fondos de la Fed llegue al 2%, cercano al nivel de la inflación, las tasas reales se trasladarán hacia terreno positivo. En palabras más sencillas, hasta hoy, el dinero había sido más que gratuito. Esto verá su fin en 2019 a medida que las tasas reales se vuelven positivas”, explica Lafferty.
Para Rick Rieder, director de inversiones de renta fija global y cogestor del fondo BlackRock Fixed Income Global Opportunities (FIGO) de BlackRock, “la divergencia de las políticas monetarias a escala mundial y su influencia en las divisas podrían seguir revelando puntos de estrés económicos, como ya ha sucedido con determinados problemas en los mercados emergentes y en el caso de Italia, por lo que los límites de la normalización podrían materializarse antes de lo que muchos prevén a día de hoy”.
Sin dejar de estar atentos al efecto que pueda tener la subida de tipos de interés, por ahora se espera que la Fed anuncie una aumento de 25 puntos básicos en septiembre, seguido de un ajuste adicional en diciembre. Por parte de los inversores, y en opinión de Sophie Chardon, experta en estrategia de activos cruzados en Lombard Odier, el mercado ya ha descontado estas subidas.
“Nos mantendremos muy atentos a todo lo que ocurra en este frente, dado que el rumbo monetario de la Fed pudiera resultar muy disruptivo en un entorno en el que otros bancos centrales importantes (BCE y BdJ) mantienen unas políticas algo más acomodaticias. De todos modos, en este momento consideramos que los mercados ya han descontado prácticamente la actuación de la Reserva Federal y del BCE durante los próximos trimestres”, explica Chardon.
Por ahora, lo único que queda es esperar y anotar en la agenda las próximas reuniones de la Fed previstas para el 25 y 26 de septiembre, 7 y 8 de noviembre y, para cerrar el año, 18 y 19 de diciembre.