Si hay algo en lo que todas las gestoras coinciden es que en 2020 la economía continuará desacelerándose pero no habrá recesión. Sin embargo, el optimismo en cuanto a las previsiones de crecimiento varía entre los expertos del sector, llegando a situarse entre el 2% y el 3%.
Desde AXA IM, lo sitúan en el 3,2%, una cifra parecida a la que pronostica desde Renta 4 Natalia Aguirre, directora de análisis y estrategia. “En 2020 esperamos una estabilización del ciclo, pero para ello tiene que continuar la labor de los bancos centrales, la tímida contribución de la política fiscal, aunque será limitada, y la contención de las tensiones comerciales”, apunta la experta.
Para James McCann, economista senior en Aberdeen Standard Investments, “la economía de los próximos cinco años estará definida por un estancamiento secular con bajo crecimiento. En 2020, las incertidumbres y los riesgos políticos continuarán pesando en la industria, el comercio y la inversión. Hemos rebajado nuestras previsiones de crecimiento del PIB mundial para 2020 y 2021 al 3,1%, muy por debajo de la media posterior a la crisis. Una recesión podría evitarse el año que viene, pero los riesgos han aumentado claramente».
Algunos expertos como Keith Wade, economista jefe de Schroders, consideran que la economía está lista para recuperarse y que,en 2020, continuará uno de los períodos de expansión más largos de la historia, por lo que han corregido sus previsiones de crecimiento global del 2,4% al 2,6%.
Sin embargo, si en algo coinciden los expertos es que el inicio de la nueva década vendrá marcado por una alta volatilidad, bajos tipos de interés y la continuidad del conflicto arancelario.
Los riesgos que marcarán el 2020
Puede que nos despidamos de una década, pero con el nuevo año no decimos adiós a los riesgos de 2019. Algunos se mantendrán latentes e incluso puede que cojan más fuerza. La guerra comercial, la materialización del brexit, inestabilidades sociales en Latam, el posible reavivamiento de las tensiones en Italia o la imposibilidad de formar gobierno en España, son algunos de los riesgos que, según los expertos, seguirán presentes en el próximo año.
Además, habrá que sumar las elecciones en Estados Unidos y el impeachment. “Su resultado más probable será impulsar a los candidatos demócratas más radicales, lo que podría reforzar la actual actitud de ‘esperar y ver’ que están tomando las empresas estadounidenses en cuanto a potenciales decisiones de inversión”, apuntan desde AXA IM.
¿Cómo deberían posicionarse los inversores en este entorno?
En este contexto los expertos coinciden en que adoptar mayor diversificación en las carteras será clave para afrontar el año 2020, como región favorita destacan los mercados emergentes y como activo, la mayoría guardan una ligera preferencia por la renta variable.
«El entorno actual justifica un enfoque de cautela y diversificación que va más allá de la asignación convencional a bonos y renta variable. Si bien los mercados emergentes y la renta variable japonesa siguen pareciendo atractivos, otros retornos alternativos ajustados por riesgo surgirán en clases de activo menos comunes para los inversores”, señala Wade.
Para Steven Trypsteen, economista de ING «si los inversores quieren rentabilidad, solo podrán obtenerla en activos de riesgo, es decir, en renta variable». Algo que también sostienen desde renta 4, pero advierten que “hay que ser selectivos por valores y aprovechar los momentos de volatilidad para incrementar las posiciones». Asimismo, el presidente de Renta 4, Juan Carlos Ureta, ha advertido que el escenario de inversión actual es muy diferente al de las últimas décadas y que ya no hay activos sin riesgo. «Ahora la elección es liquidez o riesgo», ha concretado.
Desde Dunas Capital también invitan a ser cautos, pero consideran que la renta variable presenta “un mejor aspecto en términos de revalorización”. “Tampoco conviene olvidar que se trata del menos protegido por la acción de los bancos centrales. De ahí que sea necesario adoptar un enfoque basado en la diversificación”, subrayan.
Invertir en ESG y tecnologías, las oportunidades del futuro
Respecto a las tendencias que marcarán esta década, los expertos destacan el cambio climático y las nuevas tecnologías. “Las consideraciones ESG deben estar en el centro de todas las estrategias de inversión. Además, la innovación de la inteligencia artificial no sólo transformará las prácticas empresariales, sino también las oportunidades de inversión, creando ganadores y perdedores en toda la economía», destaca Wade. El equipo de Dunas Capital coincide con Schroders y encuentra oportunidades en energía, pero también destaca automoción, servicios financieros y la logística.