Muchas de las tecnologías que están llamadas a cambiar el modo en que las personas viven, trabajan y se relacionan unas con otras están ya aquí: la inteligencia artificial (AI), el desarrollo de la robótica, la nube, el internet de las cosas (IoT, o Internet of Things), el Big Data y los vehículos autónomos forman parte de la cuarta revolución industrial que cambiará el mundo tal y como se conoce hoy en día.
Aunque todavía no se ha producido una adopción masiva de estas nuevas tecnología, algunas valoraciones, sobre todo en el caso de las empresas estadounidenses de gran capitalización, están ya descontando varios años de fuerte crecimiento. Sin embargo, todavía quedan acciones que presentan valoraciones más razonables y que pueden representar una diferencia significativa en las carteras de los inversores que apuesten por mantener valores tecnológicos. A continuación, los gestores de los fondos tecnológicos de las gestoras Columbia Threadneedle Investments, EdRAM, Fidelity y NN Investments Partners comparten sus perspectivas.
La consolidación de los semiconductores
Según señala Pieter Schop, principal gestor del fondo NN (L) Information Technology, existe un enorme interés por las grandes tendencias seculares que están ocurriendo, como la conducción autónoma, la inteligencia artificial, la realidad virtual y plataformas líderes en internet. Algo que ha impulsado a las acciones tecnológicas muy por encima de la totalidad del mercado, con un rendimiento superior en un 11% en lo que va de año hasta finales del mes de agosto.
En la opinión del experto de NN IP, de forma contraria a lo ocurrido con el boom de la tecnología a finales de los años noventa, las subidas en el precio de las acciones tecnológicas están siendo impulsadas por las mejoras en los estimados de los beneficios en lugar de ser construidos sobre la nada. “Creemos que el sector tecnológico sigue siendo un lugar saludable para los inversores y que las valoraciones están alineadas con las perspectivas de crecimiento. Nuestro modelo selecciona aquellas acciones que están valoradas de forma atractiva con respecto a su perfil de crecimiento y sus características de riesgo. De forma indirecta, invertimos en una serie de temas tecnológicos con un gran sobrepeso en el subsector de los semiconductores. Estas acciones pueden ser consideradas como los ‘picos y palas’ de los temas ampliamente reconocidos por el mercado, cuyas acciones por lo general suelen estar sobrevaloradas, estando mucho mejor valoradas que las inversiones directas”.
Asimismo, desde el equipo gestor de Fidelity Funds Global Technology destacan que los semiconductores y sus equipos relacionados son los bloques de construcción utilizados por muchas de las tecnologías que esperan que sean adoptadas por la mayoría de la sociedad en los próximos años. “El año pasado, las empresas de semiconductores fueron el mejor sub-segmento tecnológico, debido a la actividad de fusiones y adquisiciones y el entusiasmo de los inversores sobre el papel que desempeñan en las nuevas tecnologías. Ahora estamos algo más cautelosos en cuanto a este sector, dadas sus altas valoraciones y las menores oportunidades para que se den nuevas fusiones y adquisiciones. En términos generales, hemos reducido la exposición a este sub-sector, aunque seguimos sobreponderándolo con respecto al índice. Las acciones de empresas de semiconductores que tenemos en cartera son más defensivas, con unas valoraciones relativamente bajas, como por ejemplo sería el caso de Intel y TSMC, u otras con unos indicadores claros de crecimiento a largo plazo, como Infineon Technologies vinculada a los vehículos sin conductor, o por ejemplo, Mellanox Technologies, dada su posición de dominio en el mercado en interconexiones InfiniBand para súper computadoras. Además, estamos buscando nuevas formas de invertir en inteligencia artificial”, añaden.
En esa misma línea, desde Columbia Threadneedle Investments destacan que la ola de fusiones y adquisiciones en la fabricación de semiconductores ha logrado que las compañías sean más rentables, de manera semejante al proceso de consolidación empresarial que afectó al sector del transporte aéreo. “La Ley de Moore (que predice que el número de transistores en un microchip denso se duplica cada dos años) se cumple, pero a menor velocidad. Esto supone que los chips de última generación ya no se están abaratando. En muchos casos, se están encareciendo. Se está sentando así una nueva tendencia en la industria, lo que hace las delicias del sector de los semiconductores. En consonancia con este giro sectorial, parece que Samsung Electronics ha cambiado la filosofía de su gestión y está ahora más centrada en obtener beneficios que en ganar cuota de mercado y expulsar a la competencia”.
El crecimiento de la computación en la nube y de la utilización de Big Data
La continúa adopción de la computación en la nube, donde las empresas están llevando a cabo una transición desde sistemas de computación y análisis basados en servidores físicos centrales a soluciones gestionadas por proveedores externos en “la nube”, es otra fuente de beneficios estructurales. Según apuntan desde Fidelity, la computación en la nube es un ejemplo de innovación continua. “Estamos invirtiendo en varias empresas prometedoras que están bien posicionadas en este espacio. Salesforce.com es una de nuestras mayores posiciones activas. Ha sido un primer participante en posicionarse dentro del espacio de grandes empresas, se encuentra varios años por delante de la competencia en términos de aplicaciones de front-office de extremo a extremo (automatización de ventas, servicios, marketing, plataforma). Además, ahora utiliza su fuerza principal de ventas para entrar en los mercados adyacentes de marketing, gestión de servicio al cliente y análisis. Tiene una atractiva interfaz de usuario y estrategia de negocio para el usuario, y está apalancando su plataforma para permitir un desarrollo sostenible en el crecimiento a medio-plazo”.
Asimismo, desde Columbia Threadneedle Investments apuntan que el crecimiento exponencial de la emisión de contenido en streaming y del comercio electrónico, hacen que los grandes centros de datos en la nube que se diseñan para abarcarlos deban seguir aumentando su capacidad y tendrán que mantener un buen nivel de seguridad. Estos centros de datos exigen una elevada cantidad de almacenamiento, lo que se traduce en muchas unidades de estado sólido (SSD). Estas unidades están sustituyendo a los discos duros, pero incluso las SSD deben reemplazarse a menudo porque pierden fiabilidad después de varios ciclos de reescritura.
Otras variables a tener en cuenta son el aumento de una computación más barata y de las soluciones de Big Data, que han permitido uno de los mayores recientes avances en el aprendizaje automático o ‘machine learning’. Algo que está permitiendo a las empresas tomar decisiones cada vez más informadas, mediante el análisis de Big Data, a través de la amplitud de sus organizaciones. En esta línea, desde Fidelity señalan que una de sus posiciones más activas dentro de la cartera de su fondoGlobal Technologyes SAP. Esta empresa desarrolladora de software está empujando hacia un análisis digital en tiempo real como el impulsor de sus sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP, o Enterprise Resource Planning Systems). “En concreto, su sistema S4/HANA parece estar en el comienzo de un nuevo ciclo de producto, mientras que el mercado sigue viendo -de forma incorrecta según nuestra opinión- a la empresa como una acción que se basa en su legado, que ya no es de crecimiento y que está siendo desafiada por la oferta rival de computación en la nube. Ahora, la empresa está obteniendo unos menores beneficios debido a una importante inversión inicial en investigación y desarrollo para nuevos productos e iniciativas en la nube. Pero, si estos fueran gestionados de una manera exitosa, entonces los beneficios por acción de la compañía serán más fuertes a futuro, con unos amplios, cada vez mayores y recurrentes ingresos”.
Por su parte, Jacques-Aurélien Marcireau, gestor del fondo Edmond de Rothschild Fund Big Data, afirma que su equipo de inversión adopta un enfoque amplio en cuanto a la temática de inversión con el objetivo de construir una cartera basada en tres tipos de compañías: de infraestructuras -empresas que recopilan datos y que hacen que los datos producidos por las empresas de Big Data estén disponibles-, de análisis -entidades que producen software que permite analizar datos, y usuarios de datos -empresas no tecnológicas que ya han integrado el Big Data en su negocio principal para aumentar su ventaja competitiva. “Invertimos en empresas no tecnológicas que han integrado el Big Data en su negocio principal para conseguir una ventaja competitiva. A veces esto no ha sido todavía descontado en el precio, como es el caso de la aseguradora francesa AXA que ofrece un retorno significativo del 5%. La selectividad es la clave. Dentro del fondo EdR Fund Big Data hemos reducido o vendido posiciones con múltiplos de valoraciones elevados y los hemos sustituido por otros nombres con valoraciones más razonables”, apunta Marcireau.
La llegada del vehículo autónomo
La industria automovilística es un sector importante que está mostrado las semillas de un nuevo ciclo de crecimiento en la tecnología. Según los expertos de NN IP, existen tres mega tendencias que están teniendo lugar: los vehículos eléctricos, los sistemas de asistencia en conducción avanzada y la conectividad de los vehículos. Las empresas tecnológicas, se beneficiarán de los tres.
Los principales fabricantes de coches están adoptando tecnologías para seguir siendo competitivos en una nueva y altamente innovadora industria automovilística que será impulsada principalmente por la tecnología. “El número y el valor de los artículos electrónicos, así como de los componentes de tecnología de la información por cada vehículo está aumentando y se espera que se multiplique por 10 con respecto a los niveles actuales. Estas tecnologías demandan una fuerte inversión. Las empresas tradicionales de coches que quieran mantener el ritmo de innovación tendrán que imitar los patrones de inversión de las empresas de tecnología. Deberán educar a su base de inversores en que su centro de atención está cambiando desde la rentabilidad a las oportunidades de crecimiento”.
La reciente actividad en materia de fusiones y adquisiciones muestra hacia donde creen las potencias industriales que el mundo se está dirigiendo. Según apunta Schop, Intel compró recientemente MobilEye por 15.000 millones de dólares, firma dedicada al desarrollo de un software de conducción autónoma. Infineon, empresa alemana fabricante de chips, lanzó una oferta por Wolfspeed, pero este intento de adquisición fue frenado por la autoridad reguladora de Estados Unidos. Por su parte, la estadounidense Qualcomm compró NXP, el mayor proveedor de chips para la industria automotriz, por 47.000 millones de dólares el año pasado. Las nuevas iniciativas en el campo de la investigación también apuntan en la misma dirección con Google y Apple trabajando en software de conducción autónoma y Ford nombrando a su director de movilidad inteligente como su nuevo CEO.
“Entre las empresas de tecnología, vemos que los fabricantes de semiconductores, conectores, sensores y circuitos de protección son los principales beneficiarios de la tendencia de adopción del vehículo eléctrico. Los fabricantes de semiconductores de energía como Infineon, Texas Instruments y NXP, podrían desempeñar un papel destacado a la hora de proporcionar a las piezas esenciales para el motor eléctrico. La electricidad de alto voltaje, los sistemas avanzados de información y entretenimiento, así como un número cada vez mayor de sensores especiales requieren una conexión fiable. TE Connectivity y Amphenol son empresas de conectores activas en este campo”.