En el séptimo aniversario de la quiebra de Lehman Brothers, merece la pena pensar en qué ha cambiado y qué no desde entonces, dice Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank. La caída de Lehman fue claramente una oportunidad para lidiar con el exceso, las estructuras laxas y la falta de enfoque en la productividad, sin embargo, “se ha convertido en un catalizador para que los políticos no hayan tomado otra actitud que no sea la de “alargar y disimular”. Alargando, mediante la compra de más tiempo, y fingiendo, al afirmar ser creíble en sus no- soluciones”.
“Los políticos reaccionaron al crecimiento y al déficit de sentimiento con un mayor gasto fiscal y cuando ese dinero se acabó, obligaron a sus bancos centrales a imprimir dinero, mucho dinero. La respuesta no fue un cambio del orden económico mundial, sino más de lo mismo, haciendo caso omiso de la extrema necesidad de hacer reformas, rendir cuentas así como invertir en las personas y en la productividad”, explica Jakobsen.
La consultora McKinsey & Co publicó un informe sobre la deuda y el apalancamiento a principios de este año, llamado: Deuda y (no mucho) desapalancamiento. En este informe se muestra cómo desde la caída de Lehman, la deuda global ha aumentado en la impresionante cifra de 57 trillones de dólares, o el 17% del PIB.
El economista jefe de Saxo Bank está convencido de que no nos «recuperamos», nos limitamos a «empeñar» el crecimiento futuro mediante préstamos de futuro, resultado de lo cual estamos viendo el mayor y lento machaque al PIB mundial, que cada año disminuye relativamente tanto que incluso un economista Nobel parece pensar que nos encontramos en un «estancamiento permanente«.
En este contexto Jakobsen se refiere a la banca, los políticos y a los bancos centrales como la “Trinidad Profana”, donde cada institución depende de la otra para mantener el poder. “Pero nadie puede darse el lujo de hacer frente a la realidad y detener el carrusel de la mala inversión y exceso de atención depositada en la política monetaria, a pesar de que ni la historia ni la práctica tiene ninguna evidencia de que la “trifecta” pueda hacer frente al crecimiento, al empleo o la productividad. En todo caso, la prueba demuestra lo contrario”, explica el economista.
Lehman podría haber sido una «crisis real», un cambio real, un propio cambio de paradigma. Pero en vez de ello, Jakobsen cree que solo hemos comprado tiempo, la única cosa que no debemos comprar y afirma que los últimos siete años se han convertido en tiempo perdido ya que la economía y la sociedad han entrado en un punto muerto.
“Las elecciones a lo largo de Europa nos muestran cómo el tejido social está bajo ataque, y la falta de empleo, la innovación y el crecimiento son el resultado final de este experimento de inutilidad”, dice.
Además, el experto de Saxo Bank vaticina que en los próximos siete años, el coste de capital se elevará, la eliminación de la inversión no productiva probablemente dañará a los mercados de valores, que se convirtieron en activos refugio en los años de vacas gordas o en el escenario de “extender y disimular”. “Pero eso es una buena noticia. El componente salarial del PIB es el más bajo de la historia, la productividad también se encuentra en los niveles más bajos que se recuerdan… ¿cuál es la solución?”, se pregunta
“Voy a retomar, humildemente, mi teoría sobre el Triángulo de las Bermudas de la Economía, donde está claro que al detener el experimento monetario de ayudar al 20 % de la economía – bancos y negocios propiedad del gobierno – el 80% restante obtendrá más crédito, más barato y a su vez crearán más puestos de trabajo a través de aumentos en la inversión, en las personas y en la tecnología. Sí, la buena noticia es que es así de simple; la mala noticia es que la Trinidad Profana quiere mantener el poder y el centro de atención hasta que sea demasiado tarde”, apunta.
Para Jakobsen el futuro está en la realidad. “La realidad del desafío de reformar para ser productivos de nuevo, aceptar el fracaso es parte del éxito. Tras siete años de la quiebra de Lehman Brothers, deberíamos recordarlo en la historia como el ejemplo perfecto de cómo no se deben hacer las cosas. También será el momento menos productivo; un momento en el que la actualización del propio perfil en Facebook ha llegado a ser más importante que la familia, la escuela y cumplir con tus amigos. Un universo paralelo donde la realidad está en el otro lado de tu vida online”, afirma
La realidad está cerca como se puede ver por el aumento de la volatilidad, que es un signo de un sistema al que se le está acabando el tiempo. El juego de las sillas ha comenzado; el gran riesgo es que cuando la música se detenga, no solo habrá desaparecido una silla, sino que lo habrán hecho cuatro o cinco.
“No obstante, este movimiento hacia el otro lado, la realidad, traerá décadas de prosperidad, ya que de nuevo volveremos a centrarnos, empezaremos a tratar el verdadero problema: demasiada deuda y muy poca inversión en las personas. No hay que temer al ciclo de siete años que termina – los años de vacas gordas estaban llenos de azúcar – ahora viene la proteína”, concluye.