El mercado espera que tras la próxima reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que se celebrará a finales de este mes, se anuncie un recorte de tipos. Contando con esta rebaja, o al menos con el mantenimiento de una política de tipos bajos durante mucho tiempo, las gestoras analizan el mercado buscando qué activos se pueden beneficiar más de esta política monetaria.
En opinión de Jamie Stuttard, corresponsable del equipo de macroeconomía global de Robeco, cuando la Fed comience a reducir los tipos de interés suele ser más interesante tener posiciones a largo plazo en bonos del Tesoro a dos años que en crédito. En su opinión, esta posición de la Fed provoca un “subidón de azúcar”, pero considera su efecto puede ser temporal por lo que hay que medir bien el riesgo que se toma.
“En 2001 y 2007, los diferenciales crediticios se ampliaron de manera marcada antes de los recortes practicados por la Fed en previsión de posibles recesiones. Tras la primera rebaja de tipos de la Fed, los diferenciales crediticios se redujeron durante intervalos de entre tres y seis semanas, en ambos periodos, y los índices de renta variable estadounidense alcanzaron nuevos máximos históricos, ofreciendo así una estrecha ventana para vender aprovechando el repunte, ya que seguidamente los diferenciales retomaron su trayectoria cíclica”, explica Stuttard.
Para Guilhem Savry y Joan Lee, expertos del equipo de Cross Asset Solutions de Unigestion, históricamente, los recortes de la Fed han sido favorables para el carry en los bonos. Durante los meses en los que la Fed redujo tipos desde 1990, la renta fija tiene una rentabilidad positiva y más alta de media durante los períodos sin reducción de tipos, y el margen rendimientos absolutos es grande.
“Sin embargo, la situación actual es inusual. La Fed ha sido más agresiva en su normalización que otros bancos centrales. Como resultado, la curva de tipos en Estados Unidos es más plana que en la mayoría de los países. El ‘carry’ proporcionado por los bonos estadounidenses es mucho más bajo que el resto de los activos de los países que pertenecen al G8, lo cual “es raro” históricamente. En el pasado, solo hubo una situación similar a la situación actual durante los períodos de recortes de la Fed, especialmente cuando el riesgo de recesión no es alto: 1995 y 1996”, matizan.
Los expertos de Unigestion consideran que la política de tipos bajos de la Fed podría favorecer la subida de la renta variable de China. “Los activos chinos deberían beneficiarse de la combinación del estímulo global que los bancos centrales están creando con el probable cambio favorable en el sentimiento de los inversores y el posicionamiento en el mercado. China ya no es un imperio, pero aún necesita recuperarse para el largo plazo. En este sentido, consideran que los inversores deberían centrarse en la situación macro, pero la confianza y la valoración son “igualmente importantes”.
La bolsa norteamericana también está celebrando esta perspectiva tan positiva a favor de un recorte de tipos de interés. “La idea de una bajada de tipos en julio se ha convertido en un certeza para el mercado, que apuesta por una rebaja del 25 puntos básicos. En consecuencia, el S&P volvió a tocar máximos las últimas semanas impulsado por esta expectativa y pese al inicio un poco frío de la temporada de resultados”, apunta Axel Botte, estratega en Ostrum Asset Management, gestora affiliate de Natixis IM.
Con un banco central estadounidense que está en pleno funcionamiento, los mercados están tranquilos, pero, tras el fuerte rally del primer semestre, evolucionan sin tendencias marcadas. Entonces, ¿qué es lo que podría transformar este equilibrio, en un sentido o en otro?
En opinión de Olivier de Berranger, director de Gestión de Activos de La Financière de l’Echiquier, los inversores siguen anticipando hasta tres bajadas en 2019, lo cual está bastante alejado del escenario del banco central. “La Fed no ha realizado nunca tres bajadas consecutivas de los tipos en 6 meses, fuera de un episodio de recesión demostrada, lo cual está lejos de ser el caso en Estados Unidos. Por lo tanto, las anticipaciones de los mercados corren el riesgo de sufrir reajustes, arrastrando entonces un aumento de la aversión al riesgo. Sin embargo, por parte europea, la política monetaria podría, en cambio, resultar que es una buena sorpresa. A pesar de un discurso tan claro como el de la Fed, las acciones futuras del Banco Central Europeo no están tan integradas en los precios. Así pues, su aplicación efectiva podría permitir que los mercados alcancen nuevos récords”, argumenta.