Los activos de los mercados emergentes acaban de atravesar un periodo difícil espoleado por la subida de los tipos de interés en Estados Unidos y la fortaleza del dólar. Las salidas de capital de los fondos de renta variable y renta fija de los emergentes repuntó hasta los 18.000 millones de dólares en junio (US$18 Bn) desde los 8.000 millones de dólares del mes mayo (US$8 Bn), según datos de Bank of America Merrill Lynch. A finales de junio, el índice MSCI EM había bajado casi un 20% desde su máximo de enero de 2018.
Sin embargo, coinciden diversas gestoras, los mercados emergentes han comenzado a normalizarse después de una corrección significativa en los precios e incluso estiman que la presión sobre sus bolsas ha retrocedido en las últimas semanas dejando al descubierto distintas oportunidades tras la baja rentabilidad del primer semestre del año.
“Con menos de 12 veces las ganancias a futuro, los mercados emergentes en general están bastante más baratos que los bluechips estadounidenses, con un PER de 17 veces. Hay riesgos, sin duda, en las acciones de los mercados emergentes, pero desde Thornburg IM creemos que hay muchas oportunidades atractivas atractivos para los inversores dispuestos a realizar un análisis bottom-up, mantener los riesgos políticos en perspectiva y aferrarse a las recompensas a largo plazo”, afirma Charles Roth, global markets editor de la firma.
Deuda emergente
“La estabilización ha sido más claramente visible en la deuda de los mercados emergentes, donde los rendimientos en moneda local y moneda fuerte han disminuido, y en los mercados de divisas, donde hemos visto la primera apreciación significativa desde febrero”, explica Willem Verhagen, economista senior de NN Investment Partners.
Para el gestor, el impacto del endurecimiento de las condiciones financieras en el crecimiento de los emergentes ha sido hasta ahora manejable, aunque recuerda que este factor está teniendo efectos más agudos que en 2015 y 2016, pero menos pronunciados que en 2013.
Según los datos de Cerulli, los fondos de deuda de mercados emergentes cayeron fuertemente en mayo, especialmente los de monedas locales. Los últimos datos disponibles revelaron que la fortaleza del dólar ha pasado factura.
La firma señala que aunque los flujos han comenzado a tornarse negativos, en marcado contraste con los fuertes flujos de entrada de 2017, muchos gestores creen que la clase de la deuda de los emergentes es atractiva desde el punto de vista de la valoración.
“Después de la sombría primera mitad de 2018, muchas de las monedas emergentes que atrajeron la mayor parte de las preocupaciones parecieron rebotar contra el dólar estadounidense. Como de costumbre, la caída y el ascenso de cada divisa tenían su propia lógica específica de país”, recuerdan los expertos de Legg Mason.
En este sentido, apuntan, México continuó con su optimismo postelectoral, Argentina se benefició de una nueva línea de crédito del FMI, y Sudáfrica dejó atrás parte de su conflicto político relacionado con la corrupción.
Guerra comercial
Obviamente, apuntan los analistas de AXA IM, hay varios mercados que ya han empezado a sentir las consecuencias de la oleada de proteccionismo desatada por Trump, lo que lleva a la gestora a mantener su desconfianza sobre las economías emergentes con fundamentos más débiles como Argentina, Brasil o Turquía, y también sobre aquellas con un trasfondo de demanda decepcionante, como India o Sudáfrica.
Y es que, como recuerdan el economista jefe de IHS Markit, Nariman Behravesh, y la responsable de Economía Global, Sara Johnson, el daño colateral de la guerra comercial ha sido limitado hasta el momento, pero se está produciendo en un momento en el que se está intensificando la presión financiera.
“El aumento de las tensiones comerciales está ocurriendo en un momento difícil para la mayoría de los mercados emergentes, muchos de los cuales han estado bajo una presión creciente por el aumento de las tasas de interés estadounidenses y por la apreciación del dólar estadounidense. Los principales peligros de la guerra comercial entre EE. UU. y China serán la erosión de la confianza y una mayor volatilidad de los mercados financieros”, apuntan.