Gran parte del mercado de bonos ofrece rentabilidades negativas actualmente y esa situación complica mucho la vida a los inversores… especialmente a los fondos de pensiones. En este contexto, muchos tratan de buscar alternativas.
“Los rendimientos de los bonos continuaron su descenso hacia territorio negativo en los mercados desarrollados”, con hitos recientes como los bonos del Tesoro en EE.UU. a 10 y 30 años alcanzando mínimos históricos en torno al 1,3% y 2,1%, respectivamente, lo que refleja una retirada por completo de las expectativas de la subida de tipos, según explica Michael Boye, responsable de renta fija de Saxo Bank. También en la deuda pública británica a 10 y 30 años las rentabilidades se han situado cercanas al 0,7% y 1,7%, ante la búsqueda de refugios tras el Brexit, mientras el Bund alemán a 10 años ronda una rentabilidad del 0,2%.
“Los mercados continúan descontando una Reserva Federal en la retirada, nuevos movimientos agresivos por parte del Banco de Inglaterra así como del Banco Central Europeo”, dice el experto. Y esto tiene enormes implicaciones para los inversores: “Las financieras sufrieron en gran medida dado que a los fondos de pensiones les resultará cada vez más difícil financiar pasivos de larga duración y las ganancias de los bancos verán una presión a la baja adicional desde la compresión de márgenes”, explica.
En este contexto, los inversores tendrán que buscar alternativas a los bonos soberanos, y desde Saxo Bank apuntan al oro y los depósitos bancarios (lo que añade más presión sobre el sistema bancario). “Estos instrumentos podrían llegar incluso a sustituir a los bonos soberanos como activos libres de riesgo e inversiones de correlación bajos para los inversores de optimización de cartera”, dice Boye.
Por último, la demanda de los inversores por los activos de riesgo y los bonos de alto rendimiento, como los bonos de los mercados emergentes, se mantendrán fuerte, defiende, ya que los inversores persiguen aún más la curva de riesgo para mejorar el rendimiento (esperados).