Tras los desastrosos intentos en su orientación y el progreso vacilante hacia la primera subida de tipos en diciembre pasado, los participantes del mercado deben tener muy claro que la Fed no tiene ninguna bola de cristal. Pero, ¿qué razones le han llevado a lanzar su mensaje tan pesimista?, ¿por qué la Reserva Federal lanzó un tono tan dovish?, ¿por qué desplegó una declaración tan terriblemente pesimista y sorprendió a todos los que buscaban un tono más hawkish? A éstas y otras cuestiones responde John Hardy, jefe de estrategia de divisas de Saxo Bank.
Las razones creíbles del mensaje de la Fed
Una razón plausible que ha podido conducir a la Reserva Federal a ser más cautelosa es su falta de voluntad para conseguir responder con rapidez a la última serie de datos y la fuerte mejora de las condiciones financieras, con temor a que alguno de ellos se deteriore de nuevo y dejando el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) mirando hacia el aún menos creíble nuevo régimen de subida de tipos en diciembre pasado.
Aunque hay suficiente debilidad en las encuestas de actividad clave para justificar esta precaución, sin embargo ¿se trata también de un reconocimiento de la «trampa del QE» de Richard Koo? Es decir, una vez que se ha lanzado el QE ¿ya no se puede volver a salir sin destruir activos y desencadenar una nueva crisis?
Otra de las razones, y relacionado con esto, es la posibilidad de que la Fed se esté centrando en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre y en el aumento del temor de que los riesgos de la estabilidad política entren en juego en las elecciones ante una política monetaria demasiado ajustada. Es decir, sería mejor no hacer nada, que arriesgarse demasiado. En la opinión de John Hardy, una posible victoria de Donald Trump podría estar alterando también el comportamiento de la Reserva Federal: “El FOMC, por supuesto, nunca declaró esto explícitamente, pero la Fed tiene que estar absolutamente aterrada ante Donald Trump, puesto que si llega a ser presidente podría sustituir a Janet Yellen al frente de la Fed en 2018”.
Otro de los argumentos podría centrarse en la idea de fondo surgida en la reunión del G20 de febrero en Shanghái, donde se vio un compromiso mucho más profundo sobre la política de las grandes potencias que se hizo evidente en la declaración o de los medios de comunicación. Esto animó a los países a no participar en las devaluaciones competitivas, y la evidencia la tenemos en la última reunión del Banco de Japón -así como en la retórica del gobernador Kuroda sobre las tasas negativas y, en especial, en la indicación de Mario Draghi de que el BCE se encuentra al final de su camino en lo que respecta a los tipos negativos. (Por otro lado, el mercado se posicionó en contra de los tipos negativos desde un principio…)
Por último, y de alguna manera relacionado con el punto anterior, tal vez la Fed ha sentido un cambio de verdad en las implicaciones globales de su formulación de políticas en lugar de responder a algo explícito que fue acordado en el G-20. Es posible que Janet Yellen esté considerando si su política es apropiada para los grandes mercados emergentes y en particular para China (dado que todos dependen altamente de la financiación en dólares en los últimos años). Una política demasiado restrictiva que dañe a estas economías, haría que surgieran nuevos riesgos en las perspectivas de crecimiento de Estados Unidos. Por supuesto, eso también significa que la Fed corre el riesgo de permitir que las cosas se calienten demasiado en casa. El ex presidente de la Fed de Minneapolis consideró que, en realidad, la verdadera razón por la que hay que preocuparse de China es que Estados Unidos y China son en una unión monetaria de facto y que hay que andar con mucho cuidado sobre la ruptura de dicha unión monetaria entre las dos economías más grandes del mundo.
En otras palabras, esta medida de Yellen podría deberse, sobre todo, a las consideraciones bilaterales de Estados Unido y China y la magnitud de la crisis si la Reserva Federal empuja al gigante asiático al borde y fuerza demasiado rápido una devaluación. Mantener el dólar débil permite que el yuan se ajuste de forma más lenta y, en general, con más estabilidad para todas las divisas involucradas.
En cualquier caso, las previsiones de la Fed y las del mercado ahora vuelven a estar en línea. La debilidad del dólar probablemente se extenderá a corto plazo.