El BCE decepcionó ayer en general a los mercados con una tibia respuesta que alejó hasta diciembre el esperado aumento del plazo del programa de compras de la deuda del sector público o PSPP, por sus sigas en inglés. De hecho, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, fue aún más lejos al afirmar que la ampliación de dicho programa ni siquiera se había planteado en la reunión de ayer.
En lo que pareció ser una alusión a la escasez de bunds alemanes, Draghi sí indicó que el consejo ya discute distintas opciones para asegurar el funcionamiento sin sobresaltos del programa de expansión cuantitativa, pero sin ofrecer muchos más detalles de la naturaleza o amplitud de las mismas, lo que dejó pensando a muchos que el organismo no estima necesario hacer más. Al menos de momento.
“Hoy hemos visto cierto tono de complacencia. No ha habido cambios en la política monetaria. Los datos desde los últimos pronósticos habían sido buenos, pero las previsiones de inflación y los conocidos riesgos políticos que se avecinan sugieren que el BCE debería estar siendo un poco más proactivo”, señaló Patrick O’Donnell, gestor de renta fija de Aberdeen AM.
Para O’Donnell, está falta de urgencia seguramente signifique que los activos financieros van a permanecer bajo presión. “Esto hará que el trabajo del BCE sea incluso más complicado que si hubiesen extendido el programa de compras, como esperaba el mercado, hasta final de año. Su próximo movimiento seguramente sea extender el programa de compras del sector público en diciembre”.
“Con la rentabilidad de los bonos alemanes y franceses a dos años cotizando por debajo de los tipos de los depósitos (-0,62% y -0,40%, respectivamente), uno podría argumentar que los mercados están esperando más relajación, en lugar de oir que todo está OK y que no hay necesidad de nada más”, advirtió Paul Brain, jefe de Renta Fija de Newton, boutique de BNY Mellon IM.
Y es que, en la rueda de prensa en en Fráncfort, Draghi pareció intencionadamente impreciso sobre cualquier revisión de la estructura del PSPP. “El BCE está eludiendo el tema de la escasez de activos libres de riesgo que pronto empezará a ser un problema. Aunque una rebaja adicional de tipos en terreno negativo ha quedado en el aire, esperamos que al final pueda evitarse”, explicó Dierk Brandenburg, analista senior de deuda soberana de Fidelity.
Desde Henderson Global Investors, Mitul Patel, responsable de tipos de interés, comento que la firma continúa pensando que “en caso de que el BCE vuelva a ampliar sus compras de activos, la escasez de bonos del Tesoro alemanes aptos para la compra exigirá la modificación de los criterios de aptitud en algún momento”.
Movimientos en diciembre
Quedó en el aire entonces la sensación de que la implantación de nuevos estímulos es sólo cuestión de tiempo y casi todos los analistas consultados señalaron finales de año como el plazo máximo con el que cuenta Draghi. “Desde un punto de vista macro, los datos económicos europeos han mostrado resistencia tras la decisión del Reino Unido de abandonar la UE. Por tanto, es probable que el Consejo de Gobierno piense que aún queda mucho tiempo para evaluar próximas publicaciones de cifras económicas y el efecto que está teniendo el programa de relajación cuantitativa”, reconoció Anthony Doyle, director de inversiones del área de renta fija minorista de M&G Investments.
Pero añadió que a pesar de la cierta tranquilidad que aporta la actual resistencia de la economía europea, “creemos que el BCE ampliará su programa de compras de activos antes de que finalice el año”.
Efectos hasta la fecha
Sobre el programa de compra de deuda corporativa, hasta la fecha, ha tirado a la baja de los diferenciales de los títulos con calificación de grado de inversión hasta niveles mínimos y las empresas están emitiendo bonos con rendimientos negativos, analizan los expertos. “Por muy irónico que parezca, toda esta liquidez proveniente del BCE no está ayudando a los diferenciales de compra-venta de los bonos corporativos y de alto rendimiento denominados en euros. Durante este año, los diferenciales de compra-venta han mantenido una tendencia al alza, encareciendo así los costes por operaciones para los inversores. Observamos más valor en los productos estadounidenses y emergentes que arrojan un mayor rendimiento pero conllevan más riesgo”, apuntó Regina Borromeo, gestora de carteras de inversión en Brandywine Global, filial de Legg Mason, sobre los efectos del programa del BCE.
La pregunta que queda por responder tras la reunión del BCE es si el organismo puede darse el lujo de esperar. Groupama Asset Management cree que, a la vista de los datos macro, es normal que Draghi haya decidido esperar a ver cómo el afecta el Brexit a la economía de la zona euro y cómo evolucionan los riesgos políticos tales como el referéndum italiano (retrasado a finales de noviembre) o las elecciones en Estados Unidos (el 8 de noviembre).