El Banco Central Europeo (BCE) se reúne mañana jueves, un par de semanas antes de que entre en vigor la reducción del programa de compras anunciada en su reunión de junio. Se espera que el BCE, sin tener en cuenta la volatilidad del mercado, las políticas fiscales adoptadas por Italia y la baja inflación subyacente, dé los primeros pasos para implementar la retirada de su programa de deuda pública y privada, disminuyendo sus compras mensuales de 30.000 millones de euros a 15.000 millones, de octubre hasta el final de año, fecha en la que se pondrá fin al programa.
“Gracias a que en junio se anticipó el anuncio de la reducción del programa de compras mensuales, el Banco Central Europeo se ha posicionado en piloto automático. De hecho, en ausencia de ningún accidente real en la economía o de algún evento en la inflación, el Banco Central Europeo se podía relajar y simplemente continuar proporcionando una retirada del estímulo acomodaticio”, comenta Carsten Brzeski, economista jefe de la división alemana de ING.
“Existen muy pocas razones para dudar de que el BCE anuncie la implementación de la reducción del programa mensual de compras, de 30.000 millones de euros a 15.000 millones. Creemos que no hay nada velado en su comunicación. El Banco Central Europeo sólo tendrá que repetir su anticipación para poner fin al programa de relajamiento cuantitativo de aquí a final de año”.
En ese sentido, Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors, tampoco espera sorpresas en la próxima reunión del BCE, apuntando a que las últimas cifras de la zona del euro pueden respaldar la opinión del banco central de que el entorno económico sigue siendo sólido y que las perspectivas de crecimiento de la región, aunque están por debajo de su máximo de 2017, siguen siendo sólidas.
“Esperamos ver renovada la confianza del BCE en que finalizará su programa de compra de activos a fin de año. El BCE quiere establecer una base segura antes de entrar en la próxima fase de su política monetaria, que será menos acomodaticia. También es probable que el banco central confirme su postura cautelosa sobre el aumento de los tipos de interés reiterando que es poco probable que su primer aumento se produzca antes del verano de 2019. Esto dará al BCE suficiente margen para tener en cuenta los próximos datos económicos, incluyendo si la trayectoria de inflación de la zona euro converge hacia el objetivo del banco central de alrededor del 2%”.
Así mismo, Kevin Flanagan, estratega senior de renta fija en WisdomTree, cree que el enfoque firme adoptado por el BCE a medida que avanza en sus decisiones es adecuado, manteniendo el objetivo de mantener su plan de comenzar la última fase de la retirada del programa de relajamiento cuantitativo para después finalizar del todo el programa de compras a final de año. “Tal y como hemos visto con la Reserva Federal en Estados Unidos, cabe esperar que, a los inversores, en cierto momento, se les presente la formalización del pan de normalización de política monetaria del BCE. Si el BCE desea seguir la jugada de la Reserva Federal, creemos que la claridad es vital para asegurar que un camino lo menos disruptivo para los mercados ha sido elegido”.
Las previsiones macroeconómicas
Según la opinión de François Rimeu, responsable de multiactivo y estratega senior de La Française AM, las estimaciones de crecimiento no deberían cambiar demasiado dado que las cifras de 2018 y 2019 están en línea con el consenso del mercado. Si hubiera un cambio, sería una referencia a una pequeña revisión a la baja, ya que el impulso macroeconómico se ha desacelerado en los últimos 3 meses, pero en La Française creen que Draghi querrá mantener un sesgo optimista.
“Es más complicado pronosticar cambios del BCE sobre la inflación. Vemos una buena razón para revisar la inflación general a la baja en comparación con junio, con el euro subiendo y las materias primas (salvo el petróleo) a la baja. Las cifras de la inflación subyacente también son demasiado optimistas (pronósticos del BCE: 1,6% en 2019 y 1,9% en 2020). Sin embargo, dudamos que el BCE incorpore esos cambios esta semana; podría ser más conveniente hacerlo en diciembre cuando termine el QE”, comentan.
Así la gestora de origen francés cree que es poco probable que el BCE cambie su forward guidance, dada la reducción ya programada del QE en octubre y el final del QE en diciembre. “Hay que considerar que Draghi dijo que estaría contento con una primera subida de los precios durante el cuarto trimestre de 2019, por lo que no prevemos ningún cambio en este frente. No esperamos nueva información sobre el programa de reinversión, y esperamos que este tema se deje para diciembre. En general, no se esperan cambios sustanciales, pero los riesgos están en el lado moderado”.
En esa línea, Thomas O’Mahony, gestor del equipo de renta fija de Janus Henderson, espera que el Banco Central Europeo mantenga su escenario base de crecimiento e inflación, mientras revisa a la baja su previsión del PIB a final de año para 2018, en una décima.
Con respecto al programa de compras de activos, el gestor de Janus Henderson cree que sería interesante que el BCE diera una mayor explicación sobre cómo esperan gestionar la reinversión de los activos. “En el futuro, puede que veamos una extensión del periodo en el que se debe realizar una reinversión de los activos que han llegado a vencimiento. Esto debería proporcionar al BCE una flexibilidad adicional, especialmente en el caso de los bonos con grandes e infrecuentes vencimientos dentro de su balance. Esperaría que Draghi realice algún comentario sobre la incertidumbre que se deriva de las disputas comerciales, la negociación del Brexit y las vulnerabilidades de los mercados emergentes. Si se le pregunta sobre Italia, Draghi hará hincapié en la importancia de mantener una disciplina fiscal, y se referirá a las reglas generales vigentes con respecto a las compras de deuda soberana”.
Sin cambios en los tipos de interés
Tampoco el mercado está preocupado por una subida de tipos, tal y como se anunció en la reunión de junio, donde el BCE informó de que las tasas permanecerían en los mismos niveles hasta por lo menos el verano de 2019.
El principal riesgo que el Banco Central Europeo debería tener en cuenta es que las condiciones de inflación en la zona euro no son convincentes, mientras que los riesgos externos también están aumentando para el bloque de la economía. “La observación más importante dentro de la política monetaria en la zona euro es que la inflación subyacente está, y ha estado, muy vinculada al nivel del 1%. Mientras que el objetivo del BCE se sitúa en el 2%, esta es la razón más importante por la que los partidarios de políticas acomodaticias del BCE pueden siempre utilizar para desviar las críticas de los partidarios de políticas más restrictivas”, comenta Bart Hordijk, analista de mercado de Monex Europe.
“La primera subida de tipos del Banco Central Europeo podría ser de 20 puntos básicos y alcanzar un -0,2%, y se espera que llegue en septiembre de 2019. Las disputas comerciales y una inflación subyacente persistentemente baja, así como una desaceleración en las economías del sur de la zona euro podrían empujar esta fecha a finales de 2019”, añade.
Por último, Mark Holman, CEO de TwentyFour AM, boutique de Vontobel, apunta que la propia salida del programa de relajamiento cuantitativo supone una preocupación. “La cuestión es que con el QE se controla una porción tan grande de activos que se puede cambiar la dinámica de los mercados de capitales y cambiar el comportamiento de los inversores. Así, el BCE puede dejar de comprar, aunque lo hace porque ha sido suficiente y ha conseguido lo que se había planteado. Lo que deberíamos ver es una salida ordenada y gradual. El QE no está proporcionando tantos vientos de cola como antes, pero el balance total agregado de este programa en todos los bancos centrales es de 15 billones de dólares. Ese viento de cola se necesitaba antes porque los fundamentales de las economías de la zona euro eran débiles. Ahora, los fundamentales son mucho más fuertes, así que han comenzado a tomar el control. Se trata de un proceso muy delicado. Ya no estamos ante políticas extraordinarias, han pasado a ser parte del kit de herramientas estándar”.