Los mercados emergentes caminan a buen ritmo. En opinión de Robeco, la próxima década será un período transformador y positivo para ellos gracias a la resiliencia y adaptabilidad que han mostrado, así como las aspiraciones compartidas. “Tanto el poder económico como el geopolítico se está desplazando hacia los mercados emergentes, como Brasil, México, China continental, Corea del Sur, la India y zonas del Sudeste Asiático. Ha llegado el momento de que los inversores incrementen su exposición a ellos para aprovechar una segunda ola de crecimiento”, apuntan desde la gestora.
En la última década, de 2001 a 2010, el índice MSCI Emerging Markets superó ampliamente la rentabilidad del MSCI World Index. Sin embargo, desde el 2011, la renta variable de mercados emergentes ha ido muy por detrás de los mercados desarrollados, y muchos inversores están infraponderados en esta clase de activos.
“En la primera década del siglo XXI, su rentabilidad fue excepcional debido a circunstancias únicas. Tras la crisis financiera mundial del 2008 al 2009, el consenso del mercado era que el dominio de EE.UU. había llegado a su fin tras dos desplomes bursátiles del 50% en una década. Los países de los mercados emergentes serían el futuro. Dicho consenso no podía estar más alejado de la realidad, como se demostraría en la década siguiente. Entre el 2011 y la actualidad, el índice MSCI World superó con creces la rentabilidad del índice MSCI EM”, explican desde Rebeco. Sin embargo, la gestora considera que los inversores deberían centrarse en los cambios en las tendencias subyacentes de estas economías.
Por eso, antes de identificar en qué clase de activos están esas oportunidades, desde Robeco han identificado tres tendencias que marcarán la próxima década en estos mercados y que los inversores no pueden ignorar. ¿Será la próxima década más fructífera para quienes inviertan en los mercados emergentes?, se preguntan desde la gestora. Su respuesta es clara: “Creemos que sí. En las últimas décadas, estos mercados han experimentado un notable crecimiento económico debido a factores como las tendencias demográficas, la urbanización, los avances tecnológicos y la globalización, y esperamos que esta trayectoria continúe. Sin embargo, la esperada recuperación de las acciones de los mercados emergentes se verá impulsada por dinámicas muy diferentes. Hemos identificado tres tendencias esenciales que podrían definir la próxima”, afirman.
Tres tendencias clave
La primera de estas tendencias es la innovación tecnológica. Sobre ella, Robeco explica que cada vez más mercados emergentes se convierten en centros de innovación tecnológica y emprendimiento empresarial. Además, la adopción de tecnologías digitales, como el internet móvil y el comercio electrónico, tiene el potencial de adelantar las etapas tradicionales de desarrollo e impulsar un crecimiento más integrador, con el consiguiente efecto de riqueza. Tampoco se puede ignorar que los principales actores de la cadena de suministro tecnológica mundial se encuentran en mercados emergentes, especialmente en Corea y Taiwán.
“La revolución digital está redefiniendo los mercados emergentes. El incremento de la tasa de penetración de internet, la conectividad móvil y la adopción del comercio electrónico están transformando los modelos de negocio. Las empresas fintech, por ejemplo, están revolucionando los servicios financieros al ofrecer soluciones innovadoras para gestionar pagos, préstamos y transferencias. A medida que mejora la infraestructura digital, estos mercados dan el salto a la era digital, lo que abre nuevas vías de crecimiento”, sostienen y destacan áreas como la asistencia sanitaria, la educación o los pagos digitales.
La segunda de las tendencias que ha identificado Robeco es la urbanización, la adaptación ambiental y sostenibilidad. “Se calcula que en el 2030, dos tercios de los habitantes del planeta residirán en ciudades, la mayoría de los cuales lo harán en megaciudades en las que vivirán más de 10 millones de personas. Este cambio presenta tanto retos como oportunidades. Los Gobiernos deben invertir en infraestructuras robustas (de transporte, energía, agua y saneamiento) para respaldar el crecimiento urbano. Las ciudades inteligentes, el transporte sostenible y las redes logísticas eficientes serán vitales para posibilitar la competitividad económica. Las carencias de las infraestructuras (de transporte, energía y telecomunicaciones) siguen siendo un lastre importante para el crecimiento en muchos mercados emergentes, de modo que subsanar sus deficiencias invirtiendo en ellas será crucial para aprovechar su potencial económico”, explican y añaden el matiz de sostenibilidad que esta tendencia deberá tener.
En este sentido, considera que países como China, Indonesia, Brasil e India tendrán un papel destacado para los inversores. “Algunos aspectos de las iniciativas de resiliencia climática requieren un uso importante de materias primas como el acero, la madera, las aleaciones de metales, los metales de tierras raras, el litio, el silicio y los plásticos. Es probable que los ME productores de materias primas, como China, Brasil, Chile, Indonesia, Sudáfrica y Corea, se beneficien económicamente de la transición energética”, añaden.
Por último, la tercera tendencia que apuntan desde Robeco son los cambios geopolíticos y la dinámica del comercio global. La gestora apunta que los mercados emergentes son determinantes en los cambios de dinámica de las cadenas de suministro, en particular la India, México, Indonesia y Vietnam. “Las previsiones para los mercados emergentes están vinculadas intrínsecamente con los cambios en las dinámicas del comercio mundial. El aumento del proteccionismo, las tensiones comerciales y los cambios en las cadenas de suministro plantean tanto riesgos como oportunidades para estas economías. El panorama geopolítico también evoluciona rápidamente. Las tensiones comerciales, las alianzas regionales y la competitividad tecnológica influirán en ellos, al igual que los cambios internos. Por ejemplo, se prevé que la India le quite el puesto a China y se convierta en el mercado emergente de mayor envergadura de la próxima década, probablemente hacia el 2030. A ello contribuirán el aumento de la población, el sólido crecimiento económico, el dividendo demográfico, las reformas del mercado continuas, la tecnología, la innovación y el desarrollo de las infraestructuras”, argumentan.
Oportunidades de inversión
Sobre cómo aprovechar las oportunidades de los mercados emergentes, Guillaume Tresca, estratega senior de mercados emergentes de Generali AM, apunta a la renta fija, en concreto a la deuda externa, pese a que las valoraciones siguen siendo elevadas, incluso tras la minidevaluación de abril. “Esto ha abierto un número limitado de oportunidades y, de hecho, los diferenciales de los mercados emergentes han vuelto a estrecharse a principios de mayo”. aìmta.
En cuanto a las categorías de calificación, considera que las perspectivas no son muy diferentes y la mayor parte del valor sigue estando en la parte de baja calidad del segmento de high yield. “Esta parte es muy idiosincrásica y no puede convenir a todos los inversores. Las otras partes del segmento high yield, BB y Bs, rondan también sus mínimos históricos. Sin embargo, no todo es blanco o negro: nos gusta la categoría EM BBB. De hecho, los BBB han corregido y los diferenciales se sitúan ahora en niveles razonables”, señala Tresca.
Respecto a la categoría investment grade, apunta que el rendimiento de los bonos emergentes con esta calificación ha sido inferior a su homólogo estadounidense, “lo que debería provocar algunos flujos de fondos cruzados hacia el segmento EM BBB en busca de la mejor relación riesgo/rentabilidad”.
En su opinión, el potencial de endurecimiento no es importante, pero con un carry elevado y un efecto de duración positivo, la rentabilidad total se acercará al 5% a finales de año. “En este ámbito, apenas hemos cambiado nuestras recomendaciones: nos gusta Rumanía, que se beneficia del ancla fiscal de la UE, Hungría, donde la resolución de los fondos de la UE va por buen camino, y México, que podría ver cierto alivio tras las elecciones generales de junio. Panamá está en el límite del sector high yield, pero las valoraciones baratas y la disminución de los riesgos políticos pueden ofrecer una buena relación riesgo/rentabilidad a medio plazo”, afirma Tresca.
Por su parte, Matt Williams, Senior Investment Director de abrdn, apunta tres temáticas de aprovechar las oportunidades que ofrece la renta variable emergente: la tecnología como plataforma, transición verde y la nueva generación de consumidores. “Estos tres temas, que a menudo se solapan, ayudan a establecer el telón de fondo para que las empresas bien gestionadas con clientes establecidos y leales, mantengan y hagan crecer sus negocios. La combinación de altos niveles de rentas y una reinversión de capital suficiente debería traducirse en una rentabilidad por dividendo atractiva y creciente para los accionistas a medida que estas empresas sigan expandiéndose con el tiempo”, apunta Williams.
Además de las oportunidades de la tecnología, el experto de abrdn pone el foco en la transición verde. “En los mercados emergentes ya existe una escala y un desarrollo bien establecidos de las energías renovables. Estos mercados son también el centro de atención a medida que se acelera la transición energética. Los avances incluyen la ampliación de las redes eléctricas, la exploración de nuevas tecnologías como la captura y almacenamiento de carbono, o la adopción de nuevas fuentes de combustible como el hidrógeno. Un ejemplo destacado es la tecnología de las baterías eléctricas, esencial para muchos aspectos de la transición energética”, comenta.
Por último, explica que la actual generación de consumidores tiene un poder adquisitivo que ha aumentado de manera exponencial, como por ejemplo en las sociedades de India, México o China. “Este contexto de crecimiento del consumo es favorable para las empresas que pagan dividendos. Abarca varios sectores, como la alimentación y las bebidas, la ropa deportiva, los electrodomésticos, los vehículos de motor, los aeropuertos y los productos financieros como los seguros o la banca. Uno de los aspectos más importantes es que los consumidores están expresando su preferencia por las marcas nacionales frente a los nombres mundiales. Esto beneficia a algunas empresas líderes de los mercados emergentes que ya han establecido una cuota de mercado significativa en sus respectivos sectores”, concluye Williams.