Tal y como destaca Julien Tisserand, gestor de multiactivos y overlay en Edmond de Rothschild AM, los diferenciales de la Europa periférica con respecto a Alemania se han reducido desde el máximo alcanzado a mediados de 2022, hasta el extremo inferior de su intervalo posterior a la pandemia, sobre todo gracias a unas perspectivas de crecimiento sólidas y a unas métricas crediticias decentes, especialmente en comparación con algunos países semicéntricos, como Francia y Bélgica. ¿Qué significa esto?
En su opinión, “estos países se benefician sobre todo de la fuerte recuperación del turismo tras la pandemia y de la ayuda del Fondo de Recuperación de la UE, en forma de subvenciones y préstamos. Dependiendo del país periférico, la ayuda monetaria del Fondo de Recuperación de la UE representa entre el 3% y el 9% del PIB desembolsado a lo largo de cinco años”.
Según el análisis de Tisserand, esto ayuda a explicar unos mejores resultados económicos en comparación con otros países de la eurozona y el relativo estrechamiento del diferencial con el bund alemán. “Las agencias de calificación han seguido el ejemplo y han mejorado su calificación/perspectiva más positivamente para estos países, reduciendo la prima de riesgo que los inversores exigen para poseer la deuda. Esperamos que la tendencia continúe en los próximos meses, mientras que la prima de riesgo debería seguir siendo más elevada para Francia”, matiza.
Sobre qué ocurre con Francia, Mauro Valle, director de renta fija de Generali AM, parte de Generali Investments, señala que los diferenciales franceses se mueven en torno al nivel de 70-80 puntos básicos, a la espera de la consolidación fiscal y la aprobación de la ley fiscal, para mantener el déficit fiscal por debajo del 5% parece una tarea bastante difícil para el primer ministro Michel Barnier. “El riesgo de que Francia sea rebajada y pierda su calificación AA no es marginal. Fitch y Moody’s pusieron al país en perspectiva negativa en las últimas semanas, y estará en el punto de mira de los inversores en el futuro próximo”, recuerda Valle.
Visión por países
Según su visión, ahora estamos en un mundo diferente en lo que respecta a las clasificaciones de los gobiernos. “Francia y España cotizan muy cerca, y ambos deberían clasificarse probablemente como semiperiféricos, con España separándose del mundo periférico y Francia acercándose a él. Nos gustan los Bonos del Tesoro español: siguen ofreciendo un buen rendimiento, teniendo en cuenta las perspectivas de calificación y el fuerte crecimiento económico, y sin Procedimiento de Déficit Excesivo que gestionar”, afirma el experto de Generali AM.
En este sentido, Tisserand añade: “Las elecciones parlamentarias francesas del pasado mes de junio han dado como resultado un parlamento fragmentado con poco apetito de compromiso por parte de los partidos políticos. El Gobierno del primer ministro Barnier ha anunciado un plan de reducción del déficit de 60.000 millones de euros que aún está pendiente de aprobación. Esperamos que los debates sobre el presupuesto de 2025 sigan siendo tensos y acaben desembocando en una aprobación forzosa en virtud del artículo 49.3 de la Constitución. No se debatirán ni podrán aprobarse reformas estructurales con un parlamento así a medio plazo, lo que debilitará de forma duradera la credibilidad fiscal del país. El diferencial con el bund alemán a 10 años debería seguir siendo más elevado que en el pasado (entre 55 y 80 pb), pero no esperamos un deterioro más acusado a menos que caiga el Gobierno, lo que por ahora es poco probable”.
Por último Valle señala que Grecia, a pesar de la consolidación observada en las últimas semanas, tiene ahora el diferencial por debajo de los 90 puntos básicos sobre Alemania, sigue siendo una buena oportunidad. “Esperamos que los diferenciales sigan consolidándose y la calificación podría volver a ser de triple B en un futuro próximo”, concluye.