De todos los sectores en los que invierte Investec AM, el mejor para medir el riesgo político y económico de un mercado emergente es el bancario. En resumidas cuentas, los bancos tienen deuda soberana de su país en sus cuentas propias y además prestan dinero a las principales corporaciones y a los individuos de sus mercados domésticos. Lo que afecta a su economía les afecta a ellos.
Victoria Harling, co-portfolio manager de la estrategia de deuda corporativa emergente de Investec AM, ha publicado un análisis destacando la importante correlación entre el sector bancario de naciones como Turquía, Rusia y Ucrania, con los acontecimientos que se están desarrollando en estos países. Por un lado, analiza los fundamentales del sector bancario y por otro, los patrones de demanda y oferta de cada emisión de bonos emitidos por bancos, que pueda estar afectada por estos acontecimientos.
Las consecuencias más habituales de una situación de inestabilidad política extrema son la mayor incertidumbre para el inversor, que lleva a un incremento en el coste del capital, menores inversiones y un empeoramiento del crecimiento económico. Luego vienen las salidas de capital y la depreciación de la divisa, acompañadas por una espiral inflacionista. Para superar el shock el país tiene que tener una buena fortaleza económica previa, pero también influirá su dependencia del capital extranjero, del comercio externo y de lo rápidas que sean las instituciones en responder a la situación. Harling evalúa la situación en Rusia, Ucrania y Turquía.
Rusia y Ucrania
Las tensiones geopolíticas que están afectando a Ucrania son en estos momentos el foco de atención del mercado. El diferencial de los bonos emitidos por bancos rusos se está ampliando respecto a los bonos soberanos así como respecto a otros bancos emergentes, ante las consecuencias de posibles sanciones por parte de EE.UU. y la Unión Europea. Como resultado de estas sanciones, la economía rusa sufrirá este año, afectando a los fundamentales de sus bancos.
A pesar de esto, los bancos rusos cuentan con un fuerte apoyo del gobierno, a través de contribuciones de capital y acceso a líneas de liquidez, y además las peores perspectivas ya se ven reflejadas en sus cotizaciones. Lo que no ha descontado el mercado es un escenario en el que se recrudezca el conflicto político y Rusia sufra un shock de liquidez y retiradas masivas de capital por temor a nuevas y mayores sanciones.
Turquía
En Turquía, tras la investigación anti corrupción iniciada en diciembre del pasado año, la lira turca sufrió un rápido deterioro. A finales de enero el banco central turco subía tipos. A pesar de una reacción inicialmente negativa tanto de los bonos como de la divisa, finalmente la moneda consiguió estabilizarse, generando algo de confianza en el sistema bancario turco, en el que el 40% del crédito se otorga en moneda extranjera. Según ha ido pasando el tiempo también se han aclarado las cosas en el terreno político. Si bien Investec AM mantiene la cautela en este mercado ante el impacto del menor crecimiento económico, los bancos turcos gozan de un alto grado de capitalización y una baja tasa de morosidad, razones que generan cierto confort para que el sistema bancario pueda absorber el shock, algo que está contemplado en el precio de sus bonos. En cuanto a las variables técnicas, durante este periodo de volatilidad no se ha observado un empeoramiento significativo de la liquidez en el mercado secundario de bonos emitidos por bancos turcos, algo que sí ha pasado en el caso de los bonos de los bancos rusos.