El mercado estaba expectante. Se sabía que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, daría un discurso, el primero después del shock arancelario lanzado por el presidente Donald Trump el último 2 de abril. El tema estaba previsto: hablaría sobre perspectivas económicas; luego sería entrevistado en el Club Económico de Chicago. Powell habló sobre el impacto de las tarifas aduaneras sobre la economía y la inflación, y también subrayó que el banco central no tiene prisa por reducir las tasas de interés. El resultado fue un nuevo derrumbe de las acciones.
“El nivel de los aumentos arancelarios anunciados hasta ahora es significativamente mayor de lo previsto”, dijo el presidente de la Fed. “Es probable que ocurra lo mismo con los efectos económicos, que incluirán una mayor inflación y un crecimiento más lento”, agregó.
El índice S&P 500 llegó a caer un 3,3% antes de terminar la sesión con un descenso del 2,2% en Nueva York, y el índice Nasdaq 100 se desplomó un 3%. Las pérdidas se acentuaron por la tarde, cuando Powell comenzó a hablar. Las ventas fueron generalizadas, con aproximadamente el 90% de los valores del S&P 500 en números rojos, según datos de Bloomberg.
“La vida se mueve bastante rápido’”, comentó Powell en su discurso. «Por el momento, estamos bien posicionados para esperar una mayor claridad» sobre el impacto de los cambios de política en áreas como inmigración, impuestos, regulación y aranceles, añadió.
El jefe del banco central también repitió que la Fed podría enfrentar amenazas a ambos mandatos que le ha dado el Congreso, máximo empleo y precios estables, lo que él llamó un «escenario desafiante«, porque la Fed esencialmente tendría que elegir entre mantener altas las tasas de interés para combatir la inflación, o reducirlas para estimular el crecimiento y la contratación.
«Nuestra obligación es mantener bien ancladas las expectativas de inflación a más largo plazo y asegurarnos de que un aumento puntual del nivel de precios no se convierta en un problema de inflación continua», expresó.
A la pregunta de si existe la posibilidad de que la Fed intervenga en los mercados si éstos se desplomaran, Powell dijo que “no”, y argumentó que “los mercados están luchando con mucha incertidumbre y eso significa volatilidad. Pero dicho esto, los mercados están funcionando… Están ordenados y están funcionando más o menos como uno esperaría que funcionaran”.