Pese a que las caídas de los últimos días en los mercados puedan suponer oportunidades de compra, los responsables de inversiones de las gestoras españolas creen que todavía hace falta estabilidad y visibilidad para acercarse de nuevo al riesgo. En estos días de vaivenes extremos, en los que se negocian aranceles y se da la vuelta a todas las previsiones macroeconómicas, la cautela manda. Un posicionamiento defensivo, el uso de estructuras con opciones para prepararse ante los peores escenarios y la preferencia por Europa frente a EE.UU., así como la diversificación de las carteras, son algunas de las claves.
Hemos preguntado a CIOs y responsables de asset allocation de algunas gestoras nacionales sobre sus movimientos más recientes y la rotación de sus carteras, y sobre sus perspectivas macro y de mercado, y esto es lo que nos han contado.
Jacobo Ortega Vich, director de Inversiones para Europa de Santander Asset Management
Cambios y rotación de carteras: En circunstancias como las actuales, lo principal es ser paciente y no tomar decisiones extremas. Nuestro posicionamiento venía siendo ligeramente cauto en activos de riesgo, y los principales movimientos se han centrado en gestionar activamente las estrategias de opciones que teníamos implementadas, ya que el repunte de la volatilidad y vaivenes de los índices bursátiles nos han permitido ser activos en este frente. Si bien es cierto que a medio plazo caídas como las experimentadas suelen ser oportunidades de compra a largo plazo, se necesita cierta estabilidad. Es por ello por lo que seguimos abogando por cautela, poniendo el foco en horizonte de inversión y capacidad de asunción de riesgos de cada mandato.
Perspectivas macro y de mercado: El entorno macroeconómico venía apuntando a cierta desaceleración en el crecimiento con respecto al año 2024, principalmente en el caso de EE.UU. Las incertidumbres añadidas relativas a conflicto comercial no hacen sino apuntar a que incluso nos podamos encontrar ante un contexto todavía más complejo que no invita a tomar riesgos de manera agresiva. Seguimos poniendo el foco en el análisis fundamental y en la gestión activa de los riesgos como elementos diferenciadores a medio plazo, intentando evadirnos en la medida de lo posible de la volatilidad de las últimas sesiones de mercado.
Jorge Colomer, director general adjunto y director de Inversiones de CaixaBank AM
Perspectivas macro y de mercado: Cautela y gradualidad en los movimientos. Cautela porque el poso de fondo, detrás de anuncios y “desanuncios”, es el de una economía con mayor incertidumbre para operar, con un impacto en crecimiento y con un impacto en precios. El modelo de negociación de la administración americana nos lleva a ser cautos pero no extremos en el posicionamiento por diversos factores: la imprevisibilidad de dicho modelo, la demostración tácita de que puede existir un umbral máximo de impacto, el espacio de reacción fiscal para políticas de estímulo en el resto del mundo, el viento a favor del precio del crudo y el paso que puede suponer DeepSeek para la aceleración de la implementación de ganancias de productividad vía inteligencia artificial. Un escenario donde la política arancelaria podría llegar a arrastrar a la recesión a EE.UU. (en función de cómo termine el complejo entorno de negociación) y al resto del mundo a compensar parcial o totalmente el impacto. Por tanto, cautela sin caer en el pesimismo. Y gradualidad porque en este entorno de tanta volatilidad, con movimientos intradía de hasta un 10%, no hacerlo así puede convertir una buena decisión de fondo en un error de implementación. Una gradualidad con la que evitamos perseguir al mercado y sus noticias.
Cambios y rotación de carteras: Hemos reducido la exposición a renta variable situándola cerca de nuestro rango bajo histórico. Este movimiento lo hemos hecho reconociendo que el denominado “excepcionalismo” de crecimiento relativo de EE.UU. puede haber llegado a su fin: hemos reducido nuestra exposición al dólar, renta fija y renta variable americana en las carteras. De esta manera, en relativo marcamos una clara preferencia por la renta variable europea, con un ligero sesgo defensivo, y de países emergentes. En renta fija, nos mantenemos cerca de nuestros niveles de equilibrio en términos de duración y con una ligera preferencia por el riesgo de crédito o de países periféricos. En la construcción de carteras con distintas clases de activos, los diversificadores naturales como el dólar y su renta fija soberana no están funcionando en este escenario, por lo que, para compensar reducimos los niveles de riesgo, profundizamos en la diversificación geográfica y mantenemos la gestión alternativa.
Javier Egaña, director de Inversiones de Kutxabank Gestión
Cambios y rotación de carteras: En Kutxabank Gestión ya teníamos un posicionamiento prudente antes del anuncio de los aranceles, por lo que durante las últimas semanas los ajustes han sido puntuales. A partir de verano del pasado año ya pensábamos que las principales economías estaban cerca del final de ciclo económico y que el riesgo de una corrección ligada a las altas valoraciones de la renta variable americana era elevado. Por ello, durante los últimos meses en renta fija hemos mantenido duraciones altas y reducido la exposición a high yield.
En renta variable hemos resistido esta corrección gracias a un nivel bajo de inversión y una sobreponderación relativa de Europa frente a EE.UU y, en particular, a los Mag 7. Además de este posicionamiento fundamental, llevamos semanas construyendo una estructura de opciones para contener el peor de los escenarios, que hemos incrementado estos últimos días.
Perspectivas macro y de mercado: Prevemos que la volatilidad se mantendrá elevada durante los próximos meses, derivado del proceso de negociación arancelaria, con un ojo en el frente abierto entre EE.UU. y China por las potenciales repercusiones, tanto en el comercio internacional, como en los mercados de deuda y de divisas. No obstante, asumimos que la volatilidad es un factor intrínsecamente asociado a sentimientos puntuales de mercado y que la clave -y el actual escenario no es una excepción- es actuar racionalmente y no perder de vista los objetivos de largo plazo.
Aunque los últimos datos macro norteamericanos han sido razonablemente buenos, sobre todo los de IPC y empleo, sigue estando encima de la mesa un incremento de la inflación en el corto plazo y un fuerte impacto en el crecimiento en el medio y largo, sin descartar una recesión en EE.UU., si bien en nuestro principal escenario sería suave y corta. Por otro lado, las caóticas políticas de recortes en el gasto federal, el despido masivo de empleados públicos y la inminente deportación de inmigrantes añaden una incertidumbre estructural ya se reflejan en los indicadores adelantados de confianza empresarial. Por su parte la Fed ha tratado de suavizar los riesgos de recesión restando valor a las caídas de confianza debido a su escasa correlación con la actividad real y la creación de empleo.
En paralelo, el rumbo impredecible de la administración norteamericana y la dilución de los compromisos con sus aliados han sido catalizadores clave para que Europa apueste por el gasto público como palanca estructural que impulse el crecimiento. Alemania, el eslabón más débil, por su perfil cíclico y exportador y muy expuesto a los aranceles sobre automoción, ha abandonado su ortodoxia fiscal para dar luz verde a dos planes de estímulo masivo. Uno de 500.000 millones de euros en los próximos 12 años, con el foco en inversiones estratégicas en infraestructuras. Y otro en defensa e innovación tecnológica que se implementaría en un plazo de 5 años. La histórica decisión ha supuesto un cambio en la percepción del potencial de crecimiento de Alemania que, una vez estabilizadas las tensiones arancelarias, pensamos empujará al conjunto de países de la UE, reforzando nuestra preferencia por Europa.
Ignacio Dolz de Espejo, director de Soluciones de inversión de Mutuactivos
Perspectivas macro y de mercado: Los aranceles de Donald Trump han inyectado una gran dosis de incertidumbre en los mercados sobre las cadenas de suministro, los precios, la inversión y el crecimiento económico. La semana pasada, con las idas y venidas anunciadas por Trump, el mercado castigó a EE.UU. con la mayor subida semanal en TIR desde 1987 del bono del Tesoro a 30 años (+46 puntos básicos) y del bono a diez años (49 puntos básicos), hasta el 4,49%. También vimos la mayor ampliación entre el bono a 10 años y el Bund desde la reunificación alemana. Los mercados están imponiendo una “prima de riesgo” al “libre de riesgo” por excelencia.
Cambios y rotación de carteras: En el contexto actual, en Mutuactivos seguimos estando ligeramente infraponderados en bolsa, aunque hemos comenzado a comprar. Por otra parte, llevamos meses reduciendo el peso en renta fija privada y ahora también en este segmento estamos incrementando el peso en cartera, muy poco a poco y analizando bono a bono. Estamos en busca de oportunidades en ambos segmentos.
Miguel Castells, director de Inversiones de Unigest, la gestora del Grupo Unicaja
Cambios y rotación de carteras: Unas semanas antes del anuncio por parte de Donald Trump del nuevo sistema de aranceles de EE. UU. con el resto del mundo y de que se abriera el escenario de enorme incertidumbre económica en el que nos encontramos inmersos, consideramos que el riesgo que presentaban los mercados ya no justificaba los posibles retornos adicionales, y decidimos bajar exposición en activos de riesgo, principalmente renta variable y crédito. Al mismo tiempo, aprovechamos el fuerte repunte de rentabilidades en la deuda europea durante la primera mitad del mes de marzo, tras el anuncio del incremento de gasto previsto en Alemania y la dotación del fondo para la defensa del Viejo Continente, para incrementar la duración de tipos en nuestros fondos de renta fija y multiactivo a través de futuros sobre deuda soberana. Los cambios realizados nos han permitido capitalizar muy bien el movimiento de huida hacia la calidad en los mercados en estas primeras sesiones tras el ‘Día de la Liberación Económica’ de Estados Unidos, y por el momento hemos optado por mantener un posicionamiento muy prudente mientras dure esta situación de volatilidad extrema y los acontecimientos no permitan hacer un análisis más sosegado y fiable. Sin duda, el escenario que se ha abierto tendrá un enorme impacto sobre el crecimiento global y sobre la inflación, pero su magnitud dependerá en gran medida del tiempo que duren los nuevos gravámenes impuestos, las posibles contramedidas aplicadas por otros países o regiones y el nivel en el que finalmente se asienten, algo que está muy lejos de clarificarse.
Perspectivas macro y de mercado: En momentos de extremo pesimismo y enorme volatilidad como el actual, no conviene precipitarse a la hora de tomar decisiones en ningún sentido. Dicho esto, dada la magnitud del posible daño sobre el crecimiento en EE.UU. y el resto del mundo y las presiones que previsiblemente se observarán en los precios, parece que lo aconsejable por el momento es mantener un posicionamiento defensivo, a pesar de las fuertes caídas en estos primeros días tras el anuncio. En renta variable a corto y medio plazo, preferimos Europa frente a Estados Unidos, ya que, a pesar de que evidentemente se verá impactada por los aranceles, podrá ver compensado su efecto negativo con los vientos de cola que suponen los estímulos fiscales anunciados y la notable caída que están experimentando los precios de la energía. Preferimos por el momento defensivos frente a cíclicos y, aunque no tenemos un sesgo de inversión específico, sí creemos que las compañías de calidad en sectores menos impactados por la guerra comercial y con una buena retribución al accionista ofrecerán un mejor comportamiento.
En renta fija, es posible que sea momento para mantener un posicionamiento algo más agresivo en términos de duración a través de soberanos, ahora que las posibilidades de recesión han aumentado notablemente y con ellas las de un posicionamiento algo más dovish por parte de los bancos centrales, al menos en Europa. En crédito, hay que extremar la cautela, ya que es muy posible que veamos sufrimiento en los próximos meses, dado el entorno económico y unas valoraciones de partida muy elevadas. Dentro de este escenario general, trataremos de hacer una gestión táctica de la volatilidad y aprovechar las excelentes oportunidades que suelen surgir en momentos como el actual.
Jaime Martínez, director de Asset Allocation de BBVA Asset Management
Cuando se producen fuertes caídas en los mercados, se crea también un enorme riesgo de caer en sesgos conductuales. La probabilidad de tomar decisiones equivocadas en momentos de elevada tensión emocional son muy elevadas. Por este motivo, reajustar de forma radical el perfil de riesgo de nuestras carteras de inversión en estos entornos suele ser mala idea. Recomendamos no tomar decisiones en caliente, mantener la calma y la confianza en una hoja de ruta prefijada y confiar en que los gestores de su patrimonio serán capaces de sacar partido de un proceso de inversión disciplinado para adaptarse lo mejor posible al nuevo entorno.
Nuestro proceso de inversión está diseñado para separar el horizonte táctico, de corto y medio plazo, del horizonte estratégico, donde se recogen las perspectivas de largo plazo. A nivel estratégico, es evidente que se abre un escenario con un potencial impacto duradero en crecimiento e inflación, y por tanto en políticas monetarias y fiscales, como también en los márgenes empresariales y en las expectativas de crecimiento de beneficios de muchos sectores. Todas estas variables las analizaremos en detalle en las próximas semanas, junto con los cambios en las valoraciones de los diferentes activos, para establecer un nuevo marco de preferencias relativas.
Las medidas arancelarias anunciadas han sido peores que las esperadas y el daño dependerá del tiempo de su vigencia y de las posibles represalias de otros países. Como amortiguantes tendríamos el sector privado, donde familias y empresas mantienen una estructura bastante saneada, y en Europa, los efectos positivos del impulso fiscal. El impacto en crecimiento es claramente negativo, pero su magnitud depende de las incertidumbres antes apuntadas. Por otro lado, la inflación también sufriría presiones al alza, especialmente en EE.UU.
El riesgo de recesión global ha aumentado, al igual que el nivel de incertidumbre. Todo ello se traduce en un posicionamiento táctico más cauto en activos de riesgo, que nos permita navegar de forma más segura el fuerte oleaje de los mercados en los próximos días o semanas. Cabe recordar además, la importancia de mantener una verdadera diversificación de las carteras, no solo por clase de activo, sino también por horizonte temporal o a través de fuentes de rentabilidad alternativas.
Rui Mota Guedes, director de Inversiones de Loreto Inversiones
Nuestra opinión es que los mercados han sobrerreaccionado. Sin duda, un incremento de aranceles es negativo para el crecimiento global y la inflación, y eso debe tener un impacto en los mercados bursátiles. Sin embargo, no creemos que esta situación vaya a desencadenar una crisis económica como las dos últimas que hemos vivido, especialmente en las economías desarrolladas, donde el consumo se concentra mayoritariamente en servicios, y no en bienes. Incluso si asumiéramos que estos nuevos aranceles del 22 % en EE.UU. han llegado para quedarse, la economía global se encuentra en una situación de fortaleza muy diferente a la de antes de la crisis financiera.
Destacamos tres factores clave: los balances del sector privado están hoy mucho más saneados y tanto empresas como familias han reducido su endeudamiento, principalmente las familias; las instituciones financieras —especialmente los bancos— cuentan con niveles de capital mucho más elevados, lo que les permite afrontar una desaceleración económica con mayor solidez; y los gobiernos han aprendido —para bien o para mal— que pueden intervenir de forma decidida en la economía mediante políticas fiscales expansivas capaces de sostener la actividad en el corto plazo.
¿Significa esto que todo volverá pronto a la normalidad? No necesariamente. Es probable que tengamos que convivir con precios de productos algo más elevados y, lo que es peor, con una mayor incertidumbre sobre las futuras decisiones de la administración estadounidense. Pero, a día de hoy, no creemos que esto sea suficiente para justificar una caída prolongada y profunda en los activos financieros, especialmente en la renta variable, similar a las observadas en crisis anteriores.
Como siempre, seguiremos apostando por una gestión activa y flexible, adaptándonos al entorno cambiante y con el objetivo de generar valor para nuestros inversores a largo plazo.