Pese a que la economía estadounidense crece a buen ritmo, los rendimientos de los bonos soberanos se encuentran en niveles próximos a sus mínimos históricos. Algo similar ocurre en Alemania, donde el mes pasado el bono soberano a 10 años (bund) registraba un rendimiento en torno al 0,2% y la curva de rendimientos estaba en su mayor parte en terreno negativo (hasta los 5 años).
Pese a que el bajo nivel de rendimientos que presenta el bund se debe a la ampliación de la flexibilización cuantitativa por parte del Banco Central Europeo (BCE), las malas perspectivas económicas y el miedo a la deflación en la zona euro, parece más difícil comprender por qué los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años se sitúan próximos al 2%, ya que el crecimiento de la economía de este país es superior al 3%.
Puede que para poder comprender mejor los motivos que provocan la actual situación no sirvan las fórmulas empleadas tradicionalmente para evaluar la dinámica de los tipos, basadas sobre todo en las variables fundamentales macroeconómicas.
“Desde nuestro punto de vista, para comprender cómo se comportará el mercado de renta fija durante los próximos meses será fundamental prever las tendencias de oferta y demanda y de los flujos de capital”, explican Monica Defend, directora de investigación en asignación de activos globales, y Gabriele Oriolo, analista del mismo departamento, de Pioneer Investments en el su último análisis de perspectivas de mercado.
Para los expertos de la firma, para entender qué está sucediendo deberían emplearse factores de valoración como las expectativas relativas a los tipos, la inflación y el crecimiento del PIB a corto plazo simultáneamente con factores técnicos como la volatilidad del deflactor del gasto de consumo privado, la expansión de activos del Banco Central y la demanda externa de bonos denominados en dólares.
Escasez de deuda
“En la era de la flexibilización cuantitativa (QE), los bancos centrales deberían absorber la mayor parte de la oferta mundial de bonos. Desde nuestro punto de vista, la escasez de bonos en los EE. UU., el Reino Unido, la zona euro y Japón será un factor global que marcará 2015 y es probable que provoque que los tipos de interés se mantengan más bajos que lo que justificarían las variables fundamentales estrictamente económicas”, explican.
Para el equipo de Pioneer, la dinámica de los flujos de capital es otro elemento importante a tener en cuenta. “Según nuestro modelo, las adquisiciones de títulos del Tesoro por parte de extranjeros, que en promedio representan el 9% del PIB de EE. UU., podrían reducir al menos en un 1,5% el rendimiento del bono soberano estadounidense a 10 años”, apuntan.
“Si unimos todos los factores (variables fundamentales, flujos de capital y la actuación del Banco Central), creemos que el rendimiento del bono soberano estadounidense a 10 años seguirá siendo bajo durante los próximos meses, en torno al 2,5%, incluso pese a que la economía del país alcance gran velocidad”, concluyen Defend y Oriolo en su informe.