Pensemos por un momento que la inflación es un fenómeno monetario. Es decir, que está meramente vinculada a la evolución de los tipos de interés, de modo que a medida que los bancos centrales sigan subiendo los tipos de interés, la inflación debería bajar matemáticamente. Pero esta tesis hace aguas, o así lo ve Richard Woolnough, gestor del M&G Optimal Income: “Los bancos centrales han comunicado que van a seguir destruyendo dinero, que van a provocar una recesión porque es la única manera de controlar a la inflación. Pero si dejan de imprimir dinero, no sería necesario provocar una recesión”.
Woolnough, extraordinariamente crítico con la política monetaria que han conducido los principales bancos centrales del mundo desarrollado, afirma que éstos “han comprado la narrativa de que la inflación ha subido por la falta de mano de obra, la subida de los precios de la energía y los efectos de la guerra”. Una vez más, señala los defectos de esta tesis: “Si crees esto, deberías creer que, si se aumenta la oferta de dinero, deberían caer los precios. Pero los bancos centrales siguen imprimiendo dinero, y la inflación sigue al alza. Los países con mayor inflación son los que han impreso más dinero, como Turquía o Argentina”, declara.
La visión del gestor de M&G Investments, que explicó en un evento con clientes de la gestora en Madrid, es mucho más optimista que el panorama que pintan muchos actores del mercado. “Creemos que la inflación será inferior a la actual a finales de año y no que tendremos recesión, pero el mercado no está centrado en las noticias positivas”. Según el cálculo del gestor, la tasa neutral de la inflación debería situarse en línea con la tasa del PIB real, es decir, entre el 1% y el 3% dependiendo de la región (EE. UU., Reino Unido y Europa).
Además, el experto considera que “es menos probable ahora que los bancos centrales empiecen a recortar los tipos de interés porque la economía está fuerte; hay pleno empleo y la inflación remitirá de forma natural dado que están cayendo los precios de las materias primas y se está reduciendo la oferta monetaria”. Por esta razón, más allá de soft landing o hard landing (aterrizaje suave o brusco), Woolnough prefiere utilizar el concepto de “perfect landing”, es decir, un aterrizaje perfecto de la economía… e inesperado por muchos, visto cómo fue 2022 y cómo ha empezado 2023.
¿Cómo está reflejando el gestor esta visión macro sobre la cartera del M&G Optimal Income? “El posicionamiento del fondo es lo más neutral que estado en mucho tiempo”, resume. Dicho llanamente, un tercio de la cartera está asignada actualmente a deuda soberana, otro tercio a deuda corporativa con grado de inversión y el tercio restante, a deuda high yield; en esta ocasión, el gestor ha reducido a cero su asignación a acciones por considerar que “ahora sí existen alternativas”, en referencia al famoso acrónimo TINA (“There is no alternative”).
Yendo más al detalle, el gestor indica que está comprando más activos europeos, tanto en deuda soberana – encuentra particularmente atractivos los bunds a cinco años- como en crédito, donde considera que “la combinación de duración y fuente de rentas a niveles actuales suponen un interesante punto de partida para la clase de activo por primera vez en años”. Prefiere activos europeos y británicos a los estadounidenses, que ahora ve más caros.
En cualquier caso, Woolnough destaca que tanto la deuda soberana como la corporativa “sí están ofreciendo compensación por asumir el riesgo”. De hecho, el experto considera que los activos de renta fija ofrecen tanta compensación por el riesgo asumido, con una prima de riesgo tan grande, que puede permitirse incluso tener algún impago, que es lo que le ha sucedido el pasado mes de marzo, pues el fondo era uno de los expuestos a los bonos AT1 de Credit Suisse, donde tenía una pequeña exposición desde hacía un par de años.
La cartera del fondo también está neutral en duración, que se sitúa en torno a los 6 años, en línea con el índice de referencia. “En 2007 fue la última vez que estuvimos largos en duración; volvimos a estarlo en septiembre por unos días, y ahora estamos neutrales”, zanja Woolnough. Cabe recordar que este fondo mixto, lanzado en 2007, ha generado un rendimiento anualizado del 6% en los últimos 15 ejercicios y en lo que va de año está rindiendo en torno al 3%.
Positivo con la periferia
Una de las apuestas del fondo que ha querido destacar el gestor ha sido la exposición a deuda de países mediterráneos, tanto de España como de Italia, pero también algunos títulos incluso de Grecia. “Estoy alcista con el sur de Europa, porque veo una mejora estructural de sus economías: ha mejorado la calidad de los gobiernos, hay más control tras la crisis, se ha reducido el endeudamiento de las familias, que tienen mucho de su patrimonio en depósitos, por lo que con la subida de los tipos de interés ganarán poder adquisitivo”, explica.