Stephen Jones, director de inversiones de Kames Capital, analiza la posibilidad de que la Reserva Federal estadounidense (Fed) suba tipos hoy y explica por qué un movimiento de este tipo no sería catastrófico para los inversores en renta variable. “Tras varios meses dando a entender que les gustaría empezar, por fin, a elevar los tipos de interés desde los actuales niveles de crisis, no está nada claro si esta reunión marcará el primer paso hacia la normalización monetaria”.
A la vista de la importancia que ha adquirido esta primera subida de tipos y la señal que enviará a los mercados, los miembros del FOMC querrán dejar bien claros los motivos por los que actúan, si finalmente deciden hacerlo hoy, dice el experto. “Aunque las preguntas clave girarán en torno al por qué de la primera subida, si habrá más y cuándo se producirán, y dónde se situarán los tipos de interés a medio plazo, hay otras cuestiones secundarias, como la política referente al balance de la Fed y el tamaño de la cartera de la Cuenta del Sistema de Mercado Abierto (SOMA), que el FOMC se comprometió a mantener, como mínimo, hasta después del inicio de las subidas de tipos”, dice.
Existe división de opiniones sobre si finalmente habrá o no subida de tipos, principalmente porque la justificación económica no es tan obvia, explica. “La economía estadounidense crece de forma constante aunque no dinámica, la inflación se ha visto reprimida temporalmente por las caídas en los precios del crudo, la inflación subyacente es robusta pero no alarmante y el desempleo continúa reduciéndose. Además, el crecimiento salarial está siendo limitado y las condiciones monetarias ya se han endurecido como resultado de la apreciación del dólar y la debilidad de los mercados financieros. El FMI y el Banco Mundial le han pedido a la Fed que retrase su decisión”.
Pero, explica el experto, la economía no se comporta como si los tipos de interés se fuesen a mantener indefinidamente en los niveles actuales. “La decisión será, por lo tanto, difícil, pero pensamos que acabaremos viendo una discreta subida de tipos que vendrá seguida de acciones de política monetaria muy moderadas y controladas”.
¿Qué implica esto para los mercados financieros? Es probable que la volatilidad que está caracterizando el año continúe, dice. “Hablamos del primer ciclo de subidas de tipos desde 2004. Muchas cosas han pasado desde entonces, lo que nos hace pensar que este ciclo será muy diferente de cualquier otro que hayamos vivido en el pasado reciente, aunque de forma difícil de predecir en este momento. Creemos que las tires de los bonos del Tesoro estadounidense a corto plazo repuntarán pero que las rentabilidades de los bonos a más largo plazo se mantendrán más estables, sobre todo si los mercados de acciones y de materias primas reaccionan mal. Por otra parte, mantenemos la prudencia con respecto al crédito con grado de inversión. Aunque una subida de tipos denotaría que los fundamentales del crédito subyacente son sólidos, es probable que los mercados de crédito se vean lastrados en cierta medida por los flujos de fondos y los elevados volúmenes de emisiones corporativas”.
La cuestión de cómo afectará la subida de los tipos de interés estadounidenses a la economía mundial continuará generando preocupación, continúa, sobre todo entre los mercados emergentes, para los que la apreciación del dólar seguirá siendo un factor en contra. “Sin embargo, es difícil saber si la decisión tendrá alguna consecuencia sobre la economía de Estados Unidos. En general, los tipos de interés de financiación –ya sea para hipotecas o para préstamos corporativos– suelen determinarse a partir de los tipos de interés a largo plazo. Si bien la volatilidad del mercado podría afectar a la confianza, dejar atrás los tipos de interés ‘de la crisis’ podría fomentar el optimismo, puesto que implicaría una vuelta a la normalidad”, dice.
Y concluye que las bolsas estadounidenses han pasado el verano absorbiendo los buenos resultados empresariales (excepto para los valores relacionados con la energía y las materias primas). “Aunque el rally está bien avanzado, los mercados de renta variable podrían registrar nuevos progresos en un entorno en el que las subidas de tipos serán muy discretas y la confianza de los consumidores se mantendrá en buena forma, respaldada por una mayor voluntad de los bancos a prestar de nuevo”, apostilla el experto.