En opinión de Nitesh Shah, Head of Commodities & Macroeconomic Research Europe de WisdomTree, si bien las perspectivas del oro y la plata están obstaculizadas por los mayores rendimientos de los bonos y la apreciación del dólar, la inflación tenazmente elevada debería hacer que sus precios continúen subiendo. “Enfatizamos que, si bien una recesión no es nuestro escenario base, los mercados están cada vez más preocupados respecto a que la economía decaiga. La rentabilidad del oro podría superar a la de la plata en dicho escenario”, destaca Shah.
Según el experto, ante el riesgo de que los bancos centrales se excedan en sus medidas, el oro respondería disparando su valor, pero sobre todo lo haría si la inflación permanece elevada mientras el crecimiento económico continúa “herido”. Además añade que, en un escenario base en el que la inflación se modera sin una recesión, la plata debería mantenerse bastante en sintonía con el oro. “Sin embargo, una contracción del sector industrial la podría golpear desproporcionadamente”, matiza.
El análisis que hace la gestora sobre el oro señala que los rendimientos más elevados de los bonos y la fortaleza del dólar repercuten de manera negativa sobre el precio del oro, mientras que los mayores niveles de inflación lo hacen de manera positiva. “Nuestro modelo indica que, de cara al primer trimestre de 2023, los precios del oro aumentarán, pero no tanto como se hubiese esperado anteriormente (alrededor de los 2300 dólares la onza) cuando los obstáculos para los bonos y el dólar eran menores. Asumimos, en nuestras proyecciones revisadas, que los rendimientos de los bonos a 10 años subirán al 3,2% y la cesta del dólar se aprecia a 105 para el primer trimestre de 2023, mientras que la inflación solamente se modera al 4,3% (desde el 8,3% en abril de 2022. Los escenarios bajistas y alcistas no se ven alterados por estos cambios”, afirma Shah en su último análisis.
En este sentido añade: “Hemos observado que el oro se está manteniendo bien en relación a los mercados de bonos, rompiendo la fuerte relación tradicional que mantiene con los bonos del Tesoro de protección inflacionista”.
Una de las reflexiones más interesante que hace este experto de WisdomTree es que la estanflación podría ser buena para el oro. Según explica, tradicionalmente, las recesiones tienden a moderar las presiones de precios. Sin embargo, cuando los incrementos de precio están generados por choques externos, esto puede no llegar a darse. Los expertos de mercado están hablando cada vez más respecto a la “estanflación”, es decir, una recesión combinada con una inflación elevada.
“Los episodios de estanflación son extremadamente raros y, por lo tanto, es muy difícil la extracción de conclusiones cuantitativas a partir de ellos. Entre el tercer trimestre de 1973 y el primer trimestre de 1975, el PIB estadounidense decayó en términos reales y, además, la inflación subió de un 7,4% al 10,3%. Por su parte, los precios del oro se incrementaron en dicho período en un 73%. A finales de la década de 1970, también se constató una desaceleración económica combinada con una aceleración de la inflación, con los precios del oro duplicándose con creces en 1979”, afirma.
Un comportamiento del oro que no dejaría atrás a la plata. Según explica Shah, basándose en el escenario base de la gestora, es probable que los precios de la plata aumenten a los 28,89 dólares para el primer trimestre de 2023. “El gasto de capital minero ha estado aumentado recientemente y esto podría llevar al mercado de la plata a un déficit de oferta durante el año que viene. Asumimos que la actividad manufacturera (representada por los Índices de Gestores de Compra) continuará moderándose, pero no caerá por debajo de 50 (es decir, no se contraerán en términos absolutos). Nuestra proyección para la plata indica que la relación oro/plata, que actualmente es elevada, podría moderarse un poco”, concluye.