En todo el mundo hay muchos gestores que aplican el value investing. Pero eso no significa que un mismo estilo de inversión conduzca a la selección y la inversión en los mismos valores. Así, el proceso de inversión llevado a cabo en el fondo value de bolsa estadounidense de M&G Investments (el North American Value Fund), le lleva a invertir en nombres que posiblemente Warren Buffett descartaría sin pensar.
Así, en la cartera del gurú de Omaha solo hay nombres en los que tiene alta convicción, con ventajas competitivas y altas barreras de entrada y con calidad. Ello le llevaría a descartar, por ejemplo, el fabricante electrónico Celestica, ya que no tiene ventajas competitivas, no se puede considerar una empresa de calidad al tener un bajo ROE y márgenes y no es un “fat pitch”.
Sin embargo, los criterios que utiliza el equipo de gestión de M&G para su estrategia de valor en Norteamérica sí le llevan a tener el valor en cartera. En primer lugar, por la valoración: el equipo selecciona solo los nombres que están en el cuartil más barato de cada sector, y Celestica ofrece un PER de solo 11 veces. En segundo lugar, por su fortaleza financiera (pues tiene una posición de caja neta positiva), una de las palancas en las que la gestora se fija a la hora de seleccionar valores. Además, por la durabilidad del negocio (el margen es bajo pero el negocio es sostenible) y también por la calidad de la gestión (la compañía tiene un equipo directivo que gestiona el negocio de forma conservadora y disciplinada).
Así, la viabilidad del negocio, la fortaleza financiera y el comportamiento del equipo gestor son los factores fundamentales que la entidad considera clave a la hora de seleccionar compañías para la cartera del fondo, según explicó Daniel White, su gestor, en el marco de la reciente conferencia anual de M&G celebrada en Madrid. El fondo trata aplicar el value investing pero con menos volatilidad que el mercado y evitando las trampas de valor de esta forma.
Dos focos de oportunidades
En el entorno actual, ve dos focos de oportunidades: una en nombres bajo reestructuración y otra en el sector petrolero. En el primer caso, señala nombres con bajos PER y precios frente al valor en libros y que no han reflejado en las valoraciones su potencial de reestructuración. Como ejemplos, señala General Motors, Citi, AIG, Xerox o Best Buy.
En el segundo caso, sobrepondera productores y explotadores de petróleo (Suncor, ConocoPhiliips o Chevron) aunque infrapondera las compañías que prestan servicios dentro del sector porque, aunque presentan valoraciones interesantes, aún tienen retos por delante. Y es neutral en refinerías. Estas apuestas se basan en la convicción de que, a largo plazo, los precios del petróleo subirán (aunque a corto plazo no lo hagan o afronten volatilidad), de ahí las oportunidades. Y es que White está convencido de que “el precio del crudo debería ser igual al coste marginal de la oferta” y el coste marginal teniendo en cuenta la actual demanda son 110 dólares. “El petróleo debería estar en 110 dólares el barril para incentivar la producción lo suficiente como para cubrir toda esa demanda”.
Aunque es consciente de que eso no ocurrirá, al menos pronto, también descarta un entorno con el barril a 50 dólares, porque eso solo sería posible en dos escenarios poco realistas: el primero, uno en el que la demanda se colapsara en dos terceras partes (pero la demanda actual está creciendo) y otro en el que hubiera un gran crecimiento de los productores de bajo coste.
El reto de las valoraciones
White también comentó el reto que supone invertir en value en un momento en el que la bolsa estadounidense cotiza con máximos históricos y los precios no son lo más atractivos posibles. “El value fue el mejor estilo de inversión en la primera mitad del año pasado pero en la segunda mitad no, castigado por la volatilidad y la huida hacia los activos seguros y de dividendos y eso supone una oportunidad de cara al futuro”. Debido a esa huida hacia la seguridad, “el gap entre los activos más caros y baratos del mercado ha aumentado y está cerca de sus máximos históricos. Así, el mercado no está barato pero hay oportunidades al ampliarse la dispersión entre estos valores, lo que suele ser un buen indicador de mayores rentabilidades en el estilo value”, añade.
Actualmente, la selección de valores del fondo ofrece más descuento que el índice de precio frente a valor en libros, precio frente a beneficios, y menor deuda, lo que supone que la cartera tiene compañías “más fuertes” que el benchmark, el Rusell 1000. “Son compañías más baratas que el índice con mejores fundamentales. La oportunidad está aquí”, apostilla.