La respuesta global de los bancos centrales a la crisis financiera de 2008 ha sido un obstáculo para las rentabilidades de la renta fija. Sin embargo, las extraordinarias medidas de estímulo están empezando a distorsionar los mercados de crédito, lo que desafía la información de la que dispone un gestor o la habilidad para anticiparse a los cambios en las valoraciones.
“Abundan las preguntas acerca de la eficacia de los tipos de interés negativos y los efectos degenerativos que tienen sobre el crecimiento y la productividad, pero la fuerza de gravedad que las tasas negativas han ejercido en los mercados de renta fija de todo el mundo se han estabilizado”, explica el equipo de renta fija investment grade de los mercados desarrollados de PineBridge.
Para la firma, los datos técnicos de oferta y demanda de los mercados de crédito globales no sólo no se han visto afectados por la búsqueda de rentabilidad; los propios bancos centrales se han convertido en un comprador activo de crédito corporativo. El Banco de Japón comenzó a comprar bonos corporativos a finales de 2010 y desde entonces se le han unido el Banco Central Europeo (junio de 2016) y el Banco de Inglaterra (septiembre de 2016).
Mientras tanto, la Reserva Federal terminó su programa de expansión cuantitativa en diciembre de 2014, elevando los tipos de interés y sigue en la senda de una normalización gradual de la política monetaria. Las divergencias de política monetaria entre Estados Unidos y el resto del mundo siguen dando lugar a volatilidad, sobre todo en el tipo de cambio y las tasas de los mercados, lo que ha hecho la gestión de una cartera global de crédito aún más difícil en los últimos años.
Dada la similar amplitud de oportunidades de crédito líquido entre los dos universos, PineBridge observa por qué el universo global en realidad no logra incrementar el ratio de informaciones de la hipótesis. Sin embargo, dice, esto no explica por qué la proporción de información para managers globales es en realidad menor.
“Esto se debe, probablemente a que los conjuntos de oportunidades adicionales más importantes disponibles para los gerentes globales son la divisa y la duración. Las posiciones en divisas y duración son más difíciles de conseguir que evolucionen consistentemente bien y en última instancia, van en detrimento de las decisiones de crédito de los gestores. Dado que la mayoría de los managers de crédito en dólares estadounidenses tienen muy poco de estos riesgos, se encuentran en una mejor posición para verse recompensados por sus decisiones puramente de crédito”, afirma el equipo de renta fija que encabeza Robert Vanden Assem.
En dólar estadounidenses
Por último, una razón más para considerar una estrategia de crédito investment grade en dólar estadounidense, según el equipo de PineBridge es que las perspectivas para este sector parecen atractivas en el actual entorno de mercado. Hay que tener en cuenta que los diferenciales ajustados a opciones (OEA) del índice Barclays Capital US Credit cotizaba más de 135 puntos básicos a finales de julio de 2016. A pesar de que es el más estrecho que se ha registrado en el último año, es aproximadamente 35 puntos básicos más barato que la media anterior a 2008.
El aumento de la deuda pública en todo el mundo después de la crisis de 2008 ha creado un mundo en el que los bancos centrales han proporcionado más y más estímulos en un intento de reactivar el crecimiento y la inflación necesarios para reducir las cargas de deuda pública. Entre las economías avanzadas destaca Estados Unidos por tener las mejores perspectivas para el crecimiento y la inflación, aunque a niveles históricamente bajos para una recuperación económica, lo que ha permitido a la Reserva Federal seguir con una gradual normalización de la política monetaria.
Para la firma, con sede en Nueva York, la mera expectativa de divergencia política monetaria ha generado un mercado alcista histórico para el dólar y puso a prueba la capacidad de la Fed para seguir adelante con un aumento adicional de los tipos de interés. Independientemente de si la Fed es capaz de continuar su normalización de la política monetaria, se espera que los tipos de interés se mantengan relativamente bajos, con el apoyo de las políticas acomodaticias de los bancos centrales a escala global.
“Aunque el ciclo de crédito actual está alargando su forma de dientes, al tiempo que los ratios de apalancamiento siguen aumentando, los ciclos de crédito por lo general no mueren de viejos. En su lugar, los excesos económicos alimentados durante las últimas etapas de una expansión del crédito son los que traen típicamente en las recesiones”, recuerdan.
En Estados Unidos, donde el crecimiento del PIB ha promediado más o menos un 2,1% al año desde 2008, PineBridge no ve muchas señales de que una extensión excesiva del crédito pueda estar conduciendo a una recesión inminente. “Y dado el históricamente bajo coste de financiación de la deuda, no anticipamos que eso ocurra”, añaden.
“En lugar de ello, creemos que el mayor riesgo es que la Reserva Federal intente aumentar los tipos en un entorno de incertidumbre económica tanto a nivel nacional como a nivel mundial. Es probable que la postura en constante cambio de la Fed en su reciente «dependencia de los datos» continúe provocando ataques de volatilidad en sectores específicos. Sin embargo, los balances corporativos siguen siendo relativamente saludables en general, y parece probable que continuarán teniendo un crecimiento para salir del paso en un futuro previsible. Ambos factores deben beneficiar a los inversores de crédito en dólares. A largo plazo, esperamos que los diferenciales de crédito se vean respaldados por la fuerte demanda global de crédito corporativo denominado en dólar”, concluyen.