El viernes 23 de octubre, tras el cierre del mercado, el banco central chino bajó los tipos de interés en 25 puntos básicos hasta el 4,35% y el coeficiente de reservas mínimas de los bancos en 50 puntos básicos, hasta el 17,5%. La liquidez liberada se cifra entre 600.000 y 700.000 millones de yuanes y los mercados reaccionaron favorablemente ante la inyección: los índices de Shanghái y Shenzen subieron un 0,7% y 0,6% respectivamente; el Hang Seng y el Nasdaq cerraron en máximos de dos meses; y el Nikkei volvió a situarse por encima de 19.000 puntos por primera vez desde agosto.
“Esto sugiere que el banco central chino mantiene su postura expansiva y está decidido a usar la relajación monetaria para estimular la economía real. Entretanto, la eliminación del techo del tipo de los depósitos también supone un gran avance hacia la liberalización total de los tipos de interés. Globalmente, estas medidas son positivas para el sentimiento del mercado y deberían animar la inversión, el consumo y el mercado inmobiliario a medio plazo«, dice Raymond Ma, gestor del fondo FF China Consumer Fund, de Fidelity.
Los recortes de tipos se produjeron cuatro días después de la publicación de unas cifras económicas preocupantes que pusieron de relieve el aumento de los riesgos deflacionistas -explica el gestor-, el peor dato de crecimiento del PIB en seis años (6,9 %) y un crecimiento de la inversión en mínimos de 16 años. “Esta decisión es una nueva prueba de la determinación de las autoridades para evitar un aterrizaje forzoso en la economía en su transición desde la dependencia de la deuda y la inversión hacia un mayor peso del consumo interno”.
Muestra de ello es que además de los sustanciales recortes de tipos, los reguladores chinos han puesto en marcha medidas de estímulo muy específicas en varias áreas de la economía mientras trabajan para garantizar una ralentización ordenada. Para dar un impulso al sector automovilístico, a comienzos de mes de octubre el gobierno anunció que reduciría los impuestos del 10% al 5% para las compras de vehículos con bajas emisiones. Y en el sector inmobiliario, el porcentaje de entrada en las hipotecas residenciales para la compra de primera vivienda se redujo del 30% al 25% en las ciudades donde no existen restricciones a la compra de vivienda.
Fuente Credit Suisse, 16 de septiembre de 2015.