¿Se ha recuperado ya del apagón? Lo sabemos, ayer fue un día de nervios, desconexión total y velas. En cambio, los mercados se lo tomaron con mucha más calma y no perdieron su estabilidad, pese a la magnitud del shock. El Ibex 35 cerró la sesión en positivo y no se detectaron señales de tensión en el mercado de la deuda soberana. Ahora bien, cabe destacar que el volumen de negociación terminó el lunes cerca de los 1.400 millones de euros, lo que supone un descenso del 35% con respecto a la sesión del viernes.
En opinión de Javier Molina, analista de eToro, estos datos demuestran que “los inversores perciben este evento como puntual, sin derivadas inmediatas sobre beneficios empresariales o sobre la estabilidad macro y, segundo, que existe una fuerte confianza en la capacidad del Estado y las empresas para contener y responder a este tipo de disrupciones”.
No obstante, apunta que no podemos ignorar los riesgos latentes: “Si el origen del apagón hubiera sido un ciberataque, se abriría un nuevo frente de vulnerabilidad que podría cambiar el perfil de riesgo-país, lo que podría generar una revisión en la valoración de empresas expuestas a infraestructuras críticas o tecnologías sensibles. Al mismo tiempo, es evidente que la recuperación del suministro no ha sido tan rápida como cabría haber esperado y pone en el punto de mira la infraestructura nacional”.
Si hacemos el complejo ejercicio de calcular cuál habrá sido el impacto económico en el PIB, Molina señala que, “tomando como base los datos del PIB en 2024 y asumiendo que el impacto no fue homogéneo y ni afectó a la totalidad de la jornada laboral, podría situarse en un rango de 1.500 a 2.000 millones de euros, considerando la pérdida de productividad en sectores clave durante una jornada laboral completa”.
La cuestión energética
Según su experiencia, por ahora, la prudencia y la calma son las mejores consejeras, mientras sigue vigilando muy de cerca tanto la evolución técnica del evento como sus posibles implicaciones geopolíticas y sectoriales. En opinión de los expertos de Julius Baer, el apagón eléctrico en España deja una lectura clara sobre la conveniencia de acometer improbables cambios en las políticas energéticas.
“Este evento cobra especial relevancia porque el sistema eléctrico español está dominado por las energías renovables y nunca se había realizado un ‘arranque en negro’ en tales condiciones. Este evento debería aportar múltiples aprendizajes, aunque es poco probable que provoque cambios en las políticas energéticas. Más bien, confirma las tendencias actuales de inversión, como la expansión de la red, el almacenamiento en baterías y la descentralización”, afirma Norbert Rücker, responsable de Investigación Económica y Next Generation de Julius Baer.
Según la visión de Rücker, los acontecimientos de ayer proporcionarán numerosos aprendizajes una vez se comprendan en su totalidad. “La Península Ibérica sigue siendo un mercado eléctrico relativamente aislado, aunque se están construyendo nuevos enlaces con Francia. Esta integración de redes, junto con otras medidas y el auge del almacenamiento en baterías, fomenta la resiliencia y la fiabilidad del sistema, al mismo tiempo que ayuda a contener los costes. Mantenemos nuestra visión neutral sobre el tema de la transición energética, dado que las condiciones de negocio siguen siendo difíciles, con márgenes de beneficio presionados en la mayoría de los segmentos de la cadena de valor”, concluye.