A finales de diciembre de 2018, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), mostró un cambio en la estrategia de la Fed. Desde entonces, el mercado ha rebajado sus expectativas sobre el número de subidas que hará este año, pasando de tres o cuatro a solo un par de ellas. El motivo es simple: la Fed no quiere dañar la economía estadounidense.
Mañana y pasado la Fed celebra su primera reunión de 2019 y lo que saben los mercados es que la institución está dispuesta a ligar su política monetaria a la evolución de los datos económicos. Además, los miembros del FOMC mostrarán flexibilidad en sus futuras decisiones, eso reduce las posibilidades de que esta semana se anuncie una subida de los tipos de interés en Estados Unidos.
“Resulta innegable que los avances hacia la nueva estrategia de la Fed han resultado desiguales, lo cual se ha traducido en un aumento tanto de la incertidumbre como de la volatilidad en los mercados. Sin embargo, la dirección de la evolución de la política monetaria ha sido clara, y prevemos que se priorizará una estrategia basada en la espera en detrimento de otras alternativas, seguramente más pronto que tarde. Prevemos, como mucho, una subida de tipos más en 2019. Un enfoque basado en la espera acentuaría la importancia de estos obstáculos para un incremento de los niveles de inflación. Si, de acuerdo con nuestras previsiones, la inflación real sigue situándose por debajo del objetivo del 2%, una estrategia wait and see se traduciría en la ausencia de más subidas de tipos este año”, apunta John Bellows, gestor de Western Asset (Legg Mason).
Según los analistas, el objetivo principal de la Fed consistirá en proteger y ampliar la recuperación económica. Una recesión en un plazo de uno o dos años constituiría un reto especialmente considerable para la Fed, dado que debería lidiar combinación poco práctica: un margen de maniobra limitado para reducir los tipos de interés, un balance ya ampliado y la incertidumbre en torno a las medidas de apoyo presupuestario.
Sin duda, las gestoras interpretan la Fed se ha vuelto más sensible al ciclo. “La estrategia de comunicación de la Fed parece ahora ser más sensible a la volatilidad del mercado. Con la Fed abandonando cualquier vía de política preestablecida y, probablemente terminando el proceso de ajuste en el primer trimestre, ya que esperamos una subida en 2019, la presión alcista en las tasas de interés parece que se está desvaneciendo y la idea de que la liquidez del Banco Central se esté agotando podría ser menos preocupante de lo que se temía a finales de año”, añade Pascal Blanqué, CIO de Amundi Asset Management.
Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors, coincide con el Blanqué y Bellows, y descarta una subida de tipos por parte de la Fed ni en enero ni en marzo. “A principios de este mes, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, hizo declaraciones públicas que fueron muy diferentes a sus comentarios tras la reunión de diciembre del FOMC. Pero no fue solo el tono de su discurso lo que cambió, su contenido también era distinto. En sus últimos comentarios, el señor Powell dejó claro que se acabó el tiempo para subir los tipos dos veces en 2019, una desviación del mensaje de diciembre de la Fed. Además, el señor Powell ya había declarado que no quiere que la tasa de los fondos federales pase de ser neutral. Claramente, la Fed ha ajustado su estrategia de política monetaria y, en un enfoque cauteloso y flexible, ahora se encuentra detrás de la curva, lo que significa que no está aumentando los tipos para mantenerse en línea con la inflación”, apunta.
Para llegar a estas conclusiones, la Fed ha tomado nota de la nueva realidad. Por un lado, la inflación se mantiene moderada y estable en el 2%, a pesar de un mercado laboral dinámico y de las presiones salariales. Por otro lado, los riesgos siguen aumentando: desaceleración en China y Europa, las tensiones políticas en Estados Unidos y el aumento de volatilidad. Entonces, la pregunta es: ¿será esto solo una pausa, o será efectivamente el anuncio de un final de las subidas de los tipos de la Fed?
“Los mercados han dejado claras sus predicciones. Los futuros de fondos de la Reserva Federal indican que los mercados solo tienen una probabilidad del 30% de un alza en los tipos en 2019, y se espera que éstos bajen en 2020. Sin embargo, por su parte, la Reserva Federal mantendrá el margen de maniobra en su toma de decisiones, lo que significa que no se puede descartar un aumento de los tipos en 2019. Con una tasa de desempleo por debajo del 4%, el crecimiento de EE. UU. se mantiene por encima de su potencial, y el aumento de los salarios ante las presiones del mercado laboral podría impulsar la inflación. Además, es interesante observar que la tasa real de los fondos federales, que explica los efectos de la inflación, se encuentra en territorio positivo por primera vez desde la crisis financiera. Por lo tanto, la divergencia entre el mensaje de los mercados y el del banco central ha disminuido, pero no ha desaparecido. Para los inversores, esta pausa de la Reserva Federal es una buena noticia a corto plazo y crea un contexto favorable para los activos de riesgo. En el medio plazo, no se puede descartar un alza en los tipos de interés si la inflación supera su objetivo”, argumenta Dixmier.
Otro de los aspectos que vigilará el mercado es las previsiones de crecimiento que estima la Fed. “Estimamos que el endurecimiento acumulado de las condiciones financieras desde la reunión del FOMC de diciembre, de mantenerse, provocará una ralentización adicional del crecimiento económico estadounidense de 0,2 puntos porcentuales en 2019, lo que reducirá la necesidad de la Fed de endurecer su política monetaria para evitar un sobrecalentamiento”, señala Tiffany Wilding, economista especializada en Estados Unidos de la gestora de fondos especializada en renta fija PIMCO.
Desde PIMCO consideran acertada la prudencia que muestra la Fed ante los crecientes riesgos económicos mundiales. “Dado que el tipo oficial se sitúa hoy en día en el 2,4%, es decir, dentro del rango del 2%-3% que PIMCO lleva asociando durante largo tiempo con el nivel de la nueva neutral, y que existen pocas pruebas de desequilibrio en los mercados financieros o en la economía de Estados Unidos, el banco central podrá permitirse adoptar una postura flexible y paciente, y observar cómo evolucionan estos riesgos. A nuestro parecer, este enfoque es coherente con una estrategia de gestión de riesgos equilibrada que, en última instancia, debería alargar el ciclo”, concluye Wilding.