Después de siete años de una política de tipos de interés a cero, el Comité de la Reserva Federal ha dado un paso histórico aumentando el objetivo de los fondos federales hasta 25 puntos básicos. La Fed entra así en lo que los expertos de Pioneer Investment llaman “otra fase de este experimento sin precedentes en la política monetaria”, si bien ha indicado que subirá los tipos más gradualmente que en el pasado.
“La decisión de empezar a subir los tipos es apropiada a la luz de la ratio de desempleo en el 5%, muy cerca del nivel de pleno empleo, la subida de la inflación y el crecimiento económico sostenible”, explican. Para la entidad, la Fed se ha vuelto a enfocar en el crecimiento de EE.UU., el empleo y la inflación, más que en el impacto de sus decisiones a nivel global. Y, más allá de las razones económicas, ha destacado su deseo de normalizar la política monetaria para evitar excesos en los mercados financieros y volver a hacerse “con una herramienta monetaria importante que puede ayudar a afrontar futuros reveses económicos y de mercado”.
En Pioneer Investments defienden en todo caso que el crecimiento mundial ya ha tocado suelo, y descartan que la autoridad debilite el crecimiento económico, máxime cuando ha dejado claro que las subidas serán graduales y cuando su actitud proactiva reduce el impacto de las medidas tomadas. Pero eso no impide que pueda generar volatilidad: “Dado que su decisión se basa en datos, la incertidumbre de los inversores puede continuar, dando lugar a una volatilidad de mercado mayor”, explican. “La divergencia en las visiones entre el mercado y el FOMC sobre las subidas puede contribuir a esos vaivenes. El mercado continúa poniendo en precio solo dos subidas de tipos frente a las cuatro reconfirmadas en las previsiones del FOMC en diciembre”, recuerdan desde la gestora.
A pesar de esa volatilidad, en la gestora no esperan una venta masiva en el mercado de deuda, incuso aunque el mercado solo descuente una subida gradual de los tipos el próximo año. Y ven oportunidades en el activo.
Las implicaciones para la renta fija…
Para los inversores de renta fija estadounidense, las perspectivas no han cambiado desde un punto de vista fundamental: “Hemos visto algunos diferenciales de crédito ampliarse a pesar de que el crecimiento económico en EE.UU. y Europa se recupera, así que esos niveles pueden representar una buena oportunidad”, dice la gestora, siempre con cautela en el sector energético pero vislumbrando oportunidades de compra en high yield y en el mercado de préstamos bancarios tras las recientes ventas. “Los préstamos sindicados ofrecen valor por su tipo flotante y su carácter de activos senior, y además tienen menor exposición al sector energético que el high yield”. También encuentran atractivos los TIPS frente a los bonos del Tesoro, porque creen que la inflación sorprenderá al alza.
En cuanto al mercado de renta fija europeo, consideran que la fortaleza del dólar frente al euro disminuirá la presión sobre el BCE para aumentar el QE y ven oportunidades en bonos ligados a la inflación (que podría subir el próximo año) y en crédito siempre de forma muy selectiva (tanto por sectores como por títulos). La subida de tipos de la Fed también impactará en la deuda emergente: según Pioneer, Asia es la región menos vulnerable a los movimientos, con China, India y Filipinas mostrando la mayor resistencia.
Por último, las implicaciones para los inversores en multiactivos: los inversores podrán aprovechar oportunidades de valor relativo en renta fija en un entorno en el que la Fed y el BCE se mueven en direcciones opuestas, manteniéndose neutrales en duración. “Esperamos que la curva de tipos en EE.UU. se aplane pues el ciclo restrictivo que ahora comienza podría hacer el área de cinco años más atractiva frente al de 30 años. Preferimos deuda de la Eurozona (sobre todo bunds alemanes) a los Treasuries, dada la fuerza de ambas regiones y las dinámicas de oferta y demanda en la Eurozona, donde el QE del BCE absorberá la mayoría de las emisiones».