La fuerte caída del PIB en la zona euro durante el primer trimestre y la probabilidad de una caída mucho más dramática en el segundo trimestre son consistentes con la previsión económica de PIMCO. La gestora estima que la economía de la zona euro se contraiga alrededor de un 10% este año, con el riesgo de que la contracción sea mayor. Este escenario supone un gran reto para el proyecto de la Unión Europea.
Por ello, Nicola Mai, analista de crédito soberano de PIMCO, pone el acento en que es “urgentemente necesaria una colaboración fiscal y monetaria comprometida y decisiva para hacer frente a la crisis económica”. En su opinión, pese a los esfuerzos, Europa sigue quedándose atrás. “Los responsables políticos europeos se enfrentan al momento de la verdad”, advierte.
Según Mai, el hecho de que probablemente muchos modelos de negocio no puedan volver a la normalidad por un largo tiempo (o en algunos casos, nunca más) muestra la necesidad de que el apoyo fiscal no solamente debe ser agresivo, sino más amplio y duradero, abarcando por ejemplo, mayores subvenciones e inyecciones de capital para los sectores en dificultades. Los bancos centrales, por su lado, necesitan coordinarse con las decisiones fiscales mediante el afianzamiento de los balances soberanos.
“Para evitar el riesgo de que la crisis dañe el tejido social en los países, los responsables políticos necesitan actuar decisiva y concertadamente. Nuestro análisis sugiere que, para alcanzar la cifra económicamente efectiva de 1 billón de euros (o más) en el tan esperado Fondo de Recuperación de la UE, la mayor parte del apoyo a los países deberá ser en forma de préstamos, en lugar de subvenciones”, explica.
De lo contrario, advierte que la Comisión Europea no podría emitir tanta deuda en los mercados públicos sin perder su calificación AAA. “En teoría, el despliegue de un mayor volumen de subvenciones solo sería posible si los países decidieran aumentar el presupuesto de la UE en más del 1% del PIB y durante más de dos o tres años, lo cual es poco probable, en nuestra opinión, dado que la actual propuesta del Fondo de Recuperación ya enfrenta suficientes obstáculos”, señala.
Dado que las subvenciones probablemente no superen el 0,5% del PIB de la zona euro, la mayor parte del apoyo fiscal sería en forma de préstamos a los Estados. “Dichos préstamos serían útiles al margen si se otorgan con vencimientos a muy largo plazo, a tasas muy bajas y con poca o ninguna condicionalidad. Sin embargo, acordar estas condiciones podría ser un desafío, debido a los comentarios recientes de algunos funcionarios del norte de Europa”, añade.
En este sentido, y viendo el discurso del BCE, Mai sostiene que los responsables políticos en Europa terminarán haciendo lo necesario, pero el tiempo es esencial: “Cuanto más se demore en llegar una respuesta política convincente, mayor será el riesgo de daño económico y social, y mayor será el riesgo de perder el control. Europa se enfrenta al momento de la verdad”.