Para Geraldine Sundstrom, directora general y responsable de Asignación de Activos de PIMCO, estamos en un entorno de insegura estabilidad. “Hay grandes noticias a nuestro alrededor, como por ejemplo que la economía global está creciendo o los positivos resultados empresariales, pero aun así hay que ser prudentes», señalaba en un reciente encuentro con periodistas en Madrid. Su prudencia se debe a que considera que hay que estar preparados para cuando este ciclo, tan inusualmente largo, se agote.
“Caer en una recesión es una de las preocupaciones que tiene el mercado. Creemos que la probabilidad de que asistamos a una en algún momento de los próximos cinco años es de alrededor el 70%. También hemos identificado una serie de realidades que tendrán un impacto considerable en la economía mundial”, afirma. En su opinión, en este periodo de tiempo, la economía mundial puede experimentar cinco grandes cambios debido a las políticas monetarias, las políticas fiscales, el comercio mundial, las relaciones geopolíticas y el comportamiento de las divisas.
Lo primero que Sundstrom cita es la política monetaria y cómo las decisiones de la Fed y el BCE pueden marcar una u otra senda. “Si el ciclo cambia de signo, la Fed y otros bancos no tendrán margen para recortar los tipos, dado que ya están bajos. En un contexto de este tipo, es poco probable que la política fiscal logre compensar por completo las limitaciones en las que se encontraría la política monetaria”, argumenta.
Apoyarse en las políticas fiscales sería una buena alternativa pero, como destaca esta experta, “tan solo Estados Unidos ha dado señales de su interés por realizar cambios fiscales que incentiven a las empresas”. En el caso de Estados Unidos, considera que el principal freno es el propio Trump y las dificultades que tiene para sacar políticas adelantes. Mientras que el resto de países el motivo es claro: “En general los países, en particular los europeos, tienen un alto nivel deuda. Tan sólo Alemania podría desarrollar este tipo de políticas, pero no veremos nada de esto hasta que pasen las elecciones de otoño”, afirma.
También considera que se está dando un aumento de los riesgos bajistas en las perspectivas de crecimiento chino y en la estabilidad de la zona euro, lo cual se verá reflejado en el comportamiento de sus divisas. En el caso de China, destaca que el país supone un riesgo ya que “está en plena transformación hacia un modelo de economía de mayor consumo; lo cual, si no se hace bien, podría provocar cierta depreciación de su moneda”.
Con el euro ocurre lo contrario. Según explica Sundstrom, se está recuperando y fortaleciendo. “Es lógico esperar que una apreciación del euro, en parte relacionada con la política del Banco Central Europeo. La pregunta aquí es cómo digerirá la economía europea esa apreciación una vez se normalice la política monetaria y cesen las compras, sobre todo qué le supondrá a las empresas tan dependientes de las exportaciones”, reflexiona.
Los otros dos aspectos a tener en cuenta son el comercio global y las relaciones geopolíticas. Sobre la primera centra su atención en Trump y en lo negativo que sería para el comercial mundial que un país como Estados Unidos defienda posiciones proteccionistas. Respecto a la geopolítica, Sundstrom destaca como buena noticia el enfriamiento de los populismos en Europa y pone como ejemplo las elecciones en Francia. Sin embargo, recuerda que aún queda Italia, que “nos dará una visión de lo que puedo ocurrir en Europa”
Construcción de cartera
Todo este contexto es una oportunidad que los inversores no pueden desaprovechar. Desde PIMCO consideran que, en la actualidad, los participantes del mercado están demasiado relajados. Empiezan a aparecer riesgos a medio plazo y los inversores deberían sopesar la posibilidad de aprovechar los repuntes cíclicos para acumular efectivo con el fin de desplegarlo cuando acabe produciéndose una corrección –y posiblemente una reacción exagerada– de los mercados en cuanto los riesgos vuelvan a reflejarse en los precios.
Según PIMCO, aunque las perspectivas macroeconómicas centrales son ahora algo más estables, “nuestras previsiones sobre los mercados financieros son un tanto más inseguras, al reflejar que las valoraciones de los activos de riesgo se han reducido considerablemente durante los 12 últimos meses”.
Como gestora, Sundstrom reconoce que este análisis del entorno les ha llevado a reducir su nivel de exposición, no por un motivo estructural sino como estrategia para lograr la mayor rentabilidad y cumplir con su principal objetivo: ser prudentes para preservar el capital de sus clientes.
A la hora de explicar cómo han variado la construcción de su cartera, Sundstrom destaca que se están centrando en la búsqueda de valor relativo en los tipos de interés y el crédito, y en mantener una visión global en la búsqueda de oportunidades, incluyendo los mercados emergentes.
“Trataremos de evitar inversiones que dependan en gran medida del apoyo de los bancos centrales. En caso de recesión, y dadas las condiciones de partida, los bancos centrales corren el riesgo de quedarse en una fase temprana sin políticas que aplicar. Si bien anticipamos cierta transición de la política monetaria a la política fiscal en países con capacidad para llevarla a cabo, en especial si se produce una recesión, no existe ninguna garantía de que vayan a usarse medidas de estímulo fiscal en el momento oportuno o de forma eficaz”, concluye.